Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



domingo, 5 de diciembre de 2010

Detrás de una puerta cerrada


Foto de una casa abandonada que alguna vez fue una bella residencia en un balneario que fue elegante y ya no lo es por las ordas de ordinarios que se han apropiado de sus maravillosos rincones y playitas tranquilas. Digo ordinarios, no pobres, porque "rotos" los hay en todos los estratos sociales.

Aún así, siguen sus piedras marcando el territorio y los dedales de oro, oriundos de California, adaptados y adoptados en Chile como su propia patria, le dan una belleza nostálgica tras la puerta clausurada.



12 comentarios:

Winnie dijo...

Ale yo creo que detrás de una puerta cerrada siempre hay una historia. Un beso y deseo que estés bien

Romek Dubczek dijo...

Yo votaría para abolir el uso de las puertas. Que nada sea de nadie.
No sé si te has enterado de la noticia que salió en un periódico de Galicia en el que una mujer compró el Sol y ahora exige que se le pague por usarlo. Lo divertido es que oficialmente el Sol es suyo. No te digo.
Un abrazo

Gabriela dijo...

Una casa, un lugar lleno de recuerdos y de momentos buenos y de los otros. Qué lástima que se pierda así.
Saludos.

Roberto Lone dijo...

Y la belleza y constancia de la naturaleza que no se deja atrapar ni de puertas ni rejas.

Un saludo y bendiciones pre-navideñas!

Cyrano dijo...

Llego del blog de Gabriela. Quisiera que me permitieras ser un constante lector de tu interesante blog.
Mientras leía tu post pensé: cuántos recuerdos hay en una casa vacía. Resulta que acabo de vender la casa de mi madre, fallecida hace muy poco. Era la casa de mi infancia, donde viví hasta que me casé. Y al nuevo propietario no se le ha ocurrido mejor idea que mantener la casa exactamente igual a como era.
Ya te imaginarás cómo se me pone el corazón cuando paso por ahí, pues queda muy cerca a mi casa actual.
Nos leemos.

AleMamá dijo...

Winnie, ¡qué historias hay detrás de cada puerta, sea vieja o nueva! como que la vida deja huella en las casas usadas.

besos

AleMamá dijo...

Romek, gracias por venir.

Lo de las cosas comunitarias es una utopía muy atrctiva, pero el hombre es lo que es y necesita un espacio propio aunque sea para ir al baño.

Personalmente, soy de las que gusta de cerrar las puertas, me da un espacio de reflexión, de intimidad, de realajo muy especial

Saludos

AleMamá dijo...

Gaby, gracias por estar acá. Tu constancia me anima a seguir con mi afición al blog.

Besos

AleMamá dijo...

¡Roberto! cuanta razón tienes, y lo has dicho muy bien.

Un gusto que pasaras. Tanto tiempo fuera de las pistas, hombre.

AleMamá dijo...

Cyrano, ¡qué más quisiera que seas un constante visitante amigo de este sitio! Bienvenido.

Fran dijo...

Esta foto incita a divagar e imaginar la vida del balneario en sus buenos tiempos.
Me parece que también en Madrid podríamos adoptar esos dedales de oro. Si vienes para acá tráete semillas.

AleMamá dijo...

Las amapolas amarillas de California las trajo un ingeniero de ferrocarriles y las iba sembrando al paso de los convoyes. Todas las líneas férreas se pintan de esos amarillos que son aterciopelados y que iluminan el paisaje chileno.

Algo de mí

Mi foto
Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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