En mi país las mujeres solemos tener un médico ginecólogo que casi siempre es obstetra también. Para nosotras son dos caras de la misma moneda aunque en estricto rigor no lo sean. Una siente que si te atiende en "esos temas", nada gratos por lo demás, también te recibirán a los hijos, pues si hay un médico en que uno confía es en SU doctor/a.
Bueno, pues eso que nosotras -las sudamericanas por lo menos- damos por descontado, no existe en este país para el común de las embarazadas, porque uno es el médico que te controla todo el proceso de la gestación y otro, que casi con seguridad sólo conocerás en el momento del parto, será el que reciba a tu retono y si no hay complicaciones será una enfermera matrona la que te atienda casi todo el proceso salvo el estirar los brazos para recibir al nino.
Eso es todo, de ahí, desaparece y te siguen controlando las matronas, si todo sigue su cauce normal, claro, porque la atención es buena pero bastante despersonalizada, cosa que en Chile no pasa, porque esa paciente volverá a serlo cada vez que lo requiera por muchos anos seguramente. De la atención empática y profesionalmente buena depende también el futuro laboral de estos especialistas, matronas incluídas, porque trabajan en equipos bien afiatados que se conocen por anos y anos. Al que uno sólo ve en el acto es el anestesista pues pasado el trámite ya se despide hasta el próximo hijo.
Cómo se entienden entre el obstetra controlador y el partero? con una muy buena libreta de maternidad que la gestante debe llevar consigo por donde quiera que ande. Es la Biblia del proceso y luego llega a la maternidad que se le ocurra con ella, sin previo aviso inclusive (pero lo normal es que te tengan considerada con antelación) y tienen todos los datos necesarios a la mano.
2 comentarios:
Acá en el Perú, pasa como lo que cuentas en Chile, y muchas veces los médicos terminan siendo amigos de los pacientes.
Felicidades, Moma.Dios protege su creación a toda circunstancia.
Más si será un siervo suyo.
Un abrazo.
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