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martes, 9 de septiembre de 2008

Si el prestar fuera bueno.....


¿Me lo prestas? es sólo por unos días, un rato, una temporada..... palabras fatales; pérdidas anunciadas de lo prestado y de la confianza en un amigo o pariente. He sucumbido a estas peticiones muchas más veces de lo aconsejable y ya no creo en la inocencia de mis civilizadas relaciones sociales.

He sido lectora desde que recuerdo, un poco por mi mala salud de entonces que me dejaba en cama por semanas. No era problema mayor, pues aún estando perfectamente sana, prefería dibujar, recortar, pintar y todo lo que ahora se lo pasan haciendo los niños preescolares. Qué envidia. Nací adelantada, pucha, oh.

Junté muchos libros desde muy chica, pero mi madre me vetaba algunas lecturas por considerar que no eran para mi capacidad lectora aún (aprendí a leer a los 5, en su falda*) y ahí permanecían, en sus estantes, mientras yo los acariciaba por ser suaves; los miraba por sus ilustraciones; los olía por su tinta o los leía cuando me los pasaban.....hasta que mi primo Armando, de mi edad, me los pidió prestados, y yo, a los 9 años, en un arranque de generosidad y falta de experiencia ¡se los entregué TODOS! y todos los perdí. No me devolvió ninguno y a nadie le preocupó, salvo a mi mamá que me advirtió que no podía prestar nada sin preguntarle a ella, pero ya era tarde..... La excepción fueron los Cuentos de Grimm que mi papá me regaló regresando de un viaje y yo no soltaba mi libro, por eso se salvó. Me fascinaba esa versión completa pero en lenguaje sencillo. Hoy los simplifican y acortan tanto que los deforman. C0mentario de vieja, ya lo sé, disculpen a una abuela.

A lo largo de los años he perdido así mis discos, cuando no había música online; algunas joyitas buenas; revistas; juguetes de mis niños que los hijos de los amigos se han llevado para no enojar a sus criaturas; y un largo etc.

Ahora sigo teniendo libros y presto muchos, pero con la advertencia de que yo anoto quién me los tiene y que los cobro, además. Nadie se enoje luego. Guerra anunciada no deja muertos.

Un amigo de mi abuelo decía al respecto: "si el prestar fuera bueno ¡hasta mi mujer prestaría!". Algo de razón tenía el caballero aunque sea exagerado el dicho.

17 comentarios:

Ana dijo...

Mi marido, un fanático de la lectura, ya no presta libros salvo que sea a alguien MUY amigo, y poco menos que le hace firmar el préstamo! Todo por la misma razón que vos...

Peque dijo...

Toda la razón .....
En mi casa, se prestan libros, pero a personas muy de confianza y tb con muchas advertencias....
Son todos fanaticos de la lectura...
Hay un dicho que dice algo así..."Ën lo ajeno reina la desgracia" ....
Por algo será...
Un abrazo
Peque

maria jesus dijo...

Yo presto muy poco y anotando lo que presto, pero aún así se me pierden libros y es de las cosas que más me pueden doler.

j.a.varela dijo...

Alemamá:

Me parece que lo ideal es un registro cuidadoso de la "biblioteca circulante familiar". Requiere método y organización.

Ahora en plan "guasón", recuerdas aquello de "más tonto de quien presta un libro es el que lo devuelve" ?. Pues lamentablemente hay quienes así piensan.

Juan

Santisiembra dijo...

Vaya creo que eso pasa con mucha frecuencia, encuentro la solución, recomendado la libreria con mayor stock del libro, para que no pierdan tiempo en conseguirlo, lamentablemente aunque lo prestes con ficha de biblioteca, no te lo regresan igual, cada quien tiene una manera particular de cuidar sus pertenencias y aunque no debemos aferrarnos a las cosas materiales, hay libros y articulos que bien vale conservar, son tesoros de familia..

Irantzu dijo...

Ahhh, un peligro prestar libros, te entiendo bien... Yo tb aprendí a hacer lo mismo de anotar y al mes pregunto... no hay que perder el rastro de lo prestado! Aparte que los libros son un tesoro...

இலை Bohemia இலை dijo...

Yo presto libros y a veces los regalo una vez que los termino, pero luego están mis libros predilectos que esos si me duele un poco más dejarlos, la verdad...

Bss

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Yo soy muy cuidadoso cuando me prestan algo, sea lo que sea, y siempre lo devuelvo, pero también lo soy cuando el que presta soy yo y si en un tiempo prudencial no han efectuado la devolución, reclamo.
Hoy, al pasar por delante de un polideportivo, vi un libro abandonado sobre la repisa de una ventana, pensé que alguien lo había olvidado, lo cogí y quise entregarlo en el polideportivo por si alguien preguntaba por el. En información me dijeron: ¿No ha visto la pegatina que lleva? Efectivamente, llevaba una pegatina que decía "Libros Libres?
y me informaron de que son libros que los encuentras, los lees y tienes que dejarlo de nuevo en algún punto accesible de la ciudad para que pueda leerlo otro. Me ha parecido una iniciativa fantástica y muy imaginativa. En cuanto lo lea lo pondré de nuevo a disposición del primero que quiera leerlo.
Un beso.

AleMamá dijo...

Terly:
Había oído de los libros libres y me parece fantástico...Yo selecciono muy bien mis lecturas, además no recomiendo cualquier cosa impresa (hay cada basura en letra de molde) y si me encuentro algo como un libro tirado por ahí tengo pocas alternativas: una, me tiento y NO lo devuelvo, jejeje, ojo por ojo; dos, tengo cargo de conciencia por dejar una apología al odio para que otro lo lea; la última y soñada es leerla, disfrutarlo y desear que el que sigue lo cuide par aque haya muchos lectores de algo valioso entretinido y bello.
Saludos

Fattyec dijo...

Hola Ale, muy pero muy aleccionador tu post... es verdad, reza un refran: quien no quiera tener algo, solo debe prestarlo... la verdad es que yo tambien he perdido ya varios libros, revistas, etc. etc. es un habito de los seres humanos, dificil de erradicar, pero no imposible...
Un beso,
Fatty

Ludmila Hribar dijo...

Yo he prestado muchos que no han vuelto hasta que aprendi a prestar solo aquellos que no me importa que no vuelvan...y nunca presto mis libros de referencia. Un abrazo.

maria jesus dijo...

Pasé por aquí. Un saludo

ojo humano dijo...

Ya no tengo nada para prestar. Un día miré mi escuálida biblioteca (no podría llamarse de otra manera por la cantidad de espacios vacíos) y decidí regalar lo que quedaba, algo que herede a la humanidad. Me guardé las Biblias y uno que otro libro fundamental, como esas obras completas de Borges que andaba perdido como un año y regresó el infiel. Lo recibí como a un pródigo y lo tengo en el estante de mi dormitorio.
Ya ves, me he evitado un buen dolor de cabeza, ya no tengo esa sensación que alguien me debe algo.
Bueeeeeeee y ahora con esto de tecnología, bajas algún pdf y lo imprimes si necesitas. Me inscribí en la Biblioteca. Tal vez no tenga tanta vida para leer tanto libro que hay, me he puesto bien regodeona.

AleMamá dijo...

Toyita, ojalá yo fuera tan desprendida con las cosas. La verdad es que tengo libros que una vez leídos ahí han quedado sin tocar, pero tengo otros que nunca están ordenados pues los acarreo por toda la casa todo el tiempo.
Leí en un post tuyo que se te había perdido la Biblia heredada de tu mamá. Me dio mucha pena. Ojalá el que se la quedó la aproveche para bien.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Esta gran verdad me ha recordado el dicho que le escuché a otro abuelete, también escarmentado con los préstamos. Él tenía en el mercdo un puesto para vender pollos de corral y, cuando alguien le pedía dinero prestado, él le respondía: "Cuánto siento no poder prestártelo, pero he firmado un convenio con el Banco de España, que ni yo puedo prestar dinero ni él vender pollos"

:)

Encantada de leerte, Alemamá.

Besos

Umma1 dijo...

Yo creo que los libros no pueden permanecer muertos en los estantes. Así que mi biblioteca que es bien grande, por cierto, circula y circula.

Curiosamente, me devuelven, sí; pero las joyas, esos que ya no se consiguen, que no volverán a editarse, los estupendos, jamás regresan. Entonces, tomé la determinación que una parte no vuelve a salir.

Hay un chiste en argentina, que dice algo así como que hay dos clases de tontos, el que presta los libros y el que los devuelve ;) jajajaja

Anónimo dijo...

Coincido contigo en lo básico, y ya casi no presto libros, me ha dolido demasiado perder algunos, y además, perder la confianza en la persona a la que se los prestas: Es uan pena, pero es así. Hay personas que no los valoran...


Y sabes? Los Cuento de Grimm eran mis preferidos en la infancia. Los habré leído y releído mil millones de veces...y hace poco pensé en hacer una entrada sobre ellos. Antes o después, la haré.
Gracias por mencionarlos aquí
un besoo

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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