He estado en una casa sin libros. Nada a qué recurrir para hacer más entretenida una pasada por el baño. Lo único que había era un manual del dueño de casa en que estudia todo tipo de traumas para ayudar con primeros auxilios en rescates aéreos (!). Después de esa lectura inesperada e insólita me quedó más clara que nunca la necesidad de usar adecuadamente los cinturones de seguridad adelante y atrás de los vehículos. ¡Que desparramo de presas explicadas ilustradamente y al detalle! bastante convincente, les diré. Úsenlo.
En casa tenemos cientos. No exagero. Ya perdí la cuenta. Es uno de los lujos que nos damos, y preto muchos y también...los pierdo por eso......*suspiro largo* y ha sido así desde chica.
ResponderBorrarEn mi casa también hay cientos de libros. No sabría cuántos. Realmente no imagino una casa sin libros... aunque también las he visto.
ResponderBorrarAle yo crecí en una casa con miles de libros..y no te exagero..mis padres era muy lectores y nos lo inculcaron...Un buen libro...te llena los minutos y pasan volando...besos y feliz jueves
ResponderBorrarA mí me encanta leer y escribir. De hecho, ahora último estoy leyendo un libro que se llama: "El clan del oso cavernario"; es entretenido.
ResponderBorrarTe dejo un abrazo, siempre es interesante pasar por acá y leerte.
Pues en casa de mis padres no había libros, nunca hubo ninguno, era pobres, y estaban pendientes de otros menesteres.
ResponderBorrarhe sido yo la que me he preocupado de leer y tener los libros que creo debo tener.
Pero no cambio la educación que he recibido y la escala de valores que me han inculcado por nada del mundo. Nunca he echado de menos que en nuestra casa no hubiera libros.
Saludos.
Bienvenida, Marta.
ResponderBorrarRealmente el no tener libros por tener necesidades más urgentes es muy triste. Lo más terrible es que no todos los que se han criado sin libros sienten la necesidad de tenerlos, y has tenido suerte de que te haya picado el bichito a ti por tu cuenta. Leer ayuda a romper el círculo de la pobreza también.
Gracias, Francisco Javier. Ya te he visitado y comentado.
ResponderBorrarGaby: ¿siendo tu madre viuda, joven y con hijos pequeños pudo formarles una gran biblioteca? ¡notable! qué maravilla.
ResponderBorrarUna casa sin libros! No puedo imaginarlo!
ResponderBorrarUn jardín sin flores
ResponderBorrarUn árbol sin hojas
Un cielo sin estrellas
Una Cordillera sin nieve
Un tren sin pasajeros
Un teclado sin letras
Una boca sin palabras
Unos ojos sin luz
Una mesa sin pan
Una familia sin hijos
Una casa sin libros.
Mi mamá es verdaderamente admirable.
ResponderBorrarSobre los libros, ella también los tuvo por montones en la casa paterna. Mis abuelos leían mucho. Luego mi papá era también un fervoroso lector.
Como que a nosotros no nos quedaron muchas opciones... felizmente.
Toyita, para responder a tus versos, te diré, como dice mi madre:
ResponderBorrar"Has hablado como un libro sin hojas"
Es un cumplido, por si acaso, jeje mira que una vez alguno lo tomó como ofensa.
No me imagino una casa sin libros.
ResponderBorrarAleMamá, no sé si me he explicado mal, a mí no me parece triste no tener libros por tener cosas más importantes:
ResponderBorrarEl día tenía horas, en las que había que trabajar, y ese dinero era para comer y gastos básicos, no había dinero para libros.
Pero yo era y soy muy feliz.
Saludos.
Pues menos mal que tenían al menos ese manual porque sino, ni las más esenciales necesidades fisiológicas se hubiran podido hacer en esa casa, al menos yo.
ResponderBorrarLos libros son el alma de una casa, se puede vivir mejor o peor sin un sillón, u otros utensilios , pero sin libros, NO.