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domingo, 18 de marzo de 2007

Celulares: ¿Cómo he podido vivir sin ti, hasta este momento?

Mi esposo ama su celular. Sospecho que cuando murmura dormido es que lo está nombrando con una apelativo secreto sólo por él conocido, pues desde que se compró el primero de esta "cadenas inalámbricas" que lo tienen atrapado y sin un rincón del país donde ocultarse de clientes, amigos inoportunos, familiares latosos o malas noticias, ya no puede vivir sin gastar minutos preciosos de su contrato en llamar para preguntar cosas cómo ¿por dónde vienen?, para recibir por lo general un sofocado refunfuño del perseguido que está cargado con las compras justo en la puerta de la casa.

Yo detesto cordialmente el celular. Me había prometido jamás tener uno, pero cuando mi buen marido me compró "un plan" le dije que O.K., pero que notara que era él quién me lo echaba a mi ya sobrecargada cartera, y que me tomaría la libertad de encenderlo sólo cuando yo lo decidiera o si me quedaba en panne en la autopista, para pedir ayuda. Claro, eran buenas --o malas-- intenciones pues con el tiempo todo el mundo me ha puesto un rótulo de retrógrada inubicable, como si fuera un pecado moderno aún no puesto en los 10 mandamientos, y poco a poco me han acorralado a mí también hasta lograr que lo mantenga encendido, con los sobresaltos de rigor cuando me suena en el auto, pasando vergüenzas por sonar donde no debe, y para colmo, debiendo responder lo que sea, hablando aparentemente sola, como loca en la calle, que hasta hace poco más de una década los que hablaban consigo mismos eran considerados orates.

Hay que estar en el mundo y la globalización exige estar on line, conectados, enchufados, alertas, disponibles, etc, en todo momento, pero no me quiten mi sagrado derecho a pataleo, y no se enojen conmigo si no ando con las "insignias de la moderna esclavitud" --el teléfono móvil-- colgando de un collar cuando no llevo en las manos mi pesado bolso.



Buscando una imagen, encontré este artículo al respecto. Creo que me interpreta.

16 comentarios:

almena dijo...

jajaja es cierto
ahora casi nos preguntamos... ¿había vida antes de los celulares?
:)
besos, alemama

Churru dijo...

Es una esclavitud, no recuerdo como vivíamos antes de vivir atados al móvil. A veces es cierto que viene bien, como en los viajes por carretera o por la inmediatez cuando estás trabajando, pero desde luego es un sobresalto el escucharlo. Y ese sentimiento de culpa cuando no quieres contestar. En lo posible es recomendable apagarlo en fin de semana, y descansar de ese agobio.

alida dijo...

Sabes que… a mí me regalaron un celular hace varios años, pero la verdad es que el 98% lo tengo apagado, para no decir el 100%, solo lo prendo cuando hay alguien enfermo en la familia de resto nada. Mandar mensajes, esto no va conmigo jejej un día una amiga me mando uno y le respondí:- quien eres tú. En estos días me explicaron como postear desde el celular al blog, “no” me niego a esa tecnología perdería todo el encanto, si uno disfruta viendo todo como va quedando
La imagen que buscaste es la realidad de muchos, entre ella yo uffsss
Un beso

Anónimo dijo...

Me pregunto que habran dicho nuestros abuelos cuando llego la luz electrica , seguro que encontraban que era horrible tener que renunciar a la luz de las velas. Lo mismo al aparecer el telefono, aparato molestoso pero muy util cuando se le necesita... la modernidad trae molestias pero tambien cosas buenas, uno lee tan a menudo en la prensa sobre casos de personas accidentadas en sitios remotos de donde han podido ser rescatadas gracias a una llamada desde el móvil... yo tambien lo odio cada vez que suena y me hace pegar un salto, pero no me imagino la vida sin ellos.

bajamar dijo...

Lo peor que le pueden hacer a una, odiadora cordial de celulares, es regalarle uno. También me involucré con ellos de esa forma, pero es una batalla que da el aparato conmigo, porque siempre se me queda en casa y a tanto buzón la gente simplemente deja de insistir...tengo amigos en la misma parada, pero hay algunos que dan el número del resto para recados...es un mal necesario no más parece, pero el correo es lo mío, igual es curioso que todo mundo tiene celulares pero cuesta un mundo ubicarlos en ellos, siempre se prefiere discar los números fijos como primera opción. Los niños y los celulares otra historia digna de mención...

excelente post, muy amena tu narrativa

saludos

AleMamá dijo...

Amigo anónimo, tienes toda la razón; yo no pataleo por esta tecnología, sino por la dependencia de ella. Es impresionante , por ejemplo, ver salir de misa --en plena consagración,la parte más sagrada y solemne de ella para los que no lo sepan-- personas corriendo a responder o apagar el celular mientras suena "la cucaracha que no puede caminar" en forma chillona y reiterada. Así, lo que pido, es cada cosa en su lugar y no al síndrome de conectados.

Bajamar: Lo mío, también es el correo. Es como me siento m´s cómoda. No molesto ni me sabresaltan, y es todo un agrado recibirlos.

A los demás, gracias por sus aportes simpáticos y "decidores" sin celular, jejeje

Marta Salazar dijo...

el celular es un invento extraordinario, no podría vivir sin él!

te va a gustar... no te preocupes, en un par de semanas, te "amistarás con él".

Tienes que aprender, eso sí, a ponerlo en vibración!!!

AleMamá dijo...

Querida Marta:
Hace muchos años que tengo el engendro vibrador-musical dentro de mi bolso, y por eso se ensañan conmigo porque no me gusta estar pendiente de él. No he habilitado la casilla de voz, no me preocupan mucho las llamadas perdidas, salvo que sean de mis hijos menores que viven aún con nosotros, y recién he cambiado mi equipo por uno polifónico, que tenía aburridos a todos con "Mozart II" tocado con un dedo.
Como decía nada tengo contra la tecnología salvo porque nos esclaviza y nos volvemos dependientes. Piensen nada más: ¿No se sienten desamparados donde no tiene señal o cuando se les queda en casa? ESO es lo que no me gusta, eso y que no sea bien aceptado que uno trate de prescindir de él lo más posible y que no esté disponible en todo momento,lugar, y para todo el mundo.

Gracias por venir y dejar huellas de tu paso.

rocío dijo...

Reconozco que soy malísima al igual que tú para coger la llamada... Lo mantengo encendido todo el día pero solo atiendo un tercio de las llamadas porque me repatea hablar por el cacharro ese... Prefiero esperar y darme de frente con quien me llama para hablar tranquilamente. Total, la mitad de las veces se llama para cosas sin importancia, obvias, o que la paciencia de 5 minutos nos llevaría a hablar cara a cara! :)
Saludos!!!!

Anónimo dijo...

Es cierto que el celular facilita muchas cosas, pero también lo es que en ocasiones nos complica la vida.

Saludos

Gem@ dijo...

Yo también lo tengo hace años, al contrario que la mayoría no puedo pasar sin él, aclaro que no es una dependencia a dicho aparato, yo lo veo más bien una necesidad, lo adquirí justo cuando mi hijo menor por motivos de estudios tuvo que marchar fuera.
Por supuesto también le regalé otro a él, siento tranquilidad al pensar que estoy localizable en cualquier momento.
Quizás algunos piensen que eso es ser demasiado protectora pero sinceramente me da lo mismo ;)

B.B. Queen dijo...

mmm.. yo no pdría vivir sin celular :P
hace mucho tiempo que lo utilizo y me ha salvado de situaciones extraordinarias. lo lamentable es que se dependa completamente de una tecnología relativamente nueva, he ahí el punto. :)
yo manejo mi teléfono a mi ritmo y a mis anchas, con o sin sonido dependiendo de la situación, si quiero lo apago y hasta me sirve de reloj y despertador, recordatorio y agenda. ;)
si creo que hay que "educar" a las personas en la cultura "móvil", pues me parece insensato dejar sonar o hasta contestar en situaciones formales o serias. hay que saber estar "no disponible" en ciertas oportunidades ¿o no? :D

saludos y te leo. B)

B.B. Queen dijo...

p.s.
que el celular suene, no es imperativo de que se "deba" contestar inmediatamente. y que yo llame a alguien a su móvil, tampoco es signo de que "deba" contestarme la llamada ¿no?

:P

AleMamá dijo...

Usado como dice B.B Queen es nuestro servidor y no nuestro amo. Lo que me pasa a mí es que, como no lo conciento mucho tiempo ni en todas las circunstancias, ¡se enojan conmigo! ¡Pobrecita yo!

Sana, sana,
potito de rana;
si no sanas hoy,
sanarás mañana*.


*Estrofa de un verso para consolar niños chilenos :)

WiZ dijo...

JAjaja... si ellos están ahi para recibir a la gente... uno de estos dias escribo algo sobre la vida o alguna otra cosa.
¿coterranea? ¿de que sector?

Se cuida

Saludos

Irantzu dijo...

Vieras mi celular: solo sirve para mensajes de texto y llamadas. Lo mas basico del mundo, pero imprescidible cuando no tienes telefono fijo.
Me acuerdo cuando chica, nadie tenía celular, las llamadas las recibia alguien en tu casa y te daba el recado. Que emocion recibir un recado.
Mi tío fue uno de los primeros en mi pueblo con el prototipo de celular: un armatoste que acarreaba en un maletín y que no tenía señal nunca, jaja, no sé de qué le servía realmente.

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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