Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



miércoles, 11 de enero de 2006

Mascarón de Proa


Todos en la familia y los amigos también, recurren a mí para averiguar noticias de todos los demás, saber actualizaciones de teléfonos, estado de salud y mucho más. Esto me honra, por supuesto, pues se ha dado solo, no lo he buscado, y desde hace muchisimos años.

Hoy que en mi familia alguien está en estado muy delicado de salud, el teléfono no para de sonar y yo de dar el parte escueto y aséptico, sin involucrar mucho mi pecepción subjetiva de las cosas, pues cuando he llegado a hacerlo, pasa por la subjetividad de otros "con mi firma de autenticidad" y la verdad es que lo que haya podido decir rueda tan lejos que uno ya no puede reconocer que ha parido esos dichos, y es que he ido gozando de una buena fama entre los míos que puede avalar cosas que ya no comparto al pasar de boca en boca, de e-correo en e-correo hasta hacerse diferente y ya no me puedo hacer responsable.

Todas estas consideraciones las hago pues mi madre me ha dicho algo que esperaba que no ocurriera en muchos años más y es que me ha llamado "mascarón de proa" porque he ido tomando el relevo del sitio que ellos al irse haciendo mayores han dejado vacante.

Yo siempre había visto el problema como que al ralear las generaciones precedentes, uno estrecha las filas, pero hoy me ha hecho verlo diferente, y es que de verdad llega el momento en que los padres pasan a ser un poco hijos de los hijos y a delegar funciones.




Ya he tomado mi lugar ahí, sin pensarlo ni sentirlo: hoy lo he aquilatado como una responsabilidad que me honra. Ojalá lo logre.


*Cuadro de Mario Carreño, pintor chileno

4 comentarios:

hna. josefina dijo...

Una imagen análoga, es la que he experimentado -hace rato ya- de que en las familias, la generación de los adultos es como "el techo", que te ubica y resguarda del "descampado"... Y hay un momento en la vida, en que uno se da cuenta que "queda sin techo", y empieza a ser el techo de las siguientes generaciones. A veces los mayores ya no están, y otras, están pero se cobijan también en el nuevo techo.

Jorge Santana dijo...

jajaja, que risa me da mujer disculpe usted pero me pasaba lo mismo, bueno a mi madre, que juanito se enfermo, llama a tu tia a ver que te dice jajaja


mujer quiero disculparme, mis ojos no tienen clemencia y la he llamado alemana por mucho tiempo, disculpeme no me habia dado cuenta, como le digo mis ojos no tienen rienda.

saludos mujer y un abrazo

Rafael dijo...

Pues claro que lo lograrás. la vida es un devenir de acontecimientos, de sucesiones, de momentos....y por todos ellos tenemos que pasar.Alguna vez lo haremos mejor, otras peor, pero lo haremos...porque la vida esta llena de continuos retos.
Mis saludos. Es la primera vez que recalo aqui y me ha gustado.

Anónimo dijo...

Es cierto Ale, a nuestra edad, la tuya y la mía, nos convertimos en las custodias de nuestros mayores y a veces, cuando lo analizamos, nos damos cuenta que esa, por ley de vida, será nuestro futuro; ser los hijos en un momento dado, de nuestros propios hijos. Eso si, si se avienen a cuidarnos, que esa es otra...

Abrazos y besos

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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