Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



martes, 22 de enero de 2008

La Ventana Indiscreta


Miro por la ventana del departamento de mi hija, para ver la vida normal de personas normales en este país que no es el mío.

Me interesan los monumentos turísticamente atractivos, obvio, pero el que más me interesa es el dedicado a la vida corriente, esa tan difícil de observar si uno anda corriendo, pero el estar lloviendo y no tener mucho que hacer hace que se pueda practicar el viejo deporte de observar a los vecinos detrás de los vidrios con cortinas blancas. En Alemania todas parecen ser de ese color. Es que la cocina y estudio dan a una plaza interior, con juegos infantiles y muchas ventanas --casi todas-- curiosamente, sin cerrarse a las miradas de intrusos como las mías, al contrario, de día y de noche están sin correr los velos e iluminadas a giorno. Nuestra herencia mora y mediterránea parece que nos preparan para la intimidad oculta tras setos, cercos, cortinajes y muros altos; acá no hay eso, al menos en la cuadra en que habito por ahora.

Veo orden, limpieza, SILENCIO, apreciado hasta extremos inconcebibles para nosotros, pocos ninos, muchas mascotas, bicicletas, autos alemanes o franceses, a lo más; gente que camina, aunque muchos --en cantidad notable-- lo hagan ayudados por un andador que en Chile llamamos "burrito". Se nota que la población es vieja y que hay mucha soledad, como el caso de una mujer de edad que cada vez que voy al centro la encuentro deambulando por las tiendas y hablando sola. No se la ve enferma, pero llaman la atención sus paseos hacia la nada que la rodea.

En fin, más o menos así es cualquier asomada a la ventana. Otra cosa es salir a cuatro cuadras de acá, pues tenemos un tremendo palacio de los reyes de antano; otros tres palacios menores destinados a la cacería de esos tiempos que vemos con romanticismo; hay por lo menos cuatro museos; dos teatros en que montan hasta óperas; salas de exposición de arte; calles con letreros conmemorativos de sus glorias, como el poeta Schiller que era de la zona y vivió también aquí, y así. No hay que ir muy lejos para palpar esa historia que en Chile nos parece tan lejana e irreal, tanto como a los europeos pueda parecerles Macondo.

12 comentarios:

Guillermo N. A. dijo...

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¡¡ Caray !!
Que interesantísima descripción la tuya alemamá... ver con tus ojos me es tal cual como estar ahí... como cuando leo "100 años de soledad" y de pronto ya no estoy aquí sino en Macondo, de suerte que me sorprendo cuando algo me interrumpe la lectura y resulta que tengo que re-conocer dónde estoy... así mismo me pasó esta vez... Y más porque son los detalles que personalmente más llaman mi atención cuando viajo... las comunidades y su ancestral inercia cotidiana...
Lo que nos compartes coincide con otras observaciones... La vieja Europa... (con sus pros y contras)... y también permite auto descubrirnos...
Voy a releer esto muchas veces ale... porque al igual que con 100 años, cada vez que lo estoy leyendo me encuentro con cosas nuevas... tanto que mejor termino de escribir este, o no terminaré nunca...
lo de "paseos hacia la nada que la rodea"... DELICIOSO alemamá... y perfectamente descriptivo...

Muchísimas gracias...

Saludos...
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AleMamá dijo...

Gracias, guillermo. he leído varias veces lo que me has dicho y me siento muy halagada, hombre. Ojalá me lo merezca, en todo caso esto de mirar minucias de delante de los ojos con atención es algo que siempre agradezco a mi madre, que me ha ensenado a usar así los ojos.

Saludos

valeska dijo...

gracias por tus saludos!!!

uhhh, me pareció estar mirando también por esa ventana...
me dió un poco de nostalgia al principio... es que la costumbre al ruido, a los niños... cuando me voy de vacaciones a algarrobo me parece así... lo impresionante es que si, da nostalgia, pero no tantas gnas de volver, sino estar mas atentos... por lo menos eso me pasa a mi...
algo tiene que haber... qué preparas para mi?

un gran abrazo!!
hasta pronto!

Anónimo dijo...

...creo que me mudé a Macondo.
(me quedo con tu mirada y medio que me muero de ganas de estar ahí)
Un abrazote

alfonsoht dijo...

que bueno pasear un poquito por el silencio y en definitiva contemplar

Pedro J. Sabalete Gil dijo...

La verdad es que parecía que describías algo de España. Esto de la Unión Europea cada vez nos hace más parecidos a todos.

Me ha gustado ver la rapidez con la que apreciaste los cambios de las diferentes culturas.

Una de las cosas que más me llamó la atención cuando estuve en América es la gran cantidad de niños que había por todas partes.

Saludos.

almena dijo...

Mirar con el corazón.

:)

mmm ¡quiero poder mirar Macondo!

Besos!

இலை Bohemia இலை dijo...

A mí también me gusta observar como a ti, e imaginar otro tanto de esas vidas...Tu post me ha gustado mucho...Un besazo

Manolo Merino dijo...

Encontré el ratito para leerte
y visto lo visto,...
¡como debes de echar de menos la "ñ"!
Abrazo.

Anónimo dijo...

Hola!tu post de hoy me ha recordado a holanda, aunque alli si se ven niños en bicicleta,adolescentes de todos los colores y procedencias.
Algo que me llamó mucho la atención cuando fui por primera vez: es que veias a la gente (casas no apartamentos)reunida en su salon con las cortinas completamente abiertas.Pregunté y la esplicación, sería demasiado larga.gracias por tus animos y por visitarme.ESPERO QUE TU FAMILIA ESTE DE LO MÁS BIENY FELIZ.ABRAZOS
anamorgana

Tanhäuser dijo...

Por motivos de trabajo estuve viviendo un tiempo en Berlín. La verdad es que no acabó de convencerme el carácter alemán. Quizá tanto orden, tanta formalidad, tanta seriedad acrecentaba la añoranza de las risas, de la espontaneidad o la alegría que respiraba por las calles de mi país.
De todas formas, qué bien viven ¿verdad?
Abrazos, Ale

Marta Salazar dijo...

acá, el deporte es espiar a los vecinos, ya que hay poco más que hacer, je je

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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