Se acerca la Navidad y nada hemos sabido de mi padre. Viajó al norte, al desierto, a trabajar en una mina. No se portaba bien acá, ¿qué clase de "mina" será esta?
En todo caso, mi mamá debe trabajar como siempre para nosotros, ¡como siempre! y soy el hombre de la casa ahora que estamos solos, pero es difícil. ¡Es increíble lo que cuesta llenar el plato todos los días! Por eso mi madre me ha encargado vender los cuchuflíes que prepara; debo ir casa por casa, y me da vergüenza mi voz, por los "gallos" que me salen cuando menos lo espero, porque estoy cambiando la voz. Sí pues, soy grande, ya tengo trece años. Lo hago porque mi vieja trabaja tanto.
Bueno, por hoy éste será el último timbre que haga sonar..... Pienso que otra vez deberemos comer cuchuflíes en casa.
3 comentarios:
Hoy pasó un niño ofreciendo cuchuflíes. "Cubanitos" creo que les llaman en Argentina. Son una especie de puros de masa horneada, muy fina y enrollada, rellena. En Chile con manjar de leche o "dulce de leche" como le llaman en otras partes.
Yo me imaginé este cuento, pero la verdad es que el trabajo infantil es una lacra en cualquier sociedad y lo peor es que no se sabe si son una avanzada para conocer si hay habitantes en tal o cual casa. Se presta para muchas cosas, ninguna buena.
Su voz avergonzada me enterneció. Pobre criatura, como sea que fuere la cosa.
Aquí en Venezuela cada día es peor, ver tanto niño de la calle vendiendo, esa fue la primera promesa del presidente actual hace ochos años recogerlos, puras promesas
El 3 de diciembre es nuestro día de elegir nuevo presidente
Es una criatura preciosa.
Besos
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