Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



miércoles, 8 de agosto de 2012

¡Te lo dije!



Ayer pasé al Metro a recoger a mi media naranja para terminar en la municipalidad unos trámites eternos y nunca completados, por lo que había que ir y venir a muchas oficinas y muchas veces, hasta que ayer los hemos rematado pateándolos en el suelo. Nos pusieron el último timbre y pagamos al última multa por la demora y espero que sea incinerado, pues podría resucitar como Terminator.

Saliendo del estacionamiento para llevarlo a la oficina, mi esposo comienza -como siempre- a darme instrucciones de que ¡cuidado con el poste! ¡va saliendo otro auto atrás! y cosas de ese estilo que me ponen frenética porque tengo licencia desde  hace 30 años más o menos, y la he tenido hasta para transporte de 12 pasajeros clase A1 cuando teníamos una camioneta para salir con toda la familia y los amigos. Es que mi marido no me dará nunca la licenciatura de conducir. 

Lo peor fue corroborarle su aprehensión, pues al pasar por dicho poste se fue para atrás el espejo, cosa que no me pasa nunca y, que de suceder, bien callado  lo dejaría. Por suerte no dijo: ¡Te lo dije! -este hombre tiene instinto- porque si lo hubiese soltado en voz alta -que de pensarlo lo pensó- hoy estaría como Dolega, divorciándome, y en mala.

Cuento corto: me enojé, me amurré y juré por enésima vez que esta vez sí que no manejo más cuando ande con él. (Obviamente sí lo haré -como todas las veces que peleamos por lo mismo- pero guárdenme el secreto). 

****
Me está pasando seguido que, al venir a postear, me quedo comentando otros blogs y ya no tengo más tiempo o me he olvidado de la última idea para hacerlo. Por eso ahora tengo tres que escribir para dejar algunos para cuando eso me vuelva a ocurrir, y son Uds. mis amigos los culpables por ser tan amenos e interesantes.

18 comentarios:

Gabriela dijo...

Debe ser lo mismo que le pasa a mi sobrino con su mamá: ella nunca le dará el permiso de conducir (que acá llamamos brevete). Y lo mismo se aplica para todo progenitor que vaya en un vehículo manejado por alguno de sus retoños. Seguro le pasa a los papás de Räikkönen... y a su esposa (si es que la tiene).

AleMamá dijo...

Gaby, es verdad que los miedos de los mayores nos llevan a eso. Yo no suelo demostrar con palabras que estoy asustada, pero me pillan porque me afirmo del agarradero mas que mi gato ante un bano de agua fria.

dolega dijo...

Te entiendo AleMamá, te entiendo.
Soy el chofer de mi casa y el consorte es insoportable de copiloto. Recuerdo que una vez iba tan enfadada de tanta orden y tanta tontería que en una enorme rotonda que hay cerca de mi casa, entré como a 60 kilometros por hora y caso volcamos, además le di dos vueltas a la rotonda. Quedó calladito como por dos meses, jajajaja se montaba al coche y no decía ni pio. Ahora cuando se pone muy insoportable le recuerdo la rotonda. :)
Besazo

AleMamá dijo...

Dolega, mi inspiradora y comprensiva amiga: ¡gracias por la solidaridad de "género"!

ojo humano dijo...

A veces he dicho eso...

AleMamá dijo...

¡También yo! pero no lo repitas pues puede ser usado en mi contra.

Besos

Marga dijo...

He visto esa escena en mi propia familia... Ale ¿no hay una rotonda cerca de tu casa? cúralo... (quiero decir sánalo, no emborráchalo, es que el español...)

Juan Ignacio dijo...

¿Así que tu marido no conoce el blog?

AleMamá dijo...

Marga, el castellano tiene terminos contradictorios muchas veces, tal como el ejemplo que has puesto. El tema de las rotondas da para otro post.
Saludosa

AleMamá dijo...

Juan Ignacio, si conoce mo blog, pero no lo lee. Es bien poco comun su actitud y quizas muy sabia, de sabiduria oriental que yo no poseo: soy muy curiosa.
Saludoa

Susana dijo...

Me parece que todos los hombres tienen el mismo vicio. Por eso yo nunca conduzco cuando voy con mi marido, aunque tengo que reconocer que yo soy un poco desastre como conductora. Un beso.

Cyrano dijo...

Muchas gracias por el contenido de las letras chiquitas junto al titulo de tu entrada,que me recuerda algunos hechos de un pasado bastante movido por las cicunstancias

AleMamá dijo...

Me quede pensando en la pregunta de Juan Ignacio. Espero que se haya notado en esta entrada que esta escrita con amor y humor hacia mi marido y companero de ruta.

MIC dijo...

¡Hombres!

Ajovin dijo...

Los maridos somos como somos. Es que si no, no seríamos maridos.
Un marido tiende a ser proteccionista, impertinente incluso, miedicas, pero se os quiere mucho. Por eso seguimos siendo maridos.
Véngate, cuando él cometa algún error, empieza a toser con carraspera, y dile que no es por el error, sino por que te ha entrado tos nerviosa.
Un abrazo

MDR dijo...

Jajajajaja!!
Te lo dije!!

Winnie dijo...

jaja Tú maneja...dí que sí Un besote

Miriam dijo...

ja ja ja Una vez me empeñé en aparcar entrando de cara, en vez de marcha atrás.
Yo creo que se me cruzaron los cables. Todo fue por llevarle la contraria a un amigo que decía que como yo quería hacerlo era más difícil.
suerte que se encontró con otro amigo, y les dije que fueran adelantando para comprar las entradas. Asi me quedé solita y tranquilita aparcando

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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