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Feminismo perdedor |
El otro día comenté que me daba susto cuando mi hija debe llevar de vuelta a su casa, tarde por la noche, a su "pololo"/novio.( En Chile no lo llamamos novio hasta que se comprometen para casarse.) Tener que bajarse a abrir el portón del estacionemiento de la casa toma unos minutos en que ella -y también nosotros- estamos inermes.
Una amiga me dijo ¿y por qué no la trae él? a lo que le debí responder que si queríamos iguales oportunidades había que aceptar la parte difícil, pero es una parte del asunto, porque el punto es que él no siempre consigue el auto de que su familia tiene destinados a los 4 hijos. Nosotros no tenemos tanta dificultad en pasárselos; pues nos quedan sólo dos chicos en casa y dos autos tenemos.
Tanto él como nosotros aún consideramos los gestos amables y deferentes hacia el sexo femenino como aceptables, deseables y hasta románticos, pero las mujeres, con tanto quemar sostenes/sujetadores, empeñarse en ser iguales en cosas que somos distintas, en rechazar o ridiculizar las cosas tradicionales de gentileza masculina, hemos perdido todos, no sólo las féminas. Los hombres están asustados y muchos no saben ya como actuar.
Hay una cosa que encuentro rescatable: que haya sinceridad y naturalidad para que ambos sexos puedan pagar sus gastos en forma concertada cuando salen a comer, por ejemplo. No siempre invita y paga el hombre; muchas veces lo hacen las mujeres. Ellas también ganan dinero, y si dependen de los padres, y el pololo también, es justo repartir los gastos, creo yo.
