Hoy enterramos a mi amiga Virginia B. Se ha ido en verano y dejó sin comer las sandías, los duraznos y las cosas ricas de la estación para tragarse en poco rato todas las pastillas que encontró en su casa, y eran muchas. Cualquier persona que ha estado cerca o tenido una depresión por más de 20 años lo sabe. Ella lo sabía MUY bien, sufrió lo indecible por su mal y por las consecuencias familiares asociadas a esa terrible enfermedad.
En el último tiempo estaba muy sola. Se apoyaba en sus amigas, lo único confiable y cercano, pues cuando sólo se tiene un hermano varón en el mundo, que vive tan lejos como sus hijos independientes, nunca hay alguien de la familia a la mano para poner el hombro o secar un llanto. Nosotras, sus amigas, sí, y es consolador.
Para asombro de muchos, la enorme iglesia en que se hizo la misa por su eterno descanso estaba llena a rebosar. ¡Cuánta gente joven y no tanto! quizás si ella hubiera tenido la claridad mental mínima para saberlo no hubiera estado en ese cajón hoy. Virginia la llenó, y no creo que haya sido por morbo precisamente, sino que éramos personas que la hemos conocido en las distintas etapas y circunstancias de su vida y trabajos.... Sí, tenía mucha gente cerca, pero no nos sintió ahí, presumo, y nos queda la pregunta de si pudimos haber hecho más por ella. La respuesta, creo yo, debe ser afirmativa para cada uno que se la haga, al menos para mí es así: pude hacer más, pero la vida te pilla con sus carreras y deberes y también la pereza, las distancias, los compromisos urgentes hacen que no acudamos más donde las amigas, que es más importante.
Que Virginia descanse en paz; que el Señor de la Misericordia la haya acogido y le tenga en cuenta su fe y sus obras, pues era una cristiana muy por sobre el promedio y sé que tuvo tiempo para entregarle su alma a Jesús, su gran amor: logró avisar a sus hijos de lo que había hecho, pero ya nada se pudo hacer por ella, ¿cómo no pensar de que pidió perdón por su último acto tan terrible? Igual, pienso que es inimputable por lo mal que estaba, y Dios es Padre.
En el último tiempo estaba muy sola. Se apoyaba en sus amigas, lo único confiable y cercano, pues cuando sólo se tiene un hermano varón en el mundo, que vive tan lejos como sus hijos independientes, nunca hay alguien de la familia a la mano para poner el hombro o secar un llanto. Nosotras, sus amigas, sí, y es consolador.
Para asombro de muchos, la enorme iglesia en que se hizo la misa por su eterno descanso estaba llena a rebosar. ¡Cuánta gente joven y no tanto! quizás si ella hubiera tenido la claridad mental mínima para saberlo no hubiera estado en ese cajón hoy. Virginia la llenó, y no creo que haya sido por morbo precisamente, sino que éramos personas que la hemos conocido en las distintas etapas y circunstancias de su vida y trabajos.... Sí, tenía mucha gente cerca, pero no nos sintió ahí, presumo, y nos queda la pregunta de si pudimos haber hecho más por ella. La respuesta, creo yo, debe ser afirmativa para cada uno que se la haga, al menos para mí es así: pude hacer más, pero la vida te pilla con sus carreras y deberes y también la pereza, las distancias, los compromisos urgentes hacen que no acudamos más donde las amigas, que es más importante.
Que Virginia descanse en paz; que el Señor de la Misericordia la haya acogido y le tenga en cuenta su fe y sus obras, pues era una cristiana muy por sobre el promedio y sé que tuvo tiempo para entregarle su alma a Jesús, su gran amor: logró avisar a sus hijos de lo que había hecho, pero ya nada se pudo hacer por ella, ¿cómo no pensar de que pidió perdón por su último acto tan terrible? Igual, pienso que es inimputable por lo mal que estaba, y Dios es Padre.
15 comentarios:
Lamento mucho tu pérdida, no sé a ti pero a mí me cuesta trabajo decirle adiós a mis seres queridos, no por ellos porque sé que están con Dios, por mí porque por el momento ya no están conmigo.
En diciembre llamé a casa de una amiga que vivía en otra ciudad para desearle una feliz navidad y me topé con la noticia que había muerto y que su hija no había podido avisarnos. Y todavia me duele esa ausencia.
Un abrazo y que tu amiguita descanse en paz. Hilda
Lo siento.
Siempre, supongo, tenemos la duda de saber si hubieramos podido hacer más.
Pero hay que aceptar los hechos, hicimos lo que en esos momentos creímos oportuno.
No podemos vivir la vida de nadie, con la nuestra estamos más que atados.
Dedicarse a los demás no es tarea fácil, y una depresión no es algo que se pueda arreglar desde los buenos sentimientos.
Es una enfermedad, y debe ser tratada por médicos. A ellos hay que pedir responsabilidades, no a las amistades.
Aunque muchas veces, con un poco de comprensión y cariño, podamos ayudar, pero nunca solucionar.
Descanse en paz, es lo que necesitaba.
Un abrazo.
Hoy... sólo un abrazo enorme y callado, querida Alemamá.
Lo siento mucho. Es terrible.
Espero que ella esté mejor ahora de lo que estaba acá, sufriendo y sintiéndose en un callejón sin salida.
Ojalá que quienes quedaron atrás encuentren consuelo, paz y puedan apreciar nuevos matices de la vida.
Un abrazo.
Hola, Alemamá, bienvenida, te he echado mucho de menos.
Siento mucho el suicidio de tu amiga, y no estoy seguro de que tú o las otras amigas hubieraís podido hacer más por ella. Estos desgraciados enfermos no pueden apreciar las cosas buenas de la vida, los amigos, el sol, los frutos del verano, el mero hecho de vivir, y por mucho que se esfuercen los que la rodean, los que la quieren, el final suele ser triste, salvo que encuentren un buen médico y una buena medicación.
En fin, que rezaremos por ella, mañana mismo, que iré de romería a la Virgen de la Universidad de Madrid, mañana mismo.
Y bienvenida.
Lo siento muchísimo, querida amiga.
Dios es Padre como dices.
Rezo por ella.
Un beso
maría Jesús
La depresión es una enfermedad que no siempre se le da la importancia que tiene, pero es terrible.
Imagino el dolor que como amiga debes tener y me uno a él para hacerte compañía en estos momentos tan tristes.
Descanse en paz.
Un abrazo.
¡Qué pena!
No me cabe la menor duda que habrá recibido un abrazo enorme de Dios Padre cubriéndole todas sus penas y dolores. El Amor de Dios es siempre más grande.
Te mando a vos un abrazo bien grande.
lo siento...
Qué terrible! La depresión crónica debe ser una enfermedad espantosa.
No te sientas mal, creo que esto es lo iba a pasar, hicieras lo que hicieras.
La depresion es una enfermedad terrible, hace que te aisles de las personas que te quieren y pienses todo lo peor, yo lo sufri en carne propia y para mi es como un mostruo que debo enfrentar dia a dia y vencerlo de la misma forma...
He escrito y borrado varias veces este comentario con lo mucho que podría decir acerca del suicidio... pero al final creo que no es el momento ni el lugar Ale...
Entonces sólo estar contigo en esta, otra de las muchas experiencias que nos toca vivir...
Un abrazo...
Saludos...
lo lamento.
Un abrazo fuerte.
Hace tiempo que no vneia por aqui alemama. Es triste cuando se va un buen amigo. Esas amistades permanecen, nunca se olvidan, ella te acompañarà siempre.
Hoy que celebramos Nuestra Señora de Lourdes rezare por ella en la Misa.
Hasta dónde puede llegar el sufrimiento de una persona que no ve más solución que acabar con todo.
Recuerda a tu amiga siempre en sus buenos momentos. Si la iglesia se llenó el día de la misa como cuentas, debe haber tenido muchos buenos momentos. Mucha gente querida, pero esta enfermedad cada vez más común no la dejaba ver bien.
Ojalá que Virginia por fin encuentre paz.
Publicar un comentario