Frente a mi cama hay algo inquietante, no me deja dormir, sólo soy capaz de mirar los cuadrados del damero y contar los casilleros vacíos, los que no tienen la tachadura que me va quitando esta sensación de no completar lo que me he propuesto desde que tuve catorce años cuando quería destacar en algo absolutamente fuera de lo común en mi ciudad, en mi país y ¡ojalá en el mundo! ser alguien en un país comunista en que por ley nadie era nada, salvo los que se habían encumbrado quién sabe por que artes de la política, los padrinazgos y mafias.
A medida de que iba sobresaliendo en el deporte-ciencia, el antiquísimo ajedrez, se me fue ocurriendo una manera muy personal de jugarlo: se trata de ir llenando cada uno de los escaques del tablero con las piezas que iré juntando de una en una, con cuidadosa discreción pues, si no fuera así, no terminaré de llenar el cuadrado número sesenta y cuatro. No son pocos y el desafío me llena de adrenalina, siempre tan escasa en los suburbios de Moscú.
Los casilleros negros son masculinos; positivamente para machos, no puedo inaginar ese color oscuro y sombrío como femenino, en cambio el blanco.... ¡el color de la pureza, de la delicadeza, de la claridad que debe ostentar toda mujer! blanco, blanco.... las que no lo han mantenido sabrán lo que significa quedar en los trazos que pondré ahí en los casilleros níveos. Uno para cada una de las que deben averiguar qué significa conservar el traje inmaculado de su femineidad.....
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En el parque hay personas de los dos colores que busco, pues los oscuros deben ser MUY oscuros y, como acá no hay de raza negra, deben tener el alma color tinta china.
¿Cómo lo sabré? pues conversando mientras tomamos unas cervezas y nos fumamos unos pitillos. No falla, sueltan cualquier lengua unos pocos tragos y un poco de paciencia para oír sus historias. Luego, a marcar mis casilleros hasta llenarlos. Si no me falla el método, podré jugar otras partidas. ¿Cómo saber el futuro? esto se está poniendo adictivo, lo siento en mis sienes, aquí adentro, cuando miro el tablero frente a mi lecho.
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¡Sólo sesenta y uno! y entre los blancos, Natasha, la perra, la que se ensució, la que no se mantuvo impoluta la que nunca quise que ocupara una casilla pero que al fin y al cabo lo mereció. Pidió misericordia, pero yo no iba a dejar ese lugar vacío si estaba allí ella para ocuparlo con "honores". ¡Natasha! si me hubieras querido sólo a mí, si hubieras guardado tu albura sin mezclas, mi Natasha, amor mío, mi desgracia.
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No logré la meta, pero en la cárcel los asesinos no tienen adornos en sus celdas. No tendré esos espacios vacíos, sin las marcas de la meta cumplida; ya no la logré y no me atormentará. ¿En qué cuadro, de qué ser, estaré ocupando un lugar dedicado a los asesinos en serie capturados sin terminar su desafío?
Ver la noticia acá* ...y acá...* ...y ya comenzó su juicio* Más detalles, pobre gente*
14 comentarios:
Dejé un enlace a la noticia de ese asesino moscovita llamado "el asesino del ajedrez". Me impresioné mucho. He inventado esta historia y creo que en este caso la ficción queda corta.
Excelente. Es un cuento que atrapa, tiene muchas posibilidades implìcitas.
Te felicito, vas bien. Si recopilaras todos tus cuentos te saldría un libro bien interesante.
Uuuf, estremecedor. Realmente para esos psicópatas la vida humana no tiene ningún valor.
Está buenísimo, hay tensión y entretención.
Un abrazo
Qué espanto, por Dios. Dicen que el peor problema de los psicópatas es que son incapaces de ponerse en la piel de sus víctimas. Que no tienen compasión ni misericordia.
Amiga, excelente lo leí completo
Paso por aquí debido que te deje en mi blog un regalito
Un besito
Hola Ale, muy buena tu imaginación, que triste que hayan seres que escojan esta manera tan vil de sobresalir y resaltar o llamar la atención, espeluznante y excelente comparación la tuya escudriñando en la mente del fulano como haria para seleccionar blanco y negros. Te deje un presente en mi espacio. Saludos
Es una excelente recreación, cargada de simbolismos esparcidos por los meandros más recónditos de una mente que se pierde...
Un beso!
Qué bueno Ale! En pocas lineas una estupenda definición de un demente.
Hola es mi primera visita... me gustó tu relato... te invito a visitarme y si te gustan los cuentos... en la barra de la derecha donde dice "cuentos cortos"... podés leerlos. Te mando un beso, nos vemos.
desde luegoi es muy personal,no sé sie char una partidilla o no.
Un abrazo
No tenía idea! Me dejas boquiabierta... Tu cuento está muy bueno, y no entendía de dónde se te había ocurrido, pero vi los enlaces... El tipo dice "maté a 60, hubiera matado más, etc", y el diario dice "de ser encontrado culpable"... ¿de ser encontrado culpable? Ya sé que es lenguaje periodistico, no pueden decirlo de otra manera, pero suena tan irónico... :-/
Ale, me "agarró" desde el principio, te felicito, está muy bueno... no soy experta, pero si puedo decir que me gustó mucho... gracias por invitarme a leerlo .... un beso.
UFFF ¡Que bueno! Además te atrapa desde el primer momento. Es realmente angustioso ver por dentro la mente de un psicópata ¡Y lo haces muy bien!
¡¡¡Cierto, amiga. A tí también te va la vena de terror!!!
Genial, me ha encantado.
Besazo
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