¿Han tenido la experiencia de leer algún libro "de bolsillo" que mida 10 x 14,5 x 3,5 cms y por hacerlo en ese formato tenga nada menos que 751 páginas? Pues yo estoy en esas, y les aseguro que no existe tal bolsillo, aunque no renunciaré a releer un clásico tan sustancioso como "Tratado del Amor de Dios" de san Francisco de Sales por esta minucia poco práctica.
Entre otras cosas, me ha pasado que hace unos diez años, estando una hija de intercambio estudiantil en un país de Europa tuvo un contratiempo con su visa que era muy injusto para ella, aunque uno comprende que por algunos --o muchos abusos-- tomen todos los casos por igual, pero no era así y yo estaba muy lejos, sin tiempo para viajar a 16.000 kilómetros, y en ese apuro ver cómo hacer para solucionarlo y que pudiera terminar sin contratiempos sus estudios.....sólo me cabía esperar y me desesperaba, que es lo contrario, hasta que, leyendo un libro, me topé con la siguiente cita: "....esperar no es hacer u obrar, sino permanecer expuesto a cualquier suceso." y aunque no nos solucionaba nada, me dejó tan tranquila pues entendí eso de la exposición a hechos que no controlas. ¿A qué angustiarme más?
Bueno, hoy estoy expuesta a una contradicción que no controlo yo, ni he provocado conscientemente, ni la he buscado ¡ni menos deseado! sino que me la encontré sin imaginármelo y no se me da una ocasión de arreglo, ni intervención ni nada que yo pueda hacer pues lo que podía ya lo he hecho y ahora sólo debo esperar, ¿y qué creen? pues que abriendo al azar mi "librito de bolsillo" y habiendo recordado intensamente la cita que les he participado, para consolarme como antes, ¡la he encontrado a la primera página que he abierto! y no es que haya estado marcada por el uso; es más, este ejemplar no lo había utilizado y la primera vez en mi vida que la leí no supe de su autor, al menos no fue acá.
Es un detalle insignificante para el eterno errar de nuestra nave azul, pero para una persona individual como soy, ¡me dice tanto! Yo no creo en las coincidencias, creo en la Providencia, de verdad.
* Mi "pequeño librito" luce como esta preciocidad de Botero.
6 comentarios:
Post scriptum:
La historia de mi hija terminó sin problemas, por suerte para todos, y ahí ví que con desesperarme no avanzaría más, pero no aprendí la lección completa: todavía me urgen cosas así, soy humana promedio, no más....lo que es más rescatable, en todo caso, es la cantidad de voluntades que se movieron para solucionar el impasse. Se hizo de amigos que han permanecido hasta ahora y los más antiguos estuvieron ahí, haciendo trámites y gestiones; explicando en lenguas extrañas a un lado y esmerándose en traducir papeles al castellano con las pocas palabras que conocían. Mi gratitud permanece con todos ellos.
A mi padre le encantaba Francisco de Sales!... Yo casi no lo conozco, pero lo quiero por carácter transitivo.
no casualidades, sino "causalidades"
:-)
besos
Almena tiene razón: CAUSALIDADES...¡no hay efecto sin causa! y al revés, para bien y para mal
Pues la verdad es que muchos que llevan la clasificación "de bolsillo" son inmensos. Y por lo que veo, no sólo es inmenso su tamaño físico, sino la riqueza interior.
Esperar sin hacer, expuestos, si confiamos en Dios, no es más que un camino de humildad para quien fue educado muy estrictamente en eso de ser muy voluntarioso y resolver todos los problemas, superar todos los vicios, etc. Porque puede llegar un momento en que alguien cree que es virtuoso por obra propia (y se olvida de reconocer que es Dios quien nos da lo que nos manda, como dijo San Agustín).
San Francisco de Sales es doctor de la Iglesia, algo así como Nobel dentro de ella, ¡pero mil veces mejor y exclusivo club!
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