La casa de mi tía era similar a ésta.
Con la devastación de estos días en Chile, ha terminado una era en mi familia. La última hermana viva de mi papá ha debido liquidar sus enseres que vestían una casa grande y muy antigua y por lo tanto dañada de tal modo por el megaterremoto del Maule en Chile, que ha debido adecuarse entre gallos y medianoche e irse a vivir a una pequeña casa , de serie, pero firme y moderna.
Su añoso y noble mobiliario no le cabe en su nuevo domicilio y lo ha dejado todo -en la casa que abandona a la acción de la picota- para que se lo lleve el que pueda o desee, dándonos prioridad a los sobrinos, pues ella jamás se casó y por lo consiguiente no tuvo hijos . Lo que no pueda quedarse con nosotros, se lo llevará el primero que se muestre interesado, ¡y me da una pena! De cuántas cosas son testigos esos muebles y utensilios Tantas páginas leídas en esos libros de los abuelos -casi todos en francés- de hermosos empastes y excelentes autores.....¡ay! todo se acaba con la vejez de las personas y de las construcciones. El sismo sólo nos lo corrobora.
¿De que le vale al hombre ganar el mundo entero si todo se termina? ¿A qué tanto afán de acumular? Por suerte mi tía hacía años que se iba deshaciendo de a poco de las cosas más valiosas. ....un cuadro por acá; un anillo por allá, una vajilla de porcelana rara y antigua para un matrimonio de alguno de nosotros....unas piezas de artesanía china en marfil.....¡uf! tantos recuerdos.....
Escribiendo esta entrada me acordé de otra en el mismo sentido de una señora alemana que conozco. Después de tener un hogar bien puesto debió dejarlo todo y lo cuento acá*
11 comentarios:
Buen post, acerca de los recuerdos de etapas de la vida que hay que aprender a superar, el dolor y la impotencia de fuerzas mayores ,con apoyo moral y amor y volver a empezar de nuevo ....
Un abrazo de MA
Al fin y al cabo Ale, aunque te entiendo, son cosas lo importante es la VIDA Un beso
Hola, Alemamá. Tu post me puso triste por su contenido, pero también porque me recordó el caso de un familiar que perdió su casa por no poder pagar la hipoteca. En aquella ocasión pude ver lo importante que es nuestra casa para cada uno, no es sólo una propiedad sino una parte de nuestro ser, donde -como tú explicas de tu tía- han ocurrido cosas muy importantes de nuestro pasado.
Espero que tu tía pueda ser feliz en su nueva casa: es probable que, al seleccionar lo poco que se pudo llevar ahí, se haya dado cuenta de la importancia real de las cosas que tenía.
(Sigue rezando por Pellegrini, como dijiste hace meses que hacías: la derrota de ayer ante el Olimpique y la exclusión de la Copa de Europa no son buenas noticias para él)
Muy triste historia, realmente.
La foto de esa galería me recuerda al casco de la estancia de un tío abuelo, estaba pintado igual, salvo que las columnas eran de material y en las ventanas había esas rejas de hierro forjado de la época de la colonia. Hoy todo está repartido en los descendientes, hace muchos años que no voy por allí y seguramente nunca lo haré. Prefiero recordar los buenos tiempos felices.
Me parece que es así la vida. Uno debe seguir andando y sembrando.
Mis tíos abuelos viven en nuestros buenos recuerdos.
Saludos Santiagueños.
Parece que tu tía ha hecho buenos tesoros en el cielo con los que tenía en la tierra, bien por ella.
Oh, si pudiéramos aprender algo de tu historia en esta modernidad consumista ¿no sería menos doloroso?
mis abuelos vivían en otra ciudad, y cuando fallecieron al paso de los meses fuimos a su ciudad a una boda de una prima. Nos quedamos en la que fue su casa, que aún tenía todos sus muebles y enseres. Fue una expriencia muy fea, que me enseñó que lo que hace un hogar, una familia, son las personas que viven en la casa...no las cosas. La calidez y los recuerdos vienen asociados a las personas que hemos conocido y nos han hecho felices.
¡Animo AleMamá! que tu tía sigue con ustedes.
Un beso,
Ale.
Entiendo tu tristeza y tu sensación de perder cosas valiosas. Desde acá, sin conocer a tu tía, me alegro de saber que ella está bien y me alegro de saber que tiene un lugar a dónde ir.
Denle ánimos, dejar una casa después de tantos años, encima por motivos como este, tiene que ser muy duro.
Saludos.
A veces por causa de la vida no más, por ejemplo porque los hijos ya no tienen las casas tan grandes de los padres y los abuelos, no encontramos preguntándonos qué se habrá hecho tal o cual mueble, cuadro, libro, o recuerdo de familia que había en la casa de los abuelos o los padres.
Y da pena. Pero ¿qué otra cosa queda hacer?
La utilización del espacio ha cambiado tanto...
Lastima que viva tan lejos, podria aprovechr algo...pero claro que si da cierta nostalgia y pena porque el entorno es tambien parte - un marco - de nuestro diario existir, aunque mi madre siempre decia las paredes son paredes. Tambien yo tuve una tia que vivia con nosotros y a medida que iba envejeciendo sus placares y comodas se iban vaciando....regalo casi todo.
es muuuuuuy parecida a la casa que teníamos en San Vicente de Tagua Tagua; pero falta la mesa de ping pong ;)
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