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miércoles, 2 de diciembre de 2009

Cuento para una noche tormentosa

Mi madre ha tenido siempre afición por escribir. Ha hecho algunos cuentos y participado en concursos en los que no ha sacado menciones, pero que por el solo hecho de participar demuestra que la señora tiene espíritu grande. Hoy quiero compartir con mis amigos el último que ha escrito y que ha dedicado a sus nietos y bisnietos de una edad similar. Los mayores reconocemos en él el esbozo del que nos contaba a nosotros, sus hijos, cuando teníamos miedo en las tormentas, pero ahora pasado por muchos filtros y mejorado dándole una redacción definitiva.



    Cuento para una noche tormentosa


Para saber y contar y escuchar para aprender, eran que se era una tarde de mucho ajetreo en el cielo. La Virgen deseaba hacer unos cambios en la disposición de los muebles y citó a varios angelitos para que cooperasen en mover aparadores, sillones, palios, escabeles y roperos.
Entre los llamados había dos muy vivarachos que siempre andaban metidos en problemas; no eran malos (¡no podían serlo siendo habitantes del cielo!) sino que atarantados, o sea que no pensaban en las consecuencias de sus travesuras. Uno era Tinito y el otro Epa, cuyo nombre real era la Epaminondas, un nombre largo y muy serio para un pequeño angelito constantemente metido en problemas. Del otro nombre nadie recordaba el origen, por Tinito quedó en el libro de oro de San Pedro y no había razón para andar haciendo más averiguaciones.

Con San Pedro vivían en constantes escaramuzas, a veces le pasaban páginas de su listado y se desordenaba la fila de los que recién llegaban y deseaban entrar rapidito al cielo. Otras veces se escapaban a la tierra y regresaban despeinados, con la aureola chueca sobre sus cabezas y con la hermosa túnica fulgurante completamente entierrada, seña segura que habían cooperado con los jugadores de un deporte inventado recientemente, hacía un par de horas celestiales y que llaman fútbol. Al momento de comentar, los relatores de la tierra decían que ese equipo había jugado como los ángeles, mientras ellos reían felices sentados en la nube más blanca comentando los pases logrados.


    El día en que se les pasó la mano en sus travesuras fue cuando escondieron el libro de la portería, aprovechando que san Pedro dormitaba, en un momento que no había llegado nadie. Poco le duró la siesta pues se comenzaron a agolpar las almas; algunos empujaban, había jóvenes que gritaban pidiendo prisa, muchos esperaban mansamente y callados, tal como lo hicieron en la tierra. De inmediato san Pedro calculó quienes eran los autores del desaguisado y les trajo de un ala y de cada coscacho recibido, volaban varias plumas. El castigo fue severo pues les mandó a ordenar la fila y que le explicaran a cada uno la causa del atraso, como venían llegando de la tierra, no conocían los modales celestiales, recibieron retos, pellizcos, malas palabras y más tirones de ala, luego san Pedro les mandó ponerse de cabeza por dos segundos en la nube más negra. Todos sabemos que en el cielo una hora son 60 años, un minuto es un año y un segundo es..... bueno, otro días sacamos cuentas, pero es un castigo severo y la Virgen que les quiere mucho y anda siempre tratando de disculparles sus travesuras, también les regañó y eso sí que les causó pena y arrepentimiento por su trastada. Como son alegres y optimistas, mientras cumplían su castigo, movían las patitas y flexionaban las piernas acompasadamente en un baile imaginario.

Cuando realmente recuerdan que son ángeles es al momento que santa Cecilia les llama para cantarle al Señor y sus voces son unas campanitas de oro, plata y cristal que entonan la felicidad de estar pra siempre cerca de Dios y al oirlos hasta san Pedro les sonríe.

Como aman profundamente a la Virgen, están felicies cuando les manda trasladar los muebles pero no miden sus fuerzas y al arrastrarlos, derriban los grandes roperos y alacenas y entonces es cuando retumba el cielo y en la tierra dicen "Está tronando" pero es la cooperación ruidosa de Tinito y Epa a la mudanza. al verlos de tan buena voluntad, la Virgen sonríe con dulzura y su risa se vuelve lluvia que riega los campos y todo florece y ella piensa "no son traviesos, son atarantados".

Y colorín, colorado, este cuento se ha acabado, pasó por un zapatito roto para otro día contarles otro.

NOTA: Si quieren conocer a Tinito y Epa, vean unos cuadros del pintor Rafael donde les tomó de modelo.

Dedicado a mis nietecitos Ignacio, Vicentín y Martina, mis bisnietitos Sofía, Isabel y Arturo y para todos los que vengan. Con cariño su vieja TATAY

Vocabulario:

atarantado, da.

2. adj. coloq. Inquieto y bullicioso, que no para ni sosiega.


chueco, ca.
(De chueca).
1. adj. Am. estevado.

2. adj. Cuba y Méx. torcido (que no es recto).

3. adj. El Salv. y Hond. Dicho de una cosa: Mal hecha, defectuosa, inútil.

4. adj. Méx. torcido (que no obra con rectitud). U. t. c. s.

coscacho.

1. m. Bol., Chile y Ec. coscorrón (golpe dado en la cabeza con los nudillos).

recién.

(Apóc. de reciente).

1. adv. t. recientemente. Recién salido. Recién puesta. En América, u. t. antepuesto al verbo en forma conjugada. Recién lo vi entrar en el cine.

2. adv. c. Am. apenas (escasamente, solo). Recién cuando estuve dentro me di cuenta. Vicenta tiene recién una semana en casa.

3. conj. t. Am. apenas (en cuanto). Lo vi recién llegó.

entierrado:
Sucio con tierra



12 comentarios:

Gabriela dijo...

Qué lindo.
Es una bendición tener un sabio cerca, alguien que ha vivido mucho y tiene tanto para contar. Yo tuve muy cerca a mi tía Angelita, que vivía en mi casa. Y a mi propio abuelo, que nos dejó a los 15 días de cumplir 99 años. Enciclopedias andantes de sabiduría popular y bibliotecas vivientes con infinidad de historias.

Winnie dijo...

¡Qué cosa más bonita de relato!...Me ha encantado....su dulzura...Besos

Joseph Kabamba dijo...

.

Uno de los ángeles podría ser negro.

.

Fernando dijo...

Querida Alemamá:

No sé qué me ha gustado más, si la historia o el vocabulario: "atarantados", "chueca", "entierrada", "coscacho". Me sorprendió el uso de "recién" por "recientemente", creía que lo primero era una modalidad sólo argentina.

¿Así que éste es el origen de las tormentas? Ya no volveré a tenerlas miedo, me acordaré de Tinito y de Epa, y de una dama chilena que escribe tan bien como su hija.

Muy bueno, de verdad.

(Me parece que esta vez llegué a tiempo de comentar)

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Querida Alejandra y mamá:
Ha sido una auténtica delicia leer este cuento de tu madre, lleno de dulzura e imaginación. Me ha hecho disfrutar como un niño.
No sé si es el primero que publicas en tu blog, pero espero que no sea el último.
Felicítala y dile que me ha recordado a mi madre que era dulce como ella.
Un beso.

j.a.varela dijo...

Ya se ve que la buena pluma era hereditaria. Y como dice Terly, esperamos que no sea el último. Que tengo que cambiar el repertorio de cuentos para Lorenzo!

ojo humano dijo...

Ay, espero tener nietos alguna vez, los cuentos para niños te dejan con algo tan feliz, tan nuevo.
Gracias Ale y gracias a tu mami.

maria jesus dijo...

Que cuento tan lindo! Me voy a Granada y se lo contaré a mis nietos que les chiflan los cuentos de angeles.
Comparte más relatos, por favor

AleMamá dijo...

Gracias amigos por sus comentarios sobre el cuento. Se los he leído uno por uno a mi vieja y está feliz.

AleMamá dijo...

Joseph Kabamba: Se ha pedido muchas veces pintar angelitos negros y se hace. En la iglesia de san Josemaría Escrivá en Roma, los hay muy bellos.

POr suerte en la realidad, por ser seres espirituales no tienen colores.
Saludos, gracias por venir. Es un honor.

Luis y Mª Jesús dijo...

¡Qué bonito!.
Luis siemprecontaba un cuento "Fandiño", que nunca terminó y que nunca supo como terminar, todavía le reclaman un final, pero...siempre se dormían antes...

Hilda dijo...

ahora entiendo porque escribes tan bonito, se hereda!!
Mi abuelita también sabe contar historias pero son de miedo jejeje

Saludos. Hilda

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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