Ciruelas verdes
Ciruelas verdes junto a un paquetito de sal para que resaltara el poco dulce y disimulara el ácido tremendo. Eran exquisitas y nunca hicimos caso a aquello de que "te va a dar lipiria* y el remedio es...." (algo asqueroso que creíamos que era verdad)
Recreos jugando a las payayas* hechas con semillas de nísperos cosidas con aguja formando un círculo o de granos de choclo/maíz, o sencillamente piedras de tamaños similares.
Flores de magnolia de las pequeñas, que olían a plátanos maduros y que las que las tenían las cambiaban por favores escolares o caramelos.
Helados de agua con palito para tomarlos y solamente envueltos en un papel "de mantequilla" sin que nadie se asustara por posibles viruses. ¡Estábamos inmunes por el estilo de hacer las cosas y no lo sabíamos!
Todos indicios de que las vacaciones ya llegaban y que se terminaba el curso.
Hoy, en que nadie hace sus propios juguetes y que las madres están aterradas con contaminaciones múltiples, ¿qué les indicará a los niños que no se va más colegio hasta marzo?
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Dedico este post a mi hermana Sol, compañera de colegio, y diversiones.
7 comentarios:
Es linda tu dedicatoria Ale....las hermanas....muchas veces las mejores compañeras de juegos. Un beso
Por acá, los indicios que recuerdo son ir al colegio en manga corta, venta de mangos, tunas y uvas en las fruterías del barrio y del mercado, las cornetas de los heladeros anunciando su llegada.
Por suerte, todos existen todavía.
Siempre lamenté el término de clases. Como hija única el colegio era el mejor lugar para los juegos y para ver a mis amigas.
Pero la llegada del verano salvaba la situación y con alguna compañera del barrio salíamos por las tardes a pasear en bici, vueltas y vueltas a la manzana.
¿Helados de agua? Eso requiere una aclaración, Alemamá. ¿Era un polo de hielo?
(Empieza a nevar en Madrid)
Sí, "helados de agua" les llamamos a los que no son de leche ni de crema de leche, o sea, son un trozo de hielo saborizado y coloreado. Mis favoritos eran los de menta, color verde veneno, jeje, ¡una delicia!
Perdón por no haber hecho un comentario antes, pero también estoy en fin de año no escolar, pero fin de año al fin y con mucho por hacer.
A mi no me den las cosas ácidas. Comía ciruelas verdes porque todas lo hacían, no me comí las uñas, no chupe limones pero si olí las magnolias, las fresias anunciando la primavera y lo más temido, los exámenes finales que eran los compañeros inseparables de todos estos detalles.
Gracias por la dedicatoria, yo también recuerdo muchas cosas del colegio y no necesariamente alegres pero la amistad y el cariño ¡cómo olvidarlo!
¡Por eso NI TE IMPORTÓ mi frustración tremenda al no comer mangos celes porque no quisiste parar en la carretera, Sol! así no svamos, pape a pape :)
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