De repente me gusta hacer noche parte del día. Al atardecer, en días fríos, aún con luz -cuando estoy sola- me gusta.
Cerrar las cortinas, encender las luces, imaginar la noche en silencio y el descanso cercano, me calma.
Pareciera que el día y su afán terminaran, y aunque aún falten horas para que sea mañana, la luz tenue y la música suave que me envuelven, me arrullan.
6 comentarios:
Ay Ale lo que más pena me dá de el verano terminándose es que la luz ya no es la misma. Durante julio a las 9 de la noche tengo la casa llena de luz y ahora ya hay que encender la luz eléctrica...A mi la luz me dá vida....Besos
Y la certeza de un nuevo día siempre anima, ¿no?
Yo me deprimo con las lúces frías o insuficientes, por eso, las luces que enciendo siempre son cálidas.
Otra cosa es en verano, que no cierro nada, porque es tan rico mi jardín por las tardes, porque acá SIEMPRE refresca tipo 17:00 horas. Es un placer salir a mirar la Cruz del Sur.
Besos, Winnie
Fíjate, Gaby, que esta mañana estaba pensando en que cada día es un don, y es como cuando a principios del año escolar uno abría esos cuadernos en blanco, tersos, impecables, y había que llenarlos.....
Cada día, es un don, y para mi (y creo que para nadie) es una certeza de que estemos para vivirlo, ¿no?, por eso, trato de aprovecharlo, aunque muchas veces se quede en buenas intenciones y pierda mi tiempo, que es vida.
¡Uy que estoy profunda!, pero dime que no es para pensarlo y muchas veces, rectificar.
Cariños, amiga mía
Yo, sin embargo, me gustaría que muchas noches fuesen días. Me pasa como a Winnie, la luz (y de paso el calor) me dan vida. Vengo de pasar unos días en Sevilla... y es una gozada de calorazo y sol!
¡Ay, Elige! yo de calor excesivo como eso (que nunca he "gozado") ni me hables. Me transpira la cara y es muy odioso.
Besos
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