Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



viernes, 3 de abril de 2009

Una historia "picante"




Hubo un blog que organizó un concurso de cuentos en el año 2007 y fui invitada a participar. Se trataba de inventar una historia y mandarla en forma anónima y los participantes votábamos por la mejor hasta elegir un vencedor. Los temas eran sorpresivos y los plazos cortos, por eso me complicó cuando propusieron escribir un tema erótico, pues considero que el erotismo sacado de su ámbito privado se llama de otro modo y no lo leo en su estado químicamente puro y menos lo escribiría porque es algo demasiado íntimo para ventearlo por ahí, y pierde gran parte de su encanto.

Así estaba todo, cuando les escribí a las chicas organizadoras que renunciaba, si no podía pasar, pero me aceptaron el punto de vista y de todos modos subí este cuento. A ver si se comprende la ironía y el paralelo:

Una historia "picante"

En mi patria --para la gente fina-- el ajo, el ají y los aliños fuertes se encuentran proscritos socialmente y jamás se nos ocurre salirnos de esas reglas no escritas de la buena educación. Si alguien los usa --y no dudo de que así sea-- quedan amparados en la discreción que todos guardamos de algo legítimo, normal, pero no por ello es fino ni agradable ventilarlo en historias más o menos públicas. Se da por sabido, y fuera de la incumbencia de los que no son sus directísimos actores.

Comer especias picantes es optativo, y cada uno verá si le afecta la salud o la convivencia, pero si se sorprende a alguien siendo voyerista en estos temas es muy mal visto y deberá atenerse a las consecuencias que su vicio le traerá, porque andar mirando por las rendijas de los comedores para pillar a algunos in fraganti es francamente detestable, y leer historias de este tono es síntoma de debilidad sicológica o franca inmadurez y obviamente nadie lo desea, ¡ni que lo piensen!

Al escribir esta explicación, pues conste que NO estoy haciendo literatura de algo tan vulgar para tratar con extraños, siento que estoy tocando algo pegote, desagradable, y que conviene dar rápidamente vuelta la hoja, cosa que paso a hacer con mucho gusto: necesito ir al baño. Por algún motivo, ¡que no voy a declarar! --faltaba más-- tengo ardores en el intestino.





11 comentarios:

Gabriela dijo...

Qué buena e ingeniosa manera de no romper el requisito de escribir una historia "picante".
Y qué buena historia, además.

AleMamá dijo...

Gracias, Gabriela. No es fácil discentir de lo que es más popular, pero creo que esta vez sí, zafé con gracia.
Un abrazo

Guillermo N. A. dijo...

Hola Ale...

Vaya que te entiendo cuando escribes eso de "No es fácil discentir de lo que es más popular"... ha sido arduo, muy arduo y sobre todo solitario el camino que me ha llevado hasta la cómoda posición de tolerar como impermeabilizado las frecuentísimas situaciones que tocan el tema, de manera grotesca por supuesto, porque hay de formas a formas(Todo gira en torno a lo sexual dicen que dijo -a mí nunca me han convencido los sicólogos, y menos él, aunque sea comunmente aludido- Freud), en las que me limito a ejercer de espectador de museo de lo "cultural", sin intentar ya explicar mi posición al respecto, ni intentar que me explicaran la suya como antaño intenté... ya tengo mi conclusión, que enriquezco, amplío, modifico, corto y pego pero casi, casi sólo para mí... y vale y siga, que hay otras cosas igual y hasta mucho más "intensas", aunque no lo parezca...

Saludos desde el abismo...
.

AleMamá dijo...

Parece que he asustado a mis amigos con mi entrada "picante".
....

¿Se dieron cuenta de que he cambiado mi plantilla? puse la Mínima stretch porque la mínima a secas me estaba dando problemas al subir las imágenes. Si se pasaban de los 400px me las recortaba por el lado derecho en vez de achicarlas proporcionalmente y dar opción para observarlas en su tamaño grande si pinchabas... cosas de Blogger...ahora debo ir mejorando, cambiando --¡o echando a perder!-- el diseño, pero es muy entretenido. ¿Me dirían qué les va pareciendo todo lo que vaya haciendo? igual, no será mucho.

pon dijo...

Jjajaja, estupenda forma de capotar este toro!!!!!

Fernando dijo...

Hola, Alemamá. Tras leer varias veces la historia, no sé si el picante es una metáfora de una práctica sexual concreta, que no se debe decir entre personas educadas, o es como un juego para que cada uno piense lo que quiera.

Muy bonita la vista nueva de arriba, la de las hojas otoñales, justo en la primera tarde casi veraniega de Madrid.

AleMamá dijo...

sí, Fernando, no es muy evidente el paralelismo, pero quise decir que las cosas íntimas, no se ventilan, el erotismo tampoco, es de mal gusto y mata el asunto en su raíz que nace en la intimidad de la pareja humana.

Como no quería escribir algo erótico pero quería seguir en el concurso, me las apañé con eso, como ironía, y salió muy bien, por eso lo comparto acá, pero no se ha comprendido a la primera, según dices. Igual se agradece el esfuerzo.

Me da gusto que te haya gustado mi arreglo de la cabecera...además he cambiado la plantilla por una mínima stretch, de Blogger, más ancha...¿se nota?

zocadiz dijo...

a veces hace falta el ingenio para capotear esta clase de asuntos que ahora son tan manoseados por todo el mundo.
Me gusto tu historia picante.
***************
La foto otoñal está increible.

Gem@ dijo...

De verdad que quedó bella, espero que tu amiga tenga el mismo resultado ;)

Fernando dijo...

Gracias por la aclaración: no lo comprendí del todo, al inicio.

Queda muy bien, Alemamá: aquí uno se siente como en su casa, y cualquier arreglo que hace el que recibe le hace a uno sentirse aún más cómodo.

Hilda dijo...

jajajaja, excelente forma de salir del apuro!! felicitaciones por ese ingenio!! Con respecto a lo del erotismo, estoy totalmente de acuerdo contigo, pienso igual.
saludos cariñosos. Hilda

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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