La foto no es mía, ¡pero cómo me gustaría! |
Gabriela, esa fiel amiga que siempre deja huellas en los sitios amigos, ha subido un post sobre la maravilla que es desayunar con vista al mar en Lima. Y tiene razón, el Pacífico es el mar de ambas y es magnífico donde quiera que lo encuentres. Es cambiante porque es inmenso. Me he quedado pensando....
Compartimos el mar y mucho más, así es que lo entiendo: es un privilegio porque no es un mar cualquiera, es el PACÍFICO que, cuando se altera, sus greñas nos arrojan lejos, nos borran de su vista. A veces se encrespa en Japón, otras en nuestras costas. Desde nuestro rincón en el mundo, "por la espalda" mira los países más grandes de la tierra, eso hace que sea la gran conexión que tenemos para dejar de mirar al otro lado del Atlántico. El eje del mundo está cambiando.
Mi casa de la playa tiene una terraza donde las olas se estrellan, ahí se acaba el mar inmenso, justo junto a mi terraza donde tomo desayuno, a su lado, con vista a su inmensidad: fiero y amigable a la vez.
10 comentarios:
Gracias por la mención, AleMamá.
Es lo bueno de tener al costado a este inmenso y bello océano: que nos regala un bello atardecer todos los días.
Creo que uno de los mayores placeres de esta vida es desayunar en la orilla del mar.....Un besito melancólico para ti Ale
Me encantaría conocerlo. Yo nací donde se juntan el Mediterraneo y el Atlantico y tengo una casa de verano al borde del Mediterraneo. Es una maravilla. El mar siemore es el mar, se llame como se llame.
Qué envidia.
Todo esto suena ya a ve-ra-no, justo el primer día en que en Madrid empieza a hacer frío de verdad.
Qué envidia, Alemamá.
¡Qué suerte! y además os llega el buen tiempo y podrás disfrutar de tu casa.
¡Quién como tú!, una alegría extra ¿no?
Y por finnnnnnnnnnnnn tenemos un poco de calor. Disfruta sin culpas.
Comente en la entrada de Gabriela que ayer habia tomado desayuno frente al mar en una muy buena compañia. Disculpenme bellas damas, pero el desayuno estuvo tan tremendamente rico que a pesar de tener el lugar una bella vista al mar ignoré por completo su existencia.
¡Qué poco romántico! Recién me doy cuenta.
Me encanta el mar. Tengo la suerte de vivir en una ciudad costera y, cada vez que puedo, me escapo a la playa.
El mar me ayuda a meditar... me eleva hasta Dios.
Todo mar es bello. Tal como sucede a Andy, a mi me hace elevarme fácilmente hasta Dios, hasta sentirlo muy cerca y agradecerle cada cosa. También permítanme que me enorgullezca un poco más que los vecinos de otros mares de estar tan orgullosa de ser vecina de nuestro imponente e importante OCÉANO PACÍFICO. Dicho con mucha modestia, aunque no se note, jeje
Que envidia ¡¡¡
Me fascina el mar, sobretodo en primavera y otoño (las playas en verano me agobian)
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