Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



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miércoles, 8 de agosto de 2012

¡Te lo dije!



Ayer pasé al Metro a recoger a mi media naranja para terminar en la municipalidad unos trámites eternos y nunca completados, por lo que había que ir y venir a muchas oficinas y muchas veces, hasta que ayer los hemos rematado pateándolos en el suelo. Nos pusieron el último timbre y pagamos al última multa por la demora y espero que sea incinerado, pues podría resucitar como Terminator.

Saliendo del estacionamiento para llevarlo a la oficina, mi esposo comienza -como siempre- a darme instrucciones de que ¡cuidado con el poste! ¡va saliendo otro auto atrás! y cosas de ese estilo que me ponen frenética porque tengo licencia desde  hace 30 años más o menos, y la he tenido hasta para transporte de 12 pasajeros clase A1 cuando teníamos una camioneta para salir con toda la familia y los amigos. Es que mi marido no me dará nunca la licenciatura de conducir. 

Lo peor fue corroborarle su aprehensión, pues al pasar por dicho poste se fue para atrás el espejo, cosa que no me pasa nunca y, que de suceder, bien callado  lo dejaría. Por suerte no dijo: ¡Te lo dije! -este hombre tiene instinto- porque si lo hubiese soltado en voz alta -que de pensarlo lo pensó- hoy estaría como Dolega, divorciándome, y en mala.

Cuento corto: me enojé, me amurré y juré por enésima vez que esta vez sí que no manejo más cuando ande con él. (Obviamente sí lo haré -como todas las veces que peleamos por lo mismo- pero guárdenme el secreto). 

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Me está pasando seguido que, al venir a postear, me quedo comentando otros blogs y ya no tengo más tiempo o me he olvidado de la última idea para hacerlo. Por eso ahora tengo tres que escribir para dejar algunos para cuando eso me vuelva a ocurrir, y son Uds. mis amigos los culpables por ser tan amenos e interesantes.

miércoles, 25 de julio de 2012

¡Papeles y trámites urgentes!



En casa tenemos un buen plan de salud. A la edad de mi marido -ya pensionado y vuelto a contratar- es una excepción muy poco frecuente. Además del seguro corriente que cada persona que trabaja debe tener en Chile tenemos un seguro complementario que nos paga una buena parte de lo que el primer seguro no cubre, pero hay que llenar papeles y presentarlos dentro de un plazo en la aseguradora, y he ahí el problema, porque mi amado cónyuge se complica mucho. Con su mentalidad de que "los-papeles-mandan" los saca del sitio que les tengo asignado a todo lo que es salud para guardarlos en recónditos escondites para no olvidarlos, pero claro, es fijo que los olvida -porque es un hiperquinético, distraído sin remisión- y me los pide a mí jurando que jamás los vio ni los tuvo en su mano, ni na'de na', haciéndome saltar y revolverlo todo para encontrarlos donde es imposible que estén. ¡Ay! 

Hoy ha sucedido de nuevo, y me hace urgirme, porque no tiene los comprobantes, los plazos se vencen y van a cobrar el cheque en garantía por 10 veces lo que nos saldrá por el seguro, etc, y luego del mal rato  me llama para decir que los tenía, tal como le dije, en su oficina.

Es tan bueno el hombre, tan reiterados sus defectos, y tan previsible mi reacción de espanto porque se perdieron los papeeeeeeleeeesssss una vez más. Por suerte en 41  años de convivencia ya no nos enojamos por más de 5 minutos. Claro, requiere práctica. No siempre ha sido así.






martes, 19 de junio de 2012

Aniversario de matrimonio y datos escalofriantes



Nunca he hablado claro sobre algunos hitos de mi vida. Creo que cuando se cumplen 41 años de feliz vida matrimonial -como celebramos hoy con mi familia- es la hora de contar algunas "estadísticas" para que los amigos me conozcan mejor.

Tengo 62 años de vida extrauterina (hay que aclararlo en estos tiempos). Mi madre tenía 21 cuando yo nací y soy la mayor de 6 hermanos queridos. Somos 3 hombres y 3 mujeres, todos estupendos, buenos mozos, simpáticos, exitosos, amables y admirables.....además de que poseemos una humildad envidiable.

Me casé a los 21 con un hombre maravilloso, de origen chino cantonés por todos lados, casi 8 años mayor que yo, con el que tuvimos 5 hijos y ya llevamos 2 nietas que nos tienen con la cabeza mala. Creemos que van a ser tan extraordinarias comos sus antepasados, porque -como si fueran pocas las virtudes que nos adornan- somos realistas. Los hijos tienen entre 39 y 21 años, tres varones y dos niñas. 2 casados, un sacerdote católico y un estudiante universitario.

Mi madre tiene 83 años bien llevados y ha sido un faro en mi vida. Mi padre murió hace algo más de 4 años.

He sacado la cuenta de que he sido abuela 14 años más tarde que mi madre, cosa que no le hizo gracia en su momento, pero que le ha permitido ser bisabuela y gozar viendo crecer a sus 14 nietos. Con los cambios en las familias será difícil que yo lo logre. En todo caso, y gracias a Dios, he sido muy feliz. 



martes, 12 de junio de 2012

¿Decirlo o callarlo?


No sólo he encontrado nuevas amigas en unas islas y caletas escondidas e insospechadas, de buen clima que hay acá en la red, sino que me inspiran nuevos temas, como éste de Dolega. Tomo como base mi comentario allá y pongo otro ejemplo parecido.

*¨*¨*¨*
Una vez me encontré con mi "casto y tranquilo " vecino, a las 4 de la tarde, en un campo solitario y lleno de dunas de arena donde andábamos con una amiga y los niños de ambas. El hombre iba con una "mina" joven muy acaramelados en su camioneta. No cabía dudas de los menesteres en que andaban, pero ante la disyuntiva de decírselo o no a su buena mujer me callé.  ¿Para qué meterme en enredos? era una señora mucho mayor que yo, podría haber sido mi madre y no era mi amiga tampoco. No lo hice, pero hasta hoy dudo de la bondad de mi acto. Definitivamente fue más cómodo, sí, pero, ¿100% correcto? hasta hoy lo dudo.

*¨*¨*¨*
Una vecina que tuve años atrás me contó que en una oportunidad se había encontrado con la hija de una muy buena amiga suya a las 9:00 A.M. en un carro del Metro de Santiago. La joven iba absolutamente borracha, de regreso de alguna fiesta y de seguro sin dormir.

Pensó mucho si decirlo o no a sus padres, y al final se preguntó a si misma: _Si fuera mi hija, ¿yo querría saberlo?. _Sí, entonces fue a informarlo con mucho cuidado y cariño, pero aún así la madre dijo que no podía creerlo, que ésto y que lo otro, y para hacer el cuento corto, perdió a su amiga y quedó amargada.

*¨*¨*¨*
¿Quién no ha estado en la disyuntiva de informar a las víctimas que son objeto de un engaño de sus seres queridos? Si tuvieras una historia que aportar, me encantaría que la dejaras en los comentarios, sobre todo con el resultado de tu intervención.

sábado, 9 de junio de 2012

De techos y protecciones

¡Este sí que es techo!


Con el gran terremoto de febrero de 2010 y las subsiguientes réplicas -terremotos por derecho propio, también- el techo de mi casa empezó a tener filtraciones. Eran pocas pero en sitios complicados, como una gota que cae por el tubo de la chimenea de la estufa del segundo piso o justo por el lado de una pared de la cocina.

Llamamos al techero antes de una lluvia grande  que cayó  hará una quincena atrás, pero luego de su intervención aparecieron charcos bastante peores donde nunca había habido, así es que de nuevo vendrá hoy, antes de otros frentes de lluvias anunciados para la próxima semana.

Mi marido se preocupa mucho del tema, cosa que hace que me deshaga de ternura por él; es como el símbolo de la protección, de la seguridad, es algo que me conmueve.

Gracias, Dios mío, por tener techo sin goteras y un marido bueno que se preocupa por que siga así. No es poca cosa.

martes, 30 de agosto de 2011

¿Por qué los hombres viven menos que las mujeres?

Mi marido lo ilustra con este trabajo digno del circo


Me mandaron una serie de fotos sobre este asunto y se las enlazo acá*, son espeluznantes, pero no puedo dejar de hacer mi pequeño aporte con una similar que le tomé anoche a mi marido que, en chancletas, se subió al balcón interior del segundo piso para arreglar las lienzas de los estores/cortinas de ese sitio difícil de acceder.

Algunos amigos quizás recuerden a un personaje de la caricatura/teveo Pequeña Lulú, que se llamaba Abuelo Febo. Debe de haber tenido algo de Alzheimer porque se arrancaba, y además hacía cosas como subirse al tejado a arreglar algún desperfecto, y otra ocurrencias por el estilo. Mi esposo no tiene nada de eso, gracias a Dios, pero.....






lunes, 24 de mayo de 2010

Preguntas sin respuesta


No  supo expresar sus sentimientos, sin embargo era muy sensible. Tenía MUY mal carácter, pero nunca se puso en duda lo tierno de su corazón. Nunca su relación fue fluida. Nunca entendió a su padre. Era por definición, contrradictorio.

Tenía  buenas ideas, más se resistía a aceptarlas por el modo dogmático en que las expresaba. Su autoritarismo le llevaba a discutirle hasta en lo que evidentemente tenía razón. Si podía, lo evitaba cuando era joven, y cuando era viejo, ya el daño estaba hecho, pues el estar juntos contenía un gran porcentaje de silencio, de conversaciones educadas, para llenarlo de algún ruido que lo hiciera menos pesado. Era un silencio oneroso, no un silencio lleno de ecos como los que mantienen las personas que se entienden sin palabras. 

Le gustaba mucho su forma en que relataba las cosas que conoció, pues lo hacía con exactitud. Lo que sabía lo sabía tan bien, que era un placer que lo explicara, como cuando le contaba de antiguas técnicas para cosas ya superadas. ¿Cómo hacer una rueda de carreta forrada en metal? Nunca pensó en el arte que requería, pero el viejo, que las vió construír, sabía el secreto.

Siempre "tiró" hacia el lado de su madre, pensando en que la esposa era una víctima del modo de ser del viejo, sin darse cuenta de que él sufrió lo suyo con el carácter de ella, que no era nada fácil porque con el modo terrible del marido se fue acorazando hasta hacerse antipática en el trato. De tanto anticiparse al latigazo de la lengua que preveían, no se dieron la oportunidad -como esposos- de ser amigos y escucharse sin prejuicios. El picoteo, la ironía entre ellos era lo habitual y el desagrado que producían en los que los rodeaban llevaba a evitarlos por igual si estaban juntos.

Murió el anciano, murió su padre, y de tantos silencios, de tanta palabra sin sustancia, de tantas horas rellenadas de vacío quedaron las preguntas importantes sin respuesta.




Algo de mí

Mi foto
Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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