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viernes, 9 de septiembre de 2011

Soñarse sin dolencias


Les dejo "El Niágara en bicicleta" de Juan luis Guerra. Narra algo universal, parece.

Mientras no la perdemos, no sabemos realmente lo que es gozar de una salud que no te recuerde cada hueso o músculo del cuerpo, cosa que mi primo Carlos no puede decir: sufre de dolores crónicos y no ha tenido acceso a la medicina que se los aliviaría.

La salud estatal está muy enferma en todos lados, parece. No mejora a nadie. No hay fondos para personas como él. Anoche tuvo un hermoso sueño; soñaba que no le dolía la espalda y que podía caminar conversando, correr y bailar. ¡Qué sencillos deseos! y cuán lejos está de lograrlo. 




10 comentarios:

CorazónCoraza dijo...

La salud pública está en coma hace meses, lamentable no sólo para tu primo sino que para todos. Los sueños nos ayudan a vivir a diario, nos esperanzan y nos cautivan, nos hacen renacer un poquito.. ¡nos alientan!
Con respecto al tema, creo ese caballero es un encanto.

Un abrazo.

ojo humano dijo...

Y se nos viene otro "paro".
Pido a Dios que guarde tu salud y te dé sabiduría para vivir.
¿Siempre se habrá enfermado tanto la gente?
Parece que el boom de la medicina no es muy antiguo ¿o sí?
He luchado por vivir naturalmente, mirando las etiquetas con sus letras ínfimas, pero aunque una sea cuidadosa, igual algo te toca. Aferrarse a la protección de Dios y que te no toque un médico "carnicero", de los que hay que huir velozmente. (Aunque a veces no hay mucho donde elegir).
Ahí, que nos "pillen confesados"

Winnie dijo...

El dolor físico invade el cuerpo y no deja a veces que seamos como soñamos ser..¡qué cierto! Yo tengo un caso muy cerca de mi.....y ¡lástima! Un beso Ale

Fernando dijo...

Así es, Alemamá, poco a poco, con los años, nuestro cuerpo va siendo más doloroso y más inútil. Es preciso que Dios nos ayude a llevarlo con buen humor, y sin envidia a los jóvenes que aguantan toda la noche por la calle y al día siguiente están como nuevos.

Muy bonito el post, Alemamá.

AleMamá dijo...

Perdón, la salud estatal sí sana, pero hay que esperar tanto que, si tienes dolores y eres pobre como mi primo, no te llega a tiempo.

Anónimo dijo...

Pues que me he llevado una alegría porque ... me he paseado hasta el final de la página, y después de haber visto a tu marido en trance de poder caer un buen batacazo, veo lo que dices sobre ti misma y me digo: ¡Toma si me parezco a ella un montón! Y a mí esto de los parecidos me alegra siempre mucho. Verás es que yo tengo un hijo en el seminario y si Dios quiere pues llegará un día a ser lo que el tuyo.

Un abrazo muy alegre

Cyrano dijo...

Uno se acostumbra al dolor,te fortalece,te hace valiente,te limpia,finalmente lo conviertes en oracion.

Gabriela dijo...

Aunque solamente nos duela una uña, qué mal nos sentimos en momentos así. Espero que pronto tu primo encuentre alivio a sus dolores.

AleMamá dijo...

Cyrano, es verdad todo lo que dices. ¡Qué diferente es sufrir haciendo de el dolor algo redentor y sabiendo que si lo aceptamos como venido de Dios es así, se transformará en bien, pero eso no quita que debamos tratar de aliviarlo dentro de lo posible. Este primo mío es pobre y ha sufrido mucho con su mala salud que en definitiva tiene la "culpa" de no tener los medios necesarios para mejorarse. El clásico círculo vicioso.....

Anónimo dijo...

Hola AleMamá acabo de ver tu correo y me ha extrañado mucho que no hayas podido entrar en mi blog, sobre todo porque ya lo has hecho otras veces ... bueno te dejo el enlace y así siempre que quieras serás bien recibida:

http://portimadrugo.blogspot.com/

Un abrazo

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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