¡Huelo, huelo! ¡Puedo oler de verdad, no sólo recordar olores! todo gracias a un inhalador con corticoides que me ha permitido darme cuenta de cosas tan pedestres como que el lavalozas tiene aroma a pino; que en el aire había olor a quemado, traído por el viento desde los incendios forestales tremendos que hay en las regiones cercanas.
He olido la madreselva que me recuerda el mes de María en mi colegio, y también he detectado un mal olor en el desagüe del lavaplatos, cosa que en otro momento jamás lo hubiera notado, como cuando dejé el gas abierto y por no darme cuenta pude encender un fósforo.
He olido buenos y malos olores, pero con cada uno me he maravillado, pues por mi crónica alergia a quién sabe qué, ya me aburrí de tests. Hace décadas que casi no tengo ese sentido, hasta el punto de pasar al lado de un burro atropellado y en descomposición, inhalar profundo y no sentir NADA mientras los demás huían despavoridos tapándose la nariz.
No sabemos lo que tenemos hasta que lo perdemos. ¡Qué pena no poder apreciar lo mucho que se nos ha dado!
5 comentarios:
Bienvenida al mundo de los olores!!!
Me alegro por ti AleMamá. Que bueno; no me imagino lo que es no tener el sentido del olfato.
También soy alérgico, pero tengo que estar muy congestionado para perder la capacidad de oler.
Felicidades AleMamá.
Felicidades, Alemamá, me parece un hecho milagroso.
Hasta en la cocina es algo importante: a veces sólo por el olor ya sabes si la carne está suficientemente guisada o no.
Me alegro mucho por ti.
Uy Ale...sólo cuando nos falta hasta algo de lo más sencillo...lo añoramos....¡no aprendemos! Un beso
Qué lindo cuando algo tan simple, y a la vez tan importante, nos alegra el día.
Me alegro mucho por esta alegría tuya.
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