Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



lunes, 31 de octubre de 2005

Villa Alegre de Loncomilla



"Cinema Paradiso" de Villa Alegre


Villa Alegre se llama el pueblo de mis ancestros maternos y es un orgulloso pueblo del Chile central.

Su espíritu está ligado a la tierra muchas veces esquiva y que no se deja arrancar sus tesoros sin el sudor de las frentes de sus gentes por generaciones ligadas a ella.

Es famoso el lugar por sus vinos y derivados, y realmente son "terroires" muy apetecidos y la tierra se ha hecho muy valiosa para los que saben y tienen los medios para hacerla producir, que no siempre coinciden con los que aman ese lugar.



Carretas "enflorás" durante la procesión de Purísima


Hay de los que se quedan-- y uno no sabe bien si por inercia o porque no se proyectan sino dentro de las fronteras del pueblo-- y de los que se van por no permanecer ligados al destino de esperar que "el año venga bueno" para poder sobrevivir otros doce meses o angustiarse por igual período si no llueve cuando se espera; o si cae agua de más; o hiela cuando ya no debiera para la optimización de las cosechas arduamente trabajadas todo un año sin saber el resultado.

Mis padres son de los que se fueron, y de no haberlo hecho, yo lo hubiera intentado en cuanto me fuera posible hacerlo, pues el llamado de la Pachamama ( madre tierra en quechua ) para mí no va más allá del respeto por lo bello y cuidarlo por razones que la ignorancia o la maldad desconocen y mis lazos con el terruño se acabarían con la desaparición de los señeros abuelos que tuve.

¿Cuándo me iba a imagimnar que mis padres decidirían desandar lo andado por décadas y jubilarse ahí de donde salieron en busca de mejores horizontes?

Volver ha sido un reencuentro con personas casi olvidadas, pero recuperadas en el momento mismo de unir nuevas circunstancias y marcas del tiempo con el pasado común, y para mis padres volver a sido recuperar una identidad que creían perdida por la despersonalización de la gran ciudad a la que se habían resignado.

Mañana es Todos los Santos, fiesta grande en que se celebran todos los salvados, pero aunque no estamos seguros de todos, vamos al cementerio con flores a montones pues es primavera acá, y hacer ese ejercicio allá es algo increíble después de tantos años: ¡parece estar en familia! Los abuelos por acá; el borrchín que no ha faltado nunca junto con el loco pacífico que le daba caracter a cualquier lugar; la ex-empleada muerta por un camión que le pasó por encima; el cura con su tumba con la fachada de la iglesia parroquial en la que sirvió; o Serafín Gutierrez, el acalde español que plantó los naranjos que pueden ver en las fotos y que aparte de darle carácter, perfuman el pueblo en memoria suya, y así....



Huasos (hombres del campo chileno) con tenidas típicas, a caballo en la procesión



Muchas veces no vemos horizontes pues los llevamos dentro de nosotros y necesitamos la distancia del tiempo para apreciar lo que esos lugares significan.

Fue bueno irse cuando partimos, y bueno ha sido regresar para los viejos, a quedarse para siempre cuando sus dias contados desde su concepción acaben en la tierra que los vio nacer y queden ahí en paz, entre los suyos por otra generación.

3 comentarios:

AleMamá dijo...

Di a conocer la parte más nostálgica del asunto y mencioné, pero hay mucha tecnología y turismo también, como la Ruta del Vino y más.
¡Ya oirán de nuevo de la noble Villa Alegre!

AleMamá dijo...

Quise decir que mencioné lo de otra personas que buscan tierras para hacer ahí lo que los locales no han logrado: industrializar el vino a niveles de exportación neta, por ejemplo.

Anónimo dijo...

Hmmm me he quedado pensando en la teoría de los salmones de mi hermano... Quizás tenga algo de razón y todos llevemos un salmón dentro, que nos lleva a añorar el terruño de donde uno salió. Creo que para los abuelos el haber vuelto a Villa Alegre ha sido algo bueno despues de todo, aunque igual no es lo mismo que tenerlos más cerca como era antes. Termino con otra cita citable de mi hermano: "ir es volver"...

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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