Miguel y María José son unos recién casados chilenos que fueron de luna de miel a Nueva York para partir desde sus muelles a un crucero por el Caribe. Todo bien planeado, maravillosas perspectivas que fueron cumpliendo hasta que tomaron un taxi para ir a embarcarse.
Resulta que el taxista que les tocó era chino, pero chino-chino, que no hablada nada de inglés y para qué decir de castellano: CERO. Para colmo, no conocía la ciudad por lo que estaba equipado con un estupendo GPS....¡en caracteres chinos! Y partieron contra reloj a hacerse a la mar.
El viaje fue de sainete, porque los chilenos daban instrucciones por señas, y el taxista se desesperaba sin atinar y yéndose cada vez más lejos del embarcadero. Rápidamente el marido tomó el mando "de la nave menor" (el taxi) porque sabía para qué lado estaba su barco y entre sudores de miedo de perder los pasajes y otros inconvenientes, lograron llegar a tiempo para comenzar la segunda parte de su luna de miel "ideal".
14 comentarios:
JA JA Me ha encantado lo de chino-chino Ale. Un beso
Felizmente llegaron, aunque con las justas.
Lo que no entiendo es cómo un chofer que no habla nada de inglés puede ser taxista en Nueva York. Ni en Lima, donde el transporte público dista mucho de ser perfecto, pasa eso.
Winnie, sí, puede que "chino" que viene siendo casi genérico por oriental, del país que sea.
Besos
Gabriela, es LA pregunta que todos nos hacemos. A lo mejor era un taxi "pirata", como los que se ven de repente en nuestros países.
Cariños
Parece mentira que alguien pueda hacer un trabajo así sin entender el idioma. Un beso.
jijiji a quien le paso eso???
Son amigos de la Memé, casados en abril de este año, jeje
Qué bueno. Los taxistas chinos- chinos que además circulan fuera de China son terroríficos.
Es insólito que en esas condiciones pueda funcionar como taxista en una ciudad como Nueva York.
Menos mal que no perdieron el Crucero.
De acuerdo, Esteban, es muy anormal pero estrictamente cierto. Se trata de unos compañeros de universidad de mi hija y yerno. Pienso que el problema puede verse agravado por la poca práctica del inglés de ellos por un lado y del chino por otro que debe de haber preguntado con inglés atarzanado. Fue divertido una vez pasado el susto y vagabundeo con el tiempo justo en una ciudad desconocida.
Cariños, compatriota.
Yo me hubiera puesto a llorar hasta que llegue un carabinero, seguro que pierdo el viaje (será tan difícil encontrar uno por esos lados como por aquí?)
Para mí que era un taxista-pirata, de los que por lo visto hay muchos en NYC.
Esta anécdota nos recuerda, una vez más, que las cosas grandes dependen a veces de pequeñas condiciones de la vida cotidiana, como encontrar un taxista que hable inglés.
Lo que me parece raro es que el señor chino haya pasado por autoridades de Tránsito y estas le hayan permitido ser taxista.
Sigo pensando en que taxista puede haber sido en Shangai y de aficionado se metió a hacerlo en NY City, pero que la historia es real loes; eso lo garantizo.
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