El almuerzo dominical era sagrado en la casa de mis abuelos. Cada domingo de verano el tata Oli se sentaba en la cabecera de la larguísima mesa de bajo de la sombra fresca de la higuera monstruosa, mientras se comían los platos que preparaba mi abuela Mimí con Julia, su empleada por décadas.
Era un poco largo el ritual para los niños en aquellos tiempos de comer lento, haciendo honor a la dedicación con que se preparaba todo y yo me entretenía mirando las figuras que se formaban con las sombras de las hojas en el suelo.
Con los años mis padres compraron los derechos de los demás herederos, ya no es tan enorme el árbol de mis memorias --yo crecí-- pero las sombras en el verano siguen siendo las mismas y sigo viendo figuras, imágenes, historias en ellas, ¡ como antes!
10 comentarios:
Comer lento... comer listo
guarda bien esos recuerdos, que cada vez se hacen más valiosos.
Un abrazo entrañable.
Que lindo es recordar aquellos momentos, verdad??..Anorables!!.
Que historias recuerdas aun??
que tengas una linda semana.
Comer debajo de un frondoso árbol, sentados en el pasto,en un día de sol...luego una siestecita...sin nadie que te apure...y adormecerte mirando las nubes de algodón...
Cuánto tiempo hace que no lo hago???
ES INPORTANTE NO PERDER LOS RECUERDOS SOLO ELLOS MANTIENEN VIVA UNA IDENTIDAD........ ,MIS MAS CORDIALES SALUDOS DESDE AQUI SUERTE
Me has hecho recordar mi infancia. Todos sentados alrededor de la mesa se me pedía que leyera el periódico para ver mis avances escolares.
Sigo manteniendo esa hora el ritual de la acción de gracias familiar.
Buenos recuerdos. Tienes una bendición extra, un tesoro personal de donde sacar fuerzas para los días fríos.
Gracias, Ale.
Que lindo recordar, sabes fue tanto así que el menú en casa de mi abuela (Ita), menú mama-gogo, todavía lo llamamos así, pero nos reuníamos los sábados, era asado negro, ensalada remolacha con papas y espagueti, éramos muchos; hace poco fuimos ver la casa y no era tan grande uffsss chiquito uno ve las cosas inmensas
Un abrazo
Los árboles decrecen cuando una va subiendo, pero los recuerdos mantienen la inversa, crecen cuando nosotros menguamos.
Precioso recuerdo, Alemama, momentos bellos en la vida, qué bueno guardarlos en la memoria para cuando todo se tambalea: te dan asideros.
Pon: ¡Uy, que bien dicho, amiga! es exacta la comparación: los recuerdos se agrandan, se idealizan, incluso, mientras los escenarios se achican.
Veo que en general recuerdos tan chicos como estos son los que hacen tener un hilo conductor que nos sostiene muchas certezas. Me doy cuenta de que no soy la única, y que casi todos acá tenemos experiencias parecidas, y me da tanto gusto. Gracias por dejármelo saber.
(Creo que recién comenté aquí, pero con la cuenta que no era, si es así, borra ese comentario por favor!)
Te decía que yo tb. me acuerdo mucho de como eran las cosas antes; que me gustaría volver a ser chicas, y vivir esos almuerzos, esos tiempos que tenían mil veces más encanto que ahora. Ahora todo es correr, todo está hecho, todos somos unos adictos al computador... me gustaba más antes, hasta la tv era mejor!
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