La edad se impuso por la fuerza

Entró al coctél con su bien llevada mediana edad -pues nunca representó sus años- y de ahí salió hecha una vieja. Algo la hizo pensar en si misma como la antiheroína envenenadora de Mauriac, la infeliz Thérèse Desqueyroux que la fascinó por años... Salvo el veneno y la desesperada soledad -en lo demás- lo mismo...inclusive la cardiopatía que portaba el personaje del premio Nobel era también la suya.

Acababa de teñirse su pelo encanecido prematuramente, pues alguna vez fue rubia y quería mantenerse así mientras sus hijos crecían: todavía los tenía en edad escolar, y al compartir con otras mujeres ese rol se asimilaba a ellas. Claro, pocas veces pensó que su hija era la menor de su familia y para las demás madres eran los mayores en el colegio, pues es corriente que sólo tengan uno o dos hijos.....no lo pensó hasta ese momento en que los años se le dejaron caer en el regazo de un modo casi brutal.

Su mayor pretensión era el tener amigas de todas las edades que bromeaban y la tuteaban, pues sentía que tenía tanto que compartir y era tan jovial que las amigas de sus hijas siempre la habían incorporado en sus conversaciones, como una más, y además -¡y desde luego!- se la consultaba y oía con respeto sus opiniones y consejos, que igual-igual no se puede ser con la generación que sigue y la ventaja era esa: ser más sabia por ser más vieja, pero no lo supo hasta ese instante y en medio de un grupo abigarrado donde no podía ocultarse, ni llorar, ni poner cara de apaleada y en shock como era su condición.

Jamás pensó que en el mismo día sentiría que el resto de su juventud se esfumaba por dos indicadores que por separado hubiesen sido algo superable en cinco minutos, como siempre, pero al juntarlos se le remeció el piso y divisó la tumba: la trataron de Ud. con todo respeto de un modo característico que conocía muy bien y pensó que si alguno le hubiera cedido el asiento la hubiese dejado lista para el siquiatra.


Lo otro que le dijeron no quiso ni pensarlo, nadie lo escuchó de sus labios, lo cargó consigo, es su secreto,pues siempre deseó enfrentar la ancianidad paso a paso pero la edad le salió al frente y la abofeteó sin mediar provocación alguna.