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jueves, 22 de noviembre de 2012

Camisas sin botones: tragedia masculina y drama femenino


La primera pelea de mis viejos que recuerdo fue por ese motivo. Parece que veo a mi padre tirando encima de la cama unas camisas; la primera porque le faltaba un botón y las demás porque según él, los cuellos estaban mal planchados en tiempos en que en el campo se planchaba con planchas de carbón y se almidonaba a mano, y mi madre defendiendo a la lavandera de turno y defendiéndose ella de la falta del famoso botón. Fue la primera de muchas peleas por ese motivo. Parece que se juntaba que los botones no deben de haber sido muy buenos, con el -quizás- poco cuidado de mi papá (cosa rara pues era muy ordenado él), y la eterna desidia de mi madre con el tema del cuidado de la ropa en esos detalles. Francamente, dentro de sus muchas virtudes no está ésta, pero debo reconocer que ha luchado y mejorado infinitamente. 

Me quedó algo de trauma creo yo, porque me descompone cuando mi amado viejo me llega con una camisa a la que le falte un botón, cosa rara, pero pasó el lunes. ¡Cómo sería la cosa que antenoche soñé una pesadilla relacionada con el asunto!: debía componer unas prendas de un señor importante para un acontecimiento de gran relevancia, ¡y no lo lograba! No tenía ni los materiales, ni los conocimientos y para más remate, se me perdía la ropa que me había encargado. Pienso que es una versión del famoso sueño del examen, esos sueños en que tenemos un test y no llegamos a tiempo; no sabemos nada; nos equivocamos medio a medio y otras variables por el estilo.

No es nada agradable, les diré, y me gustaría saber si para Uds. o sus maridos es un tema tan "tragedioso" o dramático como ha sido para mí.

14 comentarios:

dolega dijo...

jajajaja Me has soltado una carcajada. En mi casa lo de los botones es como de chiste. Yo siempre he sospechado que mi querido Consorte come botones, pero no se lo dice a nadie. Él plancha en casa así que solo él se da cuenta a qué prendas le faltan los botones. De repente viene y me pide que le cosa el botón, pero lo ha perdido. ¿Cuando? Ahhhhhh ¿Dónde? Ehhhhhhh
Así que ahí me ves buscando botones de las camisas viejas ó de los pantalones que tengo para trapos ó en su defecto tenerme que ir a la mercería a buscar UN botón para alguna prenda determinada.
Besazo

Luisa dijo...

jejeje AleMamá, de todos los problemas que hay en el mundo incluidos los botones, ¡¡¡yo no tengo ese!!!

No sé si es que las camisas de mi marido no llevan o que nunca se le caen :)

Besos Ale

AleMamá dijo...

Un consorte que plancha, Dolega....¿dónde los fabrican, eh?

Saludos, suertuda muejer

AleMamá dijo...

Luisa, tampoco es un gran tema en mi casa. Casi no se caen los botones, pero a veces se sueltan y hay que prevenir en ese caso. El punto es que cuando pasa, mi marido se parece a su suegro en la urgencia e impaciencia con el tema.
Besos

Winnie dijo...

Uy ALe para mi un tema absolutamente ajeno !!! besotes cansados

AleMamá dijo...

Saludos, Winnie. Que duermas bien sin desvelarte ¡ni para comentar en lso blogs!

ojo humano dijo...

Pegar un botón es mi tragedia griega así es que compro casi todos sin esos pequeños enemigos. Afortunadamente las telas modernas ni necesitan plancha, así es que he nacido en la época ideal, no sé qué hubiera sido de mí en el siglo pasado con esas planchas a carbón, Dios es bueno.

ojo humano dijo...

Por cierto, respecto a volar, tengo mi teoría propia, algún día te la cuento en mi página.

AleMamá dijo...

Toyita, todo debiera ser "guachingüear" (wash adn weare) y con velcros. ¡Gran invento!
Besos

Gabriela dijo...

En verdad por acá no se caen. Lo ideal es prevenir esos "accidentes".

eligelavida dijo...

Realmente, ni me lo había planteado. Para cuando se caen los botones, la camisa está tan vieja y el cuello y los puños están en tan malas condiciones, que ya no merece la pena ni ponerle el botón.

Lo del sueño merece un estudio...jaja!

Mi pesadilla es la de zurzir calcetines. Se me da fatal.

Fernando dijo...

Soy soltero, vivo solo y no tengo asistenta, así que para mí el tema no tiene ningún misterio: se rompen, los quito, los coso y los olvido. Eso sí, como en todo en la vida hay un aprendizaje: los primeros que cosí, hace muchos años, no coincidían con el ojal, estaban más arriba o más abajo. Con el paso de los años me quedan perfectos.

AleMamá dijo...

Estoy verdaderamente sorprendida de que este asuntito tan trivial no sea problema -trivial pero real- de muchos más que mi familia.

En estos tiempos no se caen los botones tan fácilmente, pero si llegas a tirar un hilito que sobresale, estás frito, ¡fuera el botón! y si se te salió uno, es mejor asegurarlos todos.

Es raro, y nunca llega el caso de que se caigan junto con los jirones de tela de tan viejas las camisas, pero a veces se quiebran.

Me alegro de saber que no es tan común, como ya dije.

Saludos a todos los zurcidores y costurer@os

Xuravet dijo...

Los botones si se caen los coso yo mismo y listo. Y eso de la plancha a mí también se me da sin ningún problema.

Saludos.

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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