Terremoto en Chile. Mis temblorosas noticias

Amigos,  creo que Uds saben más que muchos chilenos. Desde luego más que yo que sólo he recuperado la energía eléctrica y con ella las comunicaciones, sólo esta mañana, más de 48 horas desde el terremoto, por lo tanto no he visto NI UNA imagen del siniestro. Agua y gas hemos tenido todo el tiempo, y agradecidos.

Mi casa no sufrió más daños que unos muebles que al "caminar" dejaron caer objetos que se rompieron, pero nada grave: un globo terráqueo, unas tallas de madera y poco más que cuadros caídos y objetos tumbados. También debí quebrar con una pala del jardín el vidrio al lado de la puerta de entrada que se nos cerró con el movimiento (era como estar arriba de un mar agitado) y nos dejó a pie pelado en el jardín mojado con el riego de la noche y sólo en pijamas. 

Fué larguísimo. Se nos hicieron eternos esos dos o tres minutos de espanto, con la energía cortada automáticamente cuando pasa de cierto nivel de energía liberada. Si se corta, ya sabemos en Chile que ha sido más de 7 grados de la escala de Mercali que mide los efectos del sismo a nivel de superficie. Así fue, y gracias Dios había luna llena, farol providencial que nos ayudó a ubicarnos y encontrar salidas y ayudas.

Sólo estábamos en casa mi marido, mi hija y yo, por lo que la preocupación era grande por no saber del resto de la familia. Mi madre estaba a unos 70 kilómentros del epicentro en una casa centenaria que resistió bien; mi hijo Pablo estaba en una casa de convivencias, también antigua, de adobes, en el campo y esa de destruyó en gran parte, pero todos se salvaron. Durmieron a la intemperie y en cuanto salió el sol, regresaron. Mi hijo Bernardo lo pasó en el 5º piso de su edificio con Sofía, la hija de 3 y Mariana, mi nuera argentina que jamás había estado en un evento de esta magnitud (uno de los 5 terremotos mayores históricamente medidos). En Buenos Aires no tiembla que yo sepa. No así al menos.

Cuento aparte fue la noche de terror de Felipe, el menor de mis hijos, que se encontraba en una disco terminando el verano. Había unas 2.000 personas ahí y un amigo de infancia de él resultó con los dos brazos amputados, entre otros chicos que también perdieron sus miembros en la estampida. Para variar, estaban los escapes cerrados...¡clásico asunto que ha matado a tantos jóvenes! Les dejo la noticia Hasta ahora me han contado que sólo le han podido reimplantar un brazo. Dios quiera que salga bien.

No seguiré abundando, pero mi país está, una vez más, en el suelo en una gran extensión, la más poblada por añadidura, pero nos levantaremos como hemos hecho cada vez que la naturaleza nos es adversa. Sólo pedimos sus oraciones para que el drama sea lo menor y más corto posible. Pidan al Señor por las víctimas y sus familias. Gracias por recordarme y por sus saludos acá.