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lunes, 23 de septiembre de 2013

Elecciones en Alemania. Fui testigo de como lo hacen

Es difícil imaginarse unas elecciones tan importantes sobre las que el mundo entero tiene puestos sus ojos y que sean un proceso tan aburrido para la mirada de una latinoamericana como yo, acostumbrada a la agitación y efervecencia que ellas conllevan en nuestros países. Me incluyo en la importancia que les doy a las nuestras y la pasión que pongo en ejercer la democracia con mi voto.

Los lateados (me imagino) vocales de LA mesa electora
Cámara secreta que no parece tal. Desde el segundo piso y otros lugares era posible ver el voto.

Acompané a mi yerno a votar a la única mesa del local que corresponde a su sector de la ciudad. Llevaba consigo un papel que llegó por correo, si no me equivoco, y por si acaso, llevaba su cédula de identidad que pasó voluntariamente pero que nadie le solicitó aunque pudieron hacerlo. Era el único votante pues el anterior ya se iba, y aparte de las 4 personas de la mesa escrutadora, había otras 3 conversando con los vecinos que tenían la responsabilidad de recibir los sufragios.

Nada de colas.
Nada de policías ni militares.
Nada de grupos esperando afuera
Nada de periodistas a "boca de urna".
NADA

Llegó, pasó sus papeles, le dieron la papeleta para marcar preferencias; entró a la cámara secreta porque quizo; votó y lo metió en la urna. "Vielen danke"....y para la casa a dos cuadras.

Como dato curioso para nuestra cultura cívica les cuento que se puede emitir el voto por correo. Sí, por correo. No puedo imaginarme algo más falible y manipulable en la mayor parte de los países del mundo incluyendo nuestra esfervecente región de América. Acá es posible. Lo he visto con mis ojos.

7 comentarios:

AleMamá dijo...

Dicen que los que constituyen las mesas en las elecciones son voluntarios. No sé si la práctica de algo así funcionaría y si sería aceptado porque también se prestaría para cosas ilegítimas, como ponerse de acuerdo para defraudar.

Fernando dijo...

Me acordé mucho de ti, Alemamá. Me quedé hasta la madrugada para ver el resultado final, pues para España (y para toda Europa) eran unas elecciones importantísimas. Alguno dijo que los demás europeos deberíamos poder elegir 3 o 4 diputados en el Bundestag.

En España el voto por correo es legal, pero ha habido muchos abusos. Hace años venían miles y miles de votos desde Argentina, de gallegos (en sentido literal: descendientes de emigrantes de Galicia) que en su vida habían pisado España pero que tienen la nacionalidad española. Algo cambió la Ley, para exigir que votaran en nuestros consulados.

(Hummm... Espero que en noviembre estés en Vitacura para votar a nuestra candidata.

Fernando dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Gabriela dijo...

La mejor parte de lo que cuentas es que no hay colas. Esas serían mis elecciones ideales: llegar, votar e irme. Algunas veces me ha tocado, pero se siente como una gran suerte.

esteban lob dijo...

Que notable testimonio, Ale.

(Y yo siguiendo el acto electoral por la Deutsche Welle)

AleMamá dijo...

Bueno, Esteban, lo mío es una pincelada anecdotica. La DW haría sesudos análisis políticos y económicos supongo, pero también vale la observación de los detalles ocultos de un proceso tan importante.
Saludos. Es un honor ser tú vecina en Bloguilandia

dolega dijo...

Si, aquí en españa es parecido. Por lo menos en mi pueblo nunca hay colas para votar. Llegas, votas y te vas.
El voto por correo es muy común en España, de hecho yo lo he ejercido en más de una ocasión. Por ejemplo si sabes que vas a estar de viaje, pues votas por correo y listo.
Besazo

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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