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jueves, 11 de agosto de 2011

Si fuera teleserie, no lo creería posible. Historia en dos actos

Tenía en borrador esta historia. No me animaba a publicarla hasta que he leído hoy a Gabriela que también cuanta una que ha conocido ella y la cuenta en dos entregas. Yo haré lo mismo. Va sin imagen porque no se me ocurre cómo simbolizar algo tan complicado.

Hay historias que superan la imaginación más fértil. He sabido "detalles" de una situación insólita, sórdida y terrible. Quizás deba contarla en más de una entrada, para no alargar el post y aburrir. Sé que queremos visitar a muchos amigos de Bloguilandia cada día y el tiempo es poco. Seré breve y contaré escuetamente los hechos.

  • Una hermosa mujer de 35, que llamaremos Rosa fue madre soltera a los 15 y su hija Karina, también sin marido, la hizo abuela de Benjamín a los 30.
  • El padre de Benjamín, Roberto, es un joven de actuales 26 que se mata trabajando en 3 trabajos duros para salir adelante; su cartón de electricista de escuela industrial de poco le ha servido, pero nunca ha dejado de ayudar económicamente a su niño.
  • Después del nacimiento de Karina,  Rosa, la joven abuela,  se casó con un buen hombre  -que se hizo cargo de Karina cuando niña- y de este matrimonio nació Yasna que ahora tiene 12 años. La otra hija y Benja seguían viviendo en la casa común de la madre y su esposo, llamémoslo Pedro (todos los nombres son inventados por mi).
  • Peleas van reencuentros vienen, y Roberto al final se juntó con Karina y el hijo de ambos, en un arreglo que podría ser muy bueno para todos porque el joven paga las cuentas comunes como es el arriendo, la luz, agua, etc y la suegra puede estar tranquila por esos ítemes, porque.....
  • ....le salió un flamante amante de 21 años alias El Sapo del que se embarazó y por el que echó a su marido Pedro de la casa, pese a que el hombre le reconoció al hijo de sus amoríos.
  • Mientras Rosa vivía su aventura, de la hija de 12 se tuvo que hacer cargo la hermana mayor y obviamente su pareja, Roberto, sin corresponderle por ningún concepto esa responsabilidad a ninguno de los dos muchachos
  • No todo es bueno en Roberto tampoco, pues tiene el gran defecto de que cuando se pasa de tragos tiene una borrachera violenta, y destruye las cosas de su hogar de turno, ya sea el de su madre o el suyo "propio"..... de allegado donde la suegra siempre ausente, salvo para cobrar las cuentas que él debe pagar, o si no....le dan unas palizas tremendas los amigos de la bella Rosa que viven en la población periférica. Dos veces ha ido a parar a la cárcel por violencia intrafamiliar, y en ambas, la madre propia  ha sido la que lo ha denunciado, o señalado para que lo encierren. Sus detenciones han sido breves porque no ha atacado a las personas, sólo los bienes, pero si hay una tercera cambia la cosa.
Continuará........






7 comentarios:

AleMamá dijo...

Me acaban de decir que esta historia casi no se entiende, y no me extraña nada, por eso la cuento, por increíble de enrevesada.

Gabriela dijo...

Realmente parece una novela. La he debido leer dos veces, y creo que voy a necesitar una tercera para que cuaje bien en mi cerebro.
PD: gracias por la mención a mi blog.

Winnie dijo...

yo intento entenderla y...¡me horroriza!
Besos Ale

Andy dijo...

Madre mía... qué historia tan caótica.

Verdaderamente la realidad supera a la ficción y, en este caso, por desgracia.

Un abrazo.

AleMamá dijo...

Winnie y Andy, sólo es una muestra de lo complicado que puede ser el descriterio y su reata de sufrimientos perfectamnete evitables con un poco de generosidad y sentido común.

Cyrano dijo...

Esperemos el final.

Miriam dijo...

ufff, alucinante.
Voy a por la segunda parte

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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