Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



domingo, 7 de mayo de 2006

LLorando bajo la lluvia.


Pintura de José Manuel Martín

Llovía a cántaros y las calles, que con cuatro chispas que caigan se anegan, estaban convertidas en ríos por donde más navegaba que rodaba una micro de locomoción colectiva. El día deplorable abatía hasta el corazón más alegre y optimista, por eso se agradecía el reparo que ante el chaparrón daba el vehículo amarillo -detestado generalmente por humeante y ruidoso- y nadie lo hubiera abandonado en esas circunstancias, y menos una persona de edad como mi madre que fue la testigo de la lágrimas de un hombre muy joven, que lloraba visiblemente afectado mientras pedaleaba por esas calles imposibles, repartiendo balones de gas licuado pesadísimos en su triciclo movido por sus delgadas piernas.

¿Qué le habría pasado? ¿Le robarían el fruto de tanto trabajo y esfuerzo? ¿Lo habrían humillado? ¿No habría conseguido lo que necesitaba para su sustento?

¡Cuántos interrogantes sin respuesta, salvo la congoja, el llanto siempre impresionante de un hombre, y el duro trabajo, bajo la lluvia y el frío, de un pobre de nuestro pueblo!

8 comentarios:

ecasual dijo...

¡Cuántos interrogantes y todo lo que surge de tus palabras y de la imagen!
Un gran saludo

AleMamá dijo...

Este es un hecho real y debe haber miles cada día por todo el mundo. Cosas cotidianas pero que en su momento dejaron corazones encogidos por no poder hacer nada como hubiese ocurrido de no mediar el aguacero.

:(

B.B. Queen dijo...

hay personas que lloran cuando llueve... hay otras que les gusta que llueva... si el cielo y sus nubes lloran ¿por qué no llorar nosotros también?
se me apretó el corazón con este post.
te leo.

Anónimo dijo...

Y los ojos sensibles de Irma viendo y presintiendo...

Es duro ver llorar a un hombre, éste pensaría que la lluvia disimularía su dolor. Cuánta lluvia no ha de caer para borrar las lágrimas...

Besos muchos

Anónimo dijo...

Hay congojas que ni el diluvio puede disimular: sólo se puede ignorar por no tener ojos para ver o corazón para sentir.

almena dijo...

cada día soy más vulnerable ante una lágrima, ante el dolor humano, sea éste de la naturaleza que sea...

un beso, alemama

Raquel dijo...

Me alegra ver que todo sigue donde estaba a pesar de mi ausencia. He hecho un semi-regreso.... es lo que tiene un fin de carrera, etc etc.

Gracias por tus visitas!

Cari o Carina dijo...

El llanto de un hombre, las lagrimas corren por sus mejillas, fustracion e impotencia,

hay llanto que las palabras no pueden sanar, pero la lluvia cubre con su manto frio y humedo escondiendo el sentimiento de este hombre y dandole la posibilidad de mostrarce a si mismo, a demostrar como debil y fuerte a la vez lucha sin dejar de pedalear, me pregunto que hace que no pare?

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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