Seguiré con algunas anécdotas de mis primeras fiestas. La primera entrega está en este post*
Lo que voy a contar fue una historia más complicada y fue en mi quinto cumpleaños, de eso estoy segura.
Ya conté que este magno acontecimiento sucede cíclicamente cada enero, con el verano que arde, y esa vez no fue la excepción, por lo que me puse "mi traje de tul, de princesa" que me había regalado mi tía más querida. ¡Como picaba el endemoniado vestido repolludo y pretencioso! pero usarlo y sentirme la hija del rey por un día bien valía los rasquidos e irritaciones de la piel, y me salí con la mía.
Mis primos inventaron ir a la plaza con la nana de turno, y los grandes aceptaron. Al llegar, comenzamos a correr por la pileta, a unos 50 centímetros del piso, por una especie de borde de unos 30 centímetros de ancho. La fuente tenía unas bocas como lanzas que lanzaban el agua hacia arriba de distintas formas.
Todo fue muy entretenido hasta que me caí dentro, y como el piso era resbaloso, no me podía mantener en pie volviendo a sumergirme una y otra vez ante las risotadas de los demás que consideraban lo ocurrido como un juego, como broma, incluyendo a la muchacha que nos cuidaba. Como si fuera poca mi desesperación, se me enredó el famoso vestido en esas lanza-aguas y no podía salir. No sé cuanto duró, no debe haber sido mucho, pero lo sentí infinito.
Lo peor, después de haber estado en peligro verdadero de ahogarme, fue que al regreso debí caminar por todo el barrio llorando, como pollo mojado, con mi vestido de fiesta roto y las florcitas de paño lenci todas despegadas. También queda un trocito de ese memorable trajecito por ahí.
Luego de este post, parece que tanto mi madre como yo deberemos hacer un aseo profundo y tirar muchas cosas inútiles ¿o no? mmmhh... buena pregunta para mis amigos...
11 comentarios:
Pero qué susto! Y què feo que nadie entendiera que realmente estabas en peligro! Gracias a Dios no fue nada... salvo el susto.
Ana...¿cómo te las arreglas par allegar la primera? en tu sitio llegar a hacerlo es una proeza por tantos comentarios, pero igual....jeje
Gracias por estar atenta. Es un estímulo tener quién llegue a dar ánimos.
Besos
Me he puesto al día con tus celebraciones, me gusta leer este tipo de escritos para conocer más de las personas que hay tras las palabras.
Alemama, si he tardado un poco más de lo normal en postear, he estado fuera, de vacaciones unos días...
Un abrazo grande!!
Querida Alemamá:
Tajantemente, NO: no hay que tirar nada. ¡Cúantas veces uno quisiera poder tocar por un minuto el mecano con el que jugaba de niño, las botas que llevó al colegio o el boli que usó en la Universidad. Todo eso se perdió para siempre, en un día de mucha limpieza, así que no, no tires lo que quede del traje, no vaya a ser que un día lo quieras tocar, cuando seas mayor.
Me hace gracia que uses la palabra repolludo: mis hermanas la usaban cuando eran pequeñas, y luego casi nunca la he vuelto a oir, por aquí por España. Me hace gracia que reaparezca en mi vida desde Chile, desde tan lejos. ¿Se usa mucho por allí?
F.
yo creo que si al momento de encontrar un objeto te trae recuerdos suficientemente emotivos como para dudar en deshacerte de él, simplemente no debes hacerlo... va uno aprendiendo que otros en cambio, si bien te recuerdan eventos del pasado, no son tan emotivos o van perdiendo esa emotividad, y bien puedes desecharlos y tampoco debes dudar en hacerlo... se lee más fácil de lo que en realidad es, pero a mí me ha dado buenos resultados... tomando en cuenta que "nada" en realidad nos pertenece, y que siempre habrá algo que necesitemos y que sin embargo habremos, en algún momento, perdido para siempre...
vaya un comentario dramático que me salió...
Saludos...
Hay no que feo! Me imagino el susto que te pegaste! Por suerte ya paso...
Se me vino una imagen muy tierna cuando dijiste que te habias vestido de princesa jaja,
Querida Ale:
Me he reido mucho con la chiquillada, pero realmente lo pasarías fatal. Recuerdo algo parecido, también tenía 5 años, cuando mi abuelo nos llevó a la finca que tenía, (una nave con gallinas, un par de vacas, cuatro o cinco puercos, pavos, y el criadero de caracoles), además había higueras, plataneras, ciruelos, y plantadas las hortalizas de la ensalada, pimientos, tomates, lechugas, en fin, una huertecita en condiciones. Me estuve subiendo por todos los arboles, con mi hermano y mis dos primos, imaginate lo limpitos que quedamos, por miedo a una reprimenda de mi abuela, mi abuelo decidió darnos un baño en la bañera, y ahí vino el problema, me puse a hacer equilibrios por el filo, echando agua, para demostrar mi habilidad, resbalando y clavándome el grifo en el muslo derecho, dejé un trozo de mi muslo pegado en el grifo, tuvieron que darme 20 puntos, como si un toro me hubiera dado una cornada, logicamente, mi abuelo no volvió a bañarme nunca más, recuerdo la cara de mi hermano y de mi primo manolo y prima Marichón, me tuve que pasar todo el verano de reposo, y mi madre fastidiada, menuda elementilla, si una de mis niñas hace eso me muero.
Besos desde España, guapa.
¡Ay, Anaroski! me ha dolido como si me hubiesen dado 40 puntos a mí, brrrr
Pobrecito tu abuelo.
Besos
Pobrecita... es la mala onda de que cuando eres pequeña tus necesidades no son tomadas muy en cuenta :( a ver si te pasaba eso de grande y no te harían caso jejeje
Saludos!
MARIESPE
Entre susto y risas fue el mejor día para ti y tus primos, tu tía se quedaría out por el vestido, ni me imagino tu madre, me imagino como caminarías como pollito mojado
Besos
Hola Alemama:
¡Cómo se repiten las historias infantiles!
A mis 5 años,mis hermanos y yo(4niños)fuimos con una nana a un cerro en la ciudad de Concepción.Las niñas íbamos con unos vestidos comprados en una tienda top y encima de estos vestidos teníamos unos delantales con encajes almidonados.Había una fuente alimentada por unos sapitos que lanzaban agua.Yo,curiosa,me subí para mirar cómo salían estos chorritos,y es ahí cuando me caí con medio cuerpo al agua.Mi nana me sacó el vestidoy delantal mojados y me colocó el delantal seco de mi hermana mayor.Y así me fui a mi casa.
Se ven como anécdotas simpáticas pero la verdad es que me fui avergonzada durante todo el trayecto hacia mi casa.
Saludos
Publicar un comentario