El techo es lo primero que concibo al pensar en una casa: la protección del agua debió ser la primera necesidad del ser humano al tener morada estable y pienso que la segunda sería protegerse del frío, pero,
¿cómo cerrar el paso al viento y mantener encendido el fuego o encerrado el calor humano de los cuerpos?
¡Hágase un cortavientos! ... y se inventó la puerta, sinónimo de intimidad, de abrigo, de propiedad privada, pero también, cuando se nos abren, de confianza, solidaridad, de acogida dentro de lo que es más propio, un hogar con su carga de significado: calor reconfortante, comida caliente , compañía, conversación, amparo, familia...
Las puertas se abren, pero también se cierran y ¿habrá algo más triste que que una puerta que estuvo abierta para alguien se cierre, aunque sea por un cambio de domicilio? ¡y qué decir si la clausura la provoca un amor perdido, una confianza traicionada!
Pensando en estas cosas que se me ocurre pensar a mí, recordé este viejo bolero chileno que lo expresa muy bien:
Agonía
Francisco Flores del Campo
Tengo que pasar por tu casa
para llegar a la mía,
y esto me causa una pena
que está acabando mi vida.
Tengo que pasar por tu puerta,
y no entrar como lo hacía,
para dormirme en tus labios
hasta que volviera el día.
Mas cuando hay luz en tu alcoba,
y oigo otra voz, no la mía,
entonces ya mi dolor
es una lenta agonía,
porque yo sé que muy pronto
voy a pasar por tu casa
para morir en la mía
Francisco Flores del Campo
Tengo que pasar por tu casa
para llegar a la mía,
y esto me causa una pena
que está acabando mi vida.
Tengo que pasar por tu puerta,
y no entrar como lo hacía,
para dormirme en tus labios
hasta que volviera el día.
Mas cuando hay luz en tu alcoba,
y oigo otra voz, no la mía,
entonces ya mi dolor
es una lenta agonía,
porque yo sé que muy pronto
voy a pasar por tu casa
para morir en la mía
8 comentarios:
¿Viste? Lo dicho, da pena tener que cerrar puertas y siempre hay alguna que ya no cruzaremos :(
Vivo en una casa que tiene mmuuuuuuuchas, es que ni te cuento, a veces me pierdo entre la una y las otras. No sé quién construyó este lugar, pero era un mal diseñador. Y sin embargo, cuando las abro todas, el sol entibia los pasillos, en especial en estos días de frío.
He cerrado muchas, pero como se dice por ahí, cuando una puerta se cierra, otras se abren. Esa esperanza nos mantiene en la ruta y nos anima a soportar cuando te dan con la "puerta en las narices".
Linda reflexión y la melodía.
Un beso de hermana.
Mi puerta casi siempre estaba cerrada, pero algo pasó (tal vez una inundacion ) y ahoa si la tocas se desarma... Parece que la cambiaré por otra más transparente y más flexible. ;D CARIÑOS
En todo caso, dicen -con razón- que cuando Dios cierra una puerta siempre abre una ventana y yo puedo agregar que te hace mirar para el lado correcto. ¡Sursum corda! ¡Arriba los corazones!
Cuando tengas tiempo, observa este link:
http://mami.iuplog.com/default.asp?item=173120
:)
es verdad lo que dices! aunque... cuando se cierran a alguien las puertas de la casa... es que antes se han cerrado las del corazón.
Un beso!
Verdad, exacta verdad :(
Ojalá no se nos cierren las puertas de quienes amamos. Ojalá siempre para nosotros estén de par en par abiertas.
Besos muchos para ti e Irma
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