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viernes, 20 de marzo de 2009

Con escalera de caracol

Invito a mis amigos a jugar otra vez a crear una "historia posible" para esta foto tomada por mí.
Para no contaminarnos, dejaré mi cuento en un sitio oculto que encontrarás acá* Tu versión de la historia, desearía que me la dejaras aquí, en este post que es el visible. ¿Te animas?



15 comentarios:

AleMamá dijo...

Si se fijan bien, tiene dos terrazas conectadas por la escalera de caracol.

Natalio Ruiz dijo...

Creo que la ideó alguien que quería suicidarse pero tenía reparos morales.

La conciencia le susurró al oído: "que parezca un accidente".

Respetos.

Natalio

Anónimo dijo...

La casa la hizo un señor de Santiago de Chile que ganó mucho dinero con el negocio del cobre, cerca de 1950. Como sus abuelos le habían hablado mucho de Europa, de donde venían, se hizo un viaje y fue tomando nota de mil detalles que le gustaron: las ventanas de Florencia, la escalera de caracol de un café de París, los azulejos de Sevilla, España, y una barandilla racionalista, en Berlín. Volvió a Santiago y contrató a un buen arquitecto,que le hizo la casa con todas esas anotaciones.

Sus hijos recibieron una educación mejor que la suya, pero tenían menos sensibilidad estética. Cuando el señor murió, no cuidaron mucho la casa, que fue llenándose de humedades y de rotos en el yeso.

Una lástima.

Anónimo dijo...

(Tras leer la historia oculta)

Tu historia es mucho mejor que la mía: puro García Márquez, dicho sea como un elogio. La foto es un poco depresiva, la verdad.

Has más veces este juego, es bien divertido.

AleMamá dijo...

Fernando, tienes razón: hay casas de esa época que son muy eclécticas; a veces son un acierto, otras, un desastre caro y feo.

Gabriela dijo...

Había una vez una familia que vivía feliz en esa casa, todos queriéndose mucho. Hasta que los dos hermanos veinteañeros y universitarios tuvieron la mala idea de enamorarse de la misma mujer... que nunca les hizo caso y prefirió a un tercero.
La cosa es que los hermanos se pelearon a muerte, no podían ni verse las caras. Y los padres, cansados de las infructuosas tratativas de reconcilianción fraternal, decidieron hacer otra entrada a la casa, y así cada hermano tenía la suya propia. Siguieron todos juntos y separados a la vez.
Como dicen los franceses: cherchez la femme!

Es divertido este juego AleMamá. Hazlo más seguido.

AleMamá dijo...

Gabriela y Fernando, ¿se han puesto de acuerdo? pinchen la etiqueta "historias posibles" y tendrán otras cuantas par ahacer volar la creatividad. Le prometo a "mi publico, al que me debo" insistir en esta veta de vez en cuando, jeje porque sí, es entretenido.

Jorge S. King dijo...

Espectacular la escalera, toda una joya la reliquia. Esas "cosas" ya no se hacen más muy lamentablemente.
Saludos Santiagueños.

Gabriela dijo...

Me ha causado gracia tu respuesta a mi comentario, AleMama.
La verdad preferí no leer los comentarios anteriores al mío para evitar "copiar" las ideas de otros lectores. Pero si, mi historia y la de Fernando tenían ciertos detalles comunes.
Leeré tus "historias posibles".
Saludos.

Anónimo dijo...

Hola Preciosa, gracias por defender la vida en el blog de las progres. Un besazo.

pon dijo...

La vieja escalera de caracol está oxidada; hace tiempo que nadie le bruñe con aceite y gasolina su adornada barandilla y sus escalones desgastados. Se siente sola y descuidada, ella que era tan coqueta, tan femenina con sus curvas y sus recovecos, tan viva..........si cierra los ojos al sol de mayo, recuerda como si estuviera allí otra vez el cuerpecito delgado y rubio de la chiquilla que se pasaba las horas leyendo libros de cuentos y que después, más mayor, dibujaba dejando descuidadamente sus lápices sobre los peldaños. Recuerda cuando la chiquilla se apartaba con una sonrisa al subir la madre los escalones pesadamante con un cesto de ropa mojada para tender en la terraza. Recuerda la sombra de la ropa limpia al viento y los besos que se daba la hermana mayor con su novio, apoyada en la base de la barandilla, de noche y a escondidas, besos entre susurros y abrazos descubridores. Siente de nuevo la enredadera que subió aquel año y que floreció en lilas y morados, y ella se sentía tan guapa y fragante.
La vieja escalera de caracol tiene en la memoria los dias de verano en que la familia entera y amigos y parientes subían a la terraza con mangueras y jugaban con el agua, y las noches de fin de año, cuando las mismas familias y amigos subían en el gélido aire a despedir un año y dar la bienvenida a otro con petardos y canciones.
La vieja escalera no ha perdido la esperanza. Ha visto, en ese edificio tan feo que hay enfrente, a un niño y una niña de no más de diez años mirándola con detenimiento y haciendo gestos. Sabe que ella es irresistible para los niños, y por tanto espera pacientemente. Sabe que sin tardar mucho, esos dos niños van a venir a sus peldaños y su barandilla a jugar con sus lápices, sus coches y sus balones, y que con ellos vendrá otros niños, y que el ciclo siempre continúa.

pon dijo...

No sé si es esto lo que pedías tan amablemente, y tampoco estoy segura de ser aqui donde dejarlo, pero ante la duda, he ido a sitio seguro jejejeje.
Un beso grande.

AleMamá dijo...

¡Sobresaliente, PON! tienes el don de la expresión escrita de un modo extraordinario, y no es adulación, tanto, que pondré te historia al final de la mía (para no contaminar a los que lean el enunciado, jeje)

Saludos chilenos, me encantó tu historia

Hilda dijo...

Ay Alemamá soy mala para contar historias, pero la escalera de caracol, me recordó el edificio de departamentos donde vive una de mis tías, hay una escalera de caracol interna que conecta un pasillito de los diversos departamentos y se ve muy chistosa. Saluditos. Hilda

zocadiz dijo...

Ahi te va mi historia:

Ella, a raíz de la muerte de la madre, era su princesa. Todo cuánto deseaba se le concedía. El padre, sumido en un profundo dolor, intentó compensar la pérdida de su mujer con el consentimiento a cuánto la niña de sus ojos deseaba.
Así fue como nació la escalera de caracol, por capricho.

Algo de mí

Mi foto
Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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