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jueves, 27 de octubre de 2011

Crueldad con los animales



A propósito del post anterior, he estado recordando algunas costumbres o situaciones de crueldad con los animales que he sabido o vivido de cerca, cosa que recuerdo seguido y me vuelve la tristeza de que pasaran.

Sucedió que veraneábamos con varios tíos y primos acampando cerca del río Achibueno, en la precordillera de Linares, Chile, donde había un paredón en la ribera frente a la playita donde nos bañábamos. En esa imponente mole había algunas rocas en las que descansaban algunos jotes/zopilotes/buitres. No molestaban a nadie y su labor en la naturaleza es de puros beneficios higiénicos al librarnos de la carroña emponzoñadora.

Así estaban las cosas cuando a uno de los mozos que ayudaban en el campamento se le ocurrió proponer lanzarle piedras a uno de los pájaros que estaba algo separado, y entusiasmó a todos los niños varones para imitarlo, con gran jolgorio de su parte y de los seguidores de la hazaña.  

Pienso que desde la primera pedrada acertaron al ave, porque ya no voló ni se defendió mucho mientras seguía la lapidación. Fue mucho rato, o así me pareció, porque me dolió todo.  Por diversión hicieron sufrir a un ser inocente, bastante indefenso y eso es algo que me repugna más de lo expresable. 

Tengo otros casos que quizás iré contando acá para ejemplificar lo que NO debe hacerse, porque sé muchos ejemplos en que se de tortura y mata sin razón y cruelmente.



18 comentarios:

Winnie dijo...

Dice mucho de alguien que hace daño a un animal indefenso!!! ¡Qué horror! Un beso Ale

AleMamá dijo...

Visitando a Blumún, entretenida bloguera española, me he encontrado justo hoy algo relacionado:
Blumuneando
Si la visitan no se arrepentirán.

ojo humano dijo...

Realmente interesante tu amiga.
La crueldad es algo con lo que tenemos que luchar.
De niños sabemos de eso ¿no?

Gabriela dijo...

La peor clase de abuso es la que se comete contra alguien que no tiene la más mínima posibilidad de defenderse. Como abusar de un niño... para mí, eso no merece perdón.

Fernando dijo...

Qué historia más triste, Alemamá. Lo peor es que no sólo lo hiciera un salvaje, sino que todos los demás siguieran su ejemplo.

¿Sobrevivió el pobre animal?

Se empieza apedreando a un pájaro y se acaba matando al vecino que pone alta la música.

Cyrano dijo...

Como bien dices,es repugnante abusar de los animales ,pero nunca debemos de olvidarnos de las personas de la tercera edad, de los niños,y de tanta gente necesitada que sufren por nuestra indiferencia.

paterfamilias dijo...

No es que sea partidario del maltrato animal, ni mucho menos, pero una historia como la que cuentas, si se ve con ojos de niño, cambia mucho. No creo que hubiera mala intención en eso.

No sé si allí había adultos. Si así fuera, y aunque no tiraran ni una piedra, es mucho peor su actitud que la de los niños.

En cuanto a lo de los niños y ancianos, ni lo comento, porque no puede compararse y hoy en día la sociedad hace grandes esfuerzos por proteger a determinadas especies animales, mientras que los humanos son absolutamente vulnerables.

AleMamá dijo...

Paterfamilia: Ese es el punto. Sí había un "adulto", el mozo que, pensándolo hoy, debe de haber tenido entre 20 y 30 años de edad, pero uno lo veía como grande.

AleMamá dijo...

Toyita, ¡qué bueno el post de Blumún, ¿no? es muy divetida y acertada.

Miriam dijo...

No aguanto la tortura a un animal, con intención de hacerle sufrir y así sentirse como un ser superior
Hay, en esas situaciones, un punto de prepotencia que me pone de los nervios.

Miriam dijo...

No aguanto la tortura a un animal, con intención de hacerle sufrir y así sentirse como un ser superior
Hay, en esas situaciones, un punto de prepotencia que me pone de los nervios.

Marta Salazar dijo...

qué imbécil! y tú, qué le dijiste? le llamaste la atención y le prohibiste seguir lanzando piedras a las aves?

como aprendí en mi familia: "la crueldad con los animales indica algún problema psíquico grave y generalmente se transforma o es expresión de crueldad hacia las personas".

A ver si después cuento algún caso donde he comprobado que es un síntoma de enfermedad mental y/o de graves problemas...

Marta Salazar dijo...

rechazo completamente la opinión de Paterfamilias

paterfamilias dijo...

Con permiso, AleMamá.

Hola Marta Salazar. Yo no acostumbro a rechazar otras opiniones. Por muy opuestas que sean a las mías, no las compartiré, pero rechazarlas ...

Un saludo,

esteban lob dijo...

Hola Ale:

Los dos post dan para pensar en la forma indolente en que actuamos muchas veces ante "los más débiles", incluyendo el "maltrato" a las hormigas estando en sus filas, por ejemplo.
Espero que no llegue el día en que gigantes provenientes tal vez del espacio, aparezcan y nos pisen.

Un beso.

AleMamá dijo...

No, Marta, no dije nada en el momento, al menos no lo recuerdo. No te olvides de que yo tendría unos 10 años y al mozo lo considerábamos GRANDE, era el líder, el que sabía. No había otro adulto, salvo alguna nana, quizás, para decírselo

AleMamá dijo...

Marta, Paterfamilia toca dos cosas diferentes pero relacionadas.

En la primera, está de acuerdo contigo en que los adultos debieron parar y no dar pie a el daño.

Algo conozco de lo que piensas, y creo que cuando Paterfamilias dice "En cuanto a lo de los niños y ancianos, ni lo comento, porque no puede compararse y hoy en día la sociedad hace grandes esfuerzos por proteger a determinadas especies animales, mientras que los humanos son absolutamente vulnerables." debes estar de acuerdo con él.

Saludos, gracias por venir.

eligelavida dijo...

¡Qué triste! Es increible a lo que llega la naturaleza.

Un abrazo, Alemamá y feliz día de todos los Santos!

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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