"Contenerse y no ordenar" es el mensaje del papel que mi hija dejó pegado en su puerta al partir a la playa. Y es que nos conoce, porque el ver esos caóticos closets, pisos, sillas y cualquier lugar donde pueda sostenerse una prenda, cuaderno o aparato por la sola acción de la gravedad, se nos hace insoportables y nos baja la tentación de ordenar, para tener paz nosotros con mi marido, y el resultado es que no encuentran nada. Su desorden viene siendo un orden también. ¡Qué paradoja!
ja, ja, ja, qué risa me ha dado Ale. ¡Qué ocurrencias las de tu hija!
ResponderBorrarOjalá se me hubiera ocurrido algo así en mi juventud.
Yo también tenía mi habitación como si hubiera caído una bomba. Pero encontraba rápidamente las cosas que necesitaba. Sin embargo, cada vez que la arregleba, perdía muchísimo tiempo buscando las cosas que me hacían falta, pues no podía recordar dónde las había guardado.
Ja,ja amí tambien me ha dado risa porque mis hijas son iguales y he tenido que reeducarme para contemplar el desorden sin perder la calma
ResponderBorrarYo cierro la puerta, y ojos que no ven....
ResponderBorrarPero cuando la cosa se hace crónica puedo ponerme bastante desagradable.
Lo que no hago nunca es recoger yo, claro que no tengo marido
¡Qué ocurrente tu hija!
ResponderBorrarPues no te hagas problemas (paltas, como decimos acá). Hazle caso y cero estrés.
Saludos.
jajaja Genial tu hija...hay quien sólo se entiende en el desorden...jaja Beos y feliz sabado Ale
ResponderBorrarja ja, qué buena !
ResponderBorrarUn abrazo!
Es verdad, Alemamá, eso pasa mucho con los niños, que tienen SU orden. Llega la mamá con buena intención, les ordena todo y todo es un nuevo desorden para el niño, ¿dónde está el cromo de Pellegrini?, ¿dónde la peonza del tío Jaime?, no se ha tirado nada pero hay cosas que se han perdido para siempre.
ResponderBorrarjajajajaja, buenísimo!!! mi mamá después de darse por vencida, logró entender que dentro de mi desorden había orden y yo logré entender que si no encontraba algo era mi problema y tenía que resolverlo puesto que la culpa era mía por ser tan desordenada jajaja
ResponderBorrarEsa táctica de tu hija para pedir respeto por su desorden es simplemente genial.
Gracias por compartirla. Abrazos. Hilda