Que mi hija Tere se ha casado, ya lo he contado demasiado y hoy vuelvo a mencionarlo por una cosa tan pequeña que casi no se nota si no fuera por el significado que tiene.
Lleva dos meses de casada y ya habla sin ninguna vacilación de SU casa, su hogar propiamente tal, el de ella y su marido, cosa que yo me demoré años en decir sin pensarlo. Por mucho tiempo hablaba de dos casas mías: la de mis padres y la formada por nuestra familia.
Mi marido me corregía cada vez que me oía esta duplicidad y no siempre yo quedaba conforme. Echaba demasiado de menos a mis viejos y hermanos que vivían a cientos de kilómetros (Chile es larguísimo) y era muy joven y quizás inmadura en el sentido de cortar ese cordón que me hacía depender mucho de lo que mi madre opinaba. Por eso me encanta que mi niña no tenga rollos con eso que parece tan sencillo y a veces es todo un tema. Me gusta que asuma su nuevo rol con decisión, plenamente. Cuesta mermar y tomar un papel secundario -o menor aún- cuando hasta hace poco era uno tan principal, pero así es la vida y está muy bien que siga rodando para las nuevas generaciones.
14 comentarios:
Es la vida Ale ¿verdad? Un besote
Es verdad que cuesta quedar en segundo plano, pero es un bien para ellos, como dices "es la vida"
Seguro que ella también echa de menos la que ahora es la casa de su mamá.
Qué curioso, Alemamá, a mí me pasó como a ti, y eso que me fui a vivir solo. Cuando le decía a alguien "el sábado como en casa" o "me llevo esto a casa" quería decir la casa de mis padres, en la que había vivido hasta hace poco; y para referirme a la mía decía cosas como "la casa en la que vivo ahora" o "la casa de Madrid" (pues mis padres vivían en un pueblo cercano).
Me alegro de que tu hija se haya adaptado rápido.
Parece que tú también asumías encantada cual era tu nuevo hogar.
Y entiendo esa duplicidad porque al fin y al cabo la casa de nuestros padres sigue siendo un poco la nuestra aunque solo sea de manera honoraria. Yo también soy de las que me cuesta dejar atrás las etapas. Se ve que por eso guardo muchos recuerdos y fotos.
Claro que es la vida. Precioso blog, acabo de conocerlo y me ha encantado, así que con permiso, me he registrado como seguidor. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Bienvenido, Pepe. Es un gusto hacer nuevos amigos acá en Bloguilandia.Te esperamos de regreso y ya pasaré a leerte.
Esa actitud se debe a una muy buena crianza. Feliz por considerar primero al hogar formado por ella y su marido.feliz tu por aceptar que asi sea,Ale mama
A mi madre le costó ene asumir que yo tenía "mi casa", al punto que ella llegaba como si fuera la suya.
Fue difícil y a veces discutimos, así es que has sido bien sabia al entenderlo, tu hija sabrá apreciarlo (y te habrás ganado un aliado incondicional en su esposo que lo apreciará más).
Dios dé a tu hija grandes alegrías en ese estado casi ideal que es aprender a vivir queriendo a otro.
Un beso.
Toyita, ¡qué lindas cosas sabes decir, mujer, y yo sé que son sinceras, por eso, doble aprecio.
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Cyrano, gracias por el elogio a la madre de la chica, jeje
Son todo s Uds. muy tiernos. Los quiero mucho a todos.
Gracias por visitar en anexo a mi Almacén.
He leído tus comentarios en el blog de Fernando en Madrid.
Es muy grato tu sitio y lo visitaré a menudo-
En cuanto a tu hija...es así, como dice el dicho : "el casado casa quiere", jaja
Bienvenida, ALMA, a mi casita virtual. Te esperamos acá con tus visitas.
Me pasó como a tí, que me costó nombrar "mi casa" al hogar que formamos mi marido y yo; de hecho no lo hice hasta que tuve a mi primera hija, de forma inconsciente mi casa era la de mis padres. De una forma igual la sigo considerando así, aunque ya me falte mi padre.
Un beso grande, da gusto ver que por el sur del mundo la vida va, contigo.
Hay una cosita en mi blog para ti Ale. Un besote
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