Así está la cosa en este lado del planeta |
Cuando no tengo mucho que decir, suelo hablar del clima, como hacemos todos, pero no sólo por falta de tema, sino que también me encantan las variaciones que nos marcan el paso del tiempo y de la vida, que es un tópico recurrente para mi.
Hoy hace frío y no he podido calefaccionar la casa pues es día de aseo ya que viene la persona que me ayuda y es ¡buena para ventilar!, tanto que todos tomamos un tinte azulado y una rigidez un tanto cadavérica cuando viene. Hoy no ha sido la excepción como sí ha sido los otros días de este largo fin de semana en que hubo francas temperaturas de cambio de estación, con sus pimpollos y hojas nuevas por todos lados.
Bueno, los del norte del mundo, no digan que no se los advertí.
8 comentarios:
Mi aromo recién floreció, está amarillo fosforescente, precioso.
Eso me anima a que los fríos ya se van.
Ah, yo también soy la fanática de la ventilación. A veces también ando medio azul.
Un abrazo.
AY Ale aquí en Madrid asfixiaditos de calor...bss
Te lo cambio por el calor de Cartagena (España), jajajaj. Por cierto hoy el post de mi Blog Directora Gerente de Hogar, se lo dedico a tu marido, puedes verlo en
http://directoragerentedehogar.blogspot.com/2011/08/nuevo-truco-para-limpiar-las.html
Besos
Nela
En Barcelona tambien con mucho calor. Ojalá pudieramos hacer un intercambio y conseguir una temperatura media¡
En Lima ha sido un día húmedo, y la noche se anuncia igualmente húmeda... que es exactamente como me gusta.
Jaja, tinte azulado y rigor cadavérico.
Aquí en Málaga seguimos, gracias a Dios, disfrutando del verano y la playa.
Aqui en Lima , en miraflores distrito que esta pegadito al mar se respira agua,a cualquier turista le salen escamas, Los que vivimos aqui somos unos mutantes entre peces y seres humanos.Nunca bajamos de 16 grados ni superamos los 28 gradosC,pero las nubes estan tan bajas que se produce el efecto invernadero que te derrite hasta los zapatos...
Vais adelantados, Alemamá: acá en el norte no hay ni rastro del otoño, seguimos con un calor terrorífico, como podrán acreditar los cientos de peregrinos chilenos que están en Madrid.
Son, por cierto, muy simpáticos, y cuando se ven por la calle se gritan unos a otros "Cé, Hache, Í, Ele, E".
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