Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



miércoles, 29 de noviembre de 2006

Cuchuflíes



Se acerca la Navidad y nada hemos sabido de mi padre. Viajó al norte, al desierto, a trabajar en una mina. No se portaba bien acá, ¿qué clase de "mina" será esta?

En todo caso, mi mamá debe trabajar como siempre para nosotros, ¡como siempre! y soy el hombre de la casa ahora que estamos solos, pero es difícil. ¡Es increíble lo que cuesta llenar el plato todos los días! Por eso mi madre me ha encargado vender los cuchuflíes que prepara; debo ir casa por casa, y me da vergüenza mi voz, por los "gallos" que me salen cuando menos lo espero, porque estoy cambiando la voz. Sí pues, soy grande, ya tengo trece años. Lo hago porque mi vieja trabaja tanto.

Bueno, por hoy éste será el último timbre que haga sonar..... Pienso que otra vez deberemos comer cuchuflíes en casa.

3 comentarios:

AleMamá dijo...

Hoy pasó un niño ofreciendo cuchuflíes. "Cubanitos" creo que les llaman en Argentina. Son una especie de puros de masa horneada, muy fina y enrollada, rellena. En Chile con manjar de leche o "dulce de leche" como le llaman en otras partes.

Yo me imaginé este cuento, pero la verdad es que el trabajo infantil es una lacra en cualquier sociedad y lo peor es que no se sabe si son una avanzada para conocer si hay habitantes en tal o cual casa. Se presta para muchas cosas, ninguna buena.

Su voz avergonzada me enterneció. Pobre criatura, como sea que fuere la cosa.

alida dijo...

Aquí en Venezuela cada día es peor, ver tanto niño de la calle vendiendo, esa fue la primera promesa del presidente actual hace ochos años recogerlos, puras promesas
El 3 de diciembre es nuestro día de elegir nuevo presidente

ecasual dijo...

Es una criatura preciosa.

Besos

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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