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lunes, 28 de mayo de 2007

Sucedió en el sur. Historia de Alicia

Corrían los primeros años del siglo XX cuando la mayor de las tres hermanas cumplió los dieciseis años con una rubia belleza poco común en su pueblo. La niña no pasó inadvertida para sus tíos que deseaban urgentemente casar con alguien que le calzara socialmente al joven tarambana de su hijo veinteañero que ya vivía un tórrido romance con la hija de la ranchera del fundo, y veían con horror que el chico siguiera los pasos de un pariente que se vió inesperadamente casado con quien no le convenía, en medio de una borrachera, dicen. Yo lo creo, pues se veían muchas anomalías en esos años de pocas regulaciones, fácilmente evitables, y si había buen mosto entre medio, ¡más fácil!

La joven Alicia fue empujada a aceptar el noviazgo impuesto por sus padres y tíos pues los matrimonios entre primos eran cosa corriente en una sociedad rural tan pequeña, y convenirlos sin el consentimiento de los involucrados no constituía ningún motivo de admiración; por lo demás generalmente eran todo un acierto y funcionaban maravillosamente. Claro, hubo excepciones.

Todo estaba planeado con detalles y elegancia; no por nada eran personas bien y había que demostrarlo con sencillez pero con generosidad, atendiendo a patrones, empleados y peones y sin contar con la negativa de la noviecita que hasta el último momento decía que no quería casarse, pero no hubo ruegos, enojos ni amenazas que evitaran su destino. La casaron y era señora. Se supo que su flamante esposo tampoco tenía ningún interés en ella, salvo guardar las apariencias ante sus pares. Todo estaba consumado.

Muchos años después una prima suya contaba que su noche de bodas fue una pesadilla, que el novio no tuvo la menor delicadeza con la jovencita y se vengó de la injusticia cometida con él humillándola de un modo terrible.

La chica no pudo conservar ninguno de los hijos que engendró, y el marido jamás dejó a la ranchera que le satisfacía sus instintos de macho poderoso.

Poco tiempo pasó y alrededor de los veinte años era una esposa abandonada, sola y sin futuro, cuando conoció al que iba a ser el amor de su vida, un buenmozo elegante, de buena familia y poeta. ¡El sueño de cualquier jovencita romántica y adolorida! La calle de sus vidas no tenía otra salida que la muerte, y a la muerte recurrieron en un pacto clandestino: ella se envenenaría y él se dispararía para acompañarla, ya que en la vida no era posible.

Llegó el día de unirse de este modo y cumplieron con su parte cada uno, pero no previeron los sufrimientos de Alicia y su amante trató de acortárselos disparándole antes de proceder a truncar su propia existencia; él lo logró, pero la mujer debía padecer aún otro poco: no murió de inmediato y alcanzaron a darle los últimos sacramentos y prestarle auxilios médicos antes de expirar.

El padre le negó a la familia el asistir a las exequias de la desdichada jovencita, y quedó enterrada en una tumba anónima, que he tenido la suerte de conocer en un paseo por un pequeño cementerio de pueblo chico.




Tumba de Alicia. Que en paz descanse.

11 comentarios:

AleMamá dijo...

Perdón por el post tan largo, pero ¿cómo acortar una historia que me llega tanto? Alicia era prima de mi abuelo, y sólo ahora, por mi madre he sabido su tristísima historia. Simplemente, nadie la recuerda, su tumba anónima cumplió su cometido, pero yo quiero rescatarla del olvido injusto, y mi madre me ha ayudado.
Seguiré poniendo acá, espero, algunas de las viejas historias trasmitidas en su pueblo de boca en boca para que no se pierdan.

Ella piensa escribir esto y lo hace estupendo, pero mientras lo adelanto yo.

Persio dijo...

Uf, tremendo.
Fíjate, historias pasadas y tan familiares -en los dos sentidos-... El mundo ha cambiado tan poco...
Esa tumba merece un recordatorio.

Saludos

Xuravet dijo...

Me encantó la continuación de la historia, no cabe duda que cada día nos regalas una joya para deleitarnos.
Espero con ansia las siguientes historias.
Saludos amiga.

Cind dijo...

Dios mío, qué historia Ale. Pobre Alicia, al menos encontró al hombre de su vida pero, qué final!!! Creo que le haces un justísimo homenaje a tu pariente.

Lindisima dijo...

Guao que profunda historia, esto tiene un mensaje buscaron su libertad a pesar de las adversidades, recibe un beso para ti.

Verbo... dijo...

creo que el casamiento debe ser por admiracion y compromiso de acompañar.

No debe ser nunca obligado.

AleMamá dijo...

Persio Sí, merece un recuerdo.Desde luego, ahora que lo he sabido, la encomiendo a la misericordia divina en mis oraciones.
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Xuravet Gracias por tus palabras. La verdad es que mi madre es un pozo de recuerdos, pues siempre escuchaba con gusto las historias de los viejos, esas que se pierden con ellos por falta de interés. Cuando recuerde otra, la contaré acá :) YO soy la que escucha ahora.
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Churruán Tengo una hija de esa edad, y al proyectar lo muy joven que es, me duele hasta el alma con esa historia real y tan triste.
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Lindísima Es un modo que no puedo patrocinar, pero sí, buscaron la libertad que les fue negada, y solo Dios puede meterse en sus conciencias. Es realmente una historia dolorosa.
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Logos Tienes toda la razón, el amor es lo más libre que hay, pero hay costumbres y circusntancias que cambian, y a esta niña le tocó una época en que las maneras de pensar, para bien y para mal estaban cambiando. Así se usaba, pero ella tuvo mala suerte.
Nosotras gozamos de una dignidad que no se nos reconocía hace un siglo. Estos temas femeninos, pero en buena, me apasionan.
Como dice mi vieja, hay que juzgar cada época según sus cánones.

almena dijo...

ufff conmueve esta historia de desamor y desdicha. Cuántas similares habrán existido en aquellos tiempos en que guardar las formas y "casar bien" era la meta a conseguir.
Buen trabajo, alemama.
Un besazo

alida dijo...

Amiga, esta historia me dejo con el corazón chiquitico, cuantos relatos habrá por allí
Me agrado muchísimo que recopiles datos de tu familia
Un beso

Tanhäuser dijo...

Qué historia tan terrible y qué final tan trágico, pero está escrito que los amantes de verdad mueren juntos pues juntos quieren seguir en el más allá.
Un abrazo enorme.

Leandra dijo...

Como un evento tan feliz como un casamiento puede convertirse en una desgracia. Cuantas historias asi, unicas y tormentosas habran existido en nuestras familias sin que lo sepamos. Ave Alemama por desempolvarlas y hacerle un poco de justicia a la pobre Alicia y su tumba anonima.

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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