Uno de los placeres dominicales es leer la prensa antes de levantarnos, pero ¡temprano! Ya se van notando los años en el sentir que después de las diez se desperdicia la vida al estar metidos ahí aún.
Uno de nuestros gatos callejeros recogidos por los niños comparte nuestro lecho. ¿Quién la vió bajo la lluvia muerta de hambre, asustada y ahora, la fresca ahí, pudiendo disputar la mejor parte del diario?
1 comentario:
se la ve feliz mientras se pone al día con las noticias, y tan calentita!! :-)
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