Hay una correlación entre ser madre y llegar a ser algún día el más horrible y pesadillezco personaje que haya habido en el imaginario colectivo: la suegrrrraaa.
Todos los casados la hemos tenido y los que aspiren a adquirir ese estado la tendrán, se los prometo.
Sucede que algunos nos hemos casado con los retoños menores de un largo grupo de maravillosos hermanos y hermanas a los que ¡jamás! lograremos a hacerles el peso, o por gordos, o por la mucha experiencia que nos llevan por delante.
Mi suegra era una maravilla pues tenía mucho que hacer y tenía mucha andadura en estas lides: yo fui su penúltima nuera después de otras dos experiencias anteriores-- una de ella me aventajaba por 20 años por lo menos de estar casada con mi cuñado-- por lo que conmigo ya sabía un poco a lo que iba la buena señora y creo que ella debió soportarme muchas inexperiencias y rigideces de los pocos años que siempre tiene uno cuando no ha tenido hijos que ya se afeiten por lo menos. En fin, me duró poco y la sentí mucho, de verdad y no bromeo, y quizás fue porque vivíamos en distintas ciudades, pues debo reconocer que ha costado domar mi caracteracho en estos temas: a la larga he aprendido a mirar un poco "para el techo" en algunas cosas, para otros temas opino muy queditamente, y, como ya me conocen, saben que no digo por decir y que mis opiniones valen; en resumen, me he ganado su aprecio y respeto, pero hemos guardado alguna prudente distancia: todo hay que decirlo, y así ha estado bien para las dos ramas de las que se compone lo que más amo en la vida: mi familia propia.
En mi caso, eso sí, la falta de una suegra, que se murió pronto para mí por ser mi marido de los menores como ya dije, fue suplida ampliamente por ¡cinco cuñadas! modelos en lides domésticas-- culinarias sobretodo-- y de manejo impecable de su casa que son mi admiración, de verdad. Yo no soy así aunque ellas no son asá, como yo, con otra cultura, otras inquietudes (como ésta que comparto con Uds. acá) pero todas valemos y me saco el sombrero por lo que ellas hacen mejor y espero respeto por lo mío y me lo dan, gracias a Dios.
Creo que si en un par de oportunidades me hubiese pensado escribiendo lo que leen, no lo hubiera creído posible, pero ya ven:
El tiempo todo lo arregla; es el mejor amigo, decía mi abuela, que también fue suegra y muy querida, por lo demás
2 comentarios:
jajajaja está genial el chiste!
besosssssssss
Bueno... Pues mi suegra tambien vive en otra ciudad y ella en su casa y Dios en la de todos. Nos llevamos bien, quizá porque nos pocollevamos...
Y como la vida es una cadena a mi vez tambien soy suegra y de momento, tengo a mi nuera casi siempre, y a mi yerno a veces, pululando por mi casa, por mis dominios. Pero como yo ya he perdido mucho ímpetu, casi me da igual que me hayan invadido, mientras no me quiten el ordenador...
Un abrazo Ale
Publicar un comentario