Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



miércoles, 16 de noviembre de 2005

Nada: La historia de muchos.

Nada
Carlos Pezoa Véliz, poeta chileno.

Era un pobre diablo que siempre venía
cerca de un gran pueblo donde yo vivía;
joven, rubio y flaco, sucio y mal vestido,
siempre cabizbajo. ¡Tal vez un perdido!

Un día de invierno lo encontraron muerto
dentro de un arroyo próximo a mi huerto,
varios cazadores que con sus lebreles
cantando marchaban.
Entre sus papeles no encontraron nada.

Los jueces de turno hicieron preguntas
al guardián nocturno;
éste no sabía nada del extinto,
ni el vecino Pérez, ni el vecino Pinto.

Una chica dijo que sería un loco
o algún vagabundo que comía poco,
y un chusco que oía las conversaciones
se tentó de risa. ¡Vaya unos simplones!

Una paletada le echó el panteonero;
luego lió un cigarro, se caló el sombrero
y emprendió la vuelta. Tras la paletada,
nadie dijo nada, nadie dijo nada.



Tras la paletada,
nadie dijo nada, nadie dijo nada.

4 comentarios:

René dijo...

Esta lindo tu blog Ale, se nota que en el das vuelta muchas de tus inquietudes, ademas esta de todo gusto.

almena dijo...

la cruda realidad, sí
en casos como ese nadie dice nada...

besos, alemama

hna. josefina dijo...

Me encantó! Y parece escrito hoy! O sea que el mundo no va cambiando mucho, desgraciadamente, ¿verdad?

Anónimo dijo...

O sea que tras éste hecho, como tras tantos se corrió un túpido velo...

Un abrazo.
PD: Perdona, Tú mamá es Irma, siento curiosidad, si es así, dale un beso de mi parte, sino, perdona.

Besos

Algo de mí

Mi foto
Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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