Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



viernes, 30 de mayo de 2008

Huellas en el agua; polvo en el viento; flores de un día; sombras de nubes: NADA

Pateando pueblos vecinos a la ciudad de mi hija en Baden-Württemberg, paseé por Bittigheim-Bissingen, una ciudad muy bien conservada, llena de recovecos y muchas cosas interesantes para quienes deseen mirarlas y apreciarlas. Entre esas minucias de las que me gusta observar, había una casa con éste letrero muy a la vista. Dice, en una traducción muy libre:
" Esta casa es mía pero a la vez no lo es; después de mi llega a vivir otro y la casa tampoco será de él"
Suelo pensar mucho en la fugacidad del tiempo, en que nuestro paso por el mundo es como una huella en el agua: dura mientras pasamos y deja una inestabilidad sólo por unos momentos después que hemos herido su superficie para desaparecer entre otras ondas producidas por otras causas.




11 comentarios:

AleMamá dijo...

"¿Qué es el hombre dentro de la naturaleza? Nada con respecto al infinito. Todo con respecto a la nada. Un intermedio entre la nada y el todo" palabras de Pascal.... creo que dicen lo que pienso de un modo admirable.

almena dijo...

También a mi pensamiento llega con mucha frecuencia la fugacidad del tiempo... de este nuestro estar aquí...

Muchos besos, Ale
:)

Ana dijo...

Yo también muchas veces pienso algo del estilo. Y también me pregunto si nuestro paso dejará huella de alguna manera. Por supuesto que lo hará entre los que nos quieren, pero cuando estos ya tampoco estén, ¿quedará nuestra marca en algo?

Fran dijo...

Yo también lo pienso y algunas veces me da vértigo. Cuando llega a mis manos las fotos o algo que perteneció a alguien que no llegué a conocer y ahora no se nada de cómo fue esa persona y su vida. Pasa todo rápido y casi sin dejar huella, quedando en el olvido.

Susy dijo...

Y pensamos que siempre estaremos siendo cuando ni lo uno ni lo otro es cierto y todo es pasajero y fugaz.

Un beso.

maria jesus dijo...

En relación con la edad del mundo, pasamos poco tiempo, pero el que pasamos hacemos mundo y dejamos una estela para los siguientes, la cosa está en que esa estela sea positiva y buena.

Anónimo dijo...

la fugacidad


un beso

Anónimo dijo...

Qué bonito lo has expresado, y qué bonito el poema alemán: hasta sin saber esa lengua, suena bien.

Mira, esto que has dicho yo lo he pensado a veces en mi casa, viendo un atardecer: "tal día como hoy, a esta misma hora, la señora que me vendió el piso vería este mismo sol, a esta misma altura, con este mismo tono, aunque hace ya muchos años".

Claro, no hay que ser muy listo para saber como sigue la historia: tal día como ese, dentro de muchos años, alguien verá el sol en esa posición y se acordará de mí, sin haberme conocido.

F.

Guillermo N. A. dijo...

Es verdad ale...
Parece que, al menos por esta vez, estamos de alguna manera en la misma sintonía...
Sin embargo me causa cierta gracia ver lo radicalmente diferentes que somos...

Tu texto expresa inquietud por el tiempo que pasa... pero no pierdes esa serenidad tan tuya que se refleja en general en todo tu blog... mientras que yo... uuufff... de por si desordenado, al lado tuyo lo que yo reflejo es un caos...
De cualquier modo me siento contento de esta "sintonía" contigo...

Saludos...
-

zocadiz dijo...

Siempre me llama la atención lo fugaz de la vida humana.
"Caminante no hay camino sino estelas en la mar..."

AleMamá dijo...

¿Será que nos estamos haciendo más viejos de lo que pensamos que somos?

Hay modos de permanecer aunque no sea con nombre y retrato. Piensen nada más en cuánto de lo que hacemos y sentimos, nuestra moral, nuestra cultura proviene de las abuelas. ¿Qué cosas mís heredarán de mí -sin saberlo ni ellas ni yo- mis nietas?

Es un tema un poco 'oscuro' éste, pero tan presente en tantas personas que ya vamos sumando años que creo que es bueno tocarlo. No por nada me topo a cada rato con posteos por el estilo.

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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