Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



lunes, 13 de marzo de 2006

Navegando, voy en mi bote....


El título es de una canción del grupo Mazapán que fue la música con que se criaron mis hijos, pero nunca me imaginé a mi misma navegando en un velero de cuarenta pies por más de cuatro horas desde Higuerillas, la marina de Con-cón hasta más al sur de Valparaíso.....bueno, tampoco volando tres horas en avioneta.....para otros será normal, para mí, no, por eso lo consigno acá.


¡Qué belleza de panorama y que lindo navegar sin más ruidos que el agua cortada por la embarcación y ver deslizarse el cielo azul sobre tu cabeza al estar recostada en la cubierta!

Todo fue especial: la compañía, el yate, las circunstancias, el día hermoso, etc. Gracias a Dios por esta oportunidad.



Esta es una entrada breve, nada más que por no olvidar un día perfecto cuando vengan días grises.

5 comentarios:

AlegriadeQuerer dijo...

hola amiga senti un poco de nostalgia cuando dises que es solo para no olvidar un dia perfecto cuando lleguen los dias grises al ber las inagenes y leer lo que escribiste pence en mi dia perfecto en alquel dia que la brisa del mar besami piel como disfrute mi dia perfecto me centi tan feliz,

pase solo para saludar a la familia y decearte buen dia a ti y los tuyos

besos con alegriadequerer

Claudia Landini dijo...

guau!!! que bueno navegar, sabes una cosa? hay tres dias que son los mejores que he vivido, al menos los que mas recuerdo por eso, por sentir la sensacion de profunda felicidad y una vez fue sobre un barco.

B.B. Queen dijo...

¡qué buena experiencia! te envidié de inmediato. y después soñé con estar sobre un barco nada más en compañía del sol, la brisa y el sonido del mar.
te leo.

Anónimo dijo...

...Apenas unos cientos de metros apartados de tierra firme, mecidos por el oleaje, para disfrutar de una velada inolvidable...
SALUDANDO: LeeTamargo.-

AleMamá dijo...

Mi buena amiga blogera Ojo Humano ha posteado este trozo maravilloso de Pedro Prado en su libro “Los pájaros errantes” y yo lo copio pues los poetas dicen mejor que yo lo que deseo comunicar:

“Era en las cenicientas postrimerías del otoño, en los solitarios archipiélagos del sur. Yo estaba con los silenciosos pescadores que en el breve crepúsculo, elevan las velas remendadas y trasparentes. Trabajábamos callados, porque la tarde entraba en nosotros y en el agua entumecida. Nubes de púrpura pasaban, como grandes peces, bajo la quilla de nuestro barco. Nubes de púrpura volaban por encima nuestras cabezas. Y las velas turgentes de la balandra eran como las alas de un ave grande y tranquila que cruzara, sin ruido, el rojo crepúsculo. En el lejano horizonte del sur, lila y brumoso, alguien distinguió una banda de pájaros. Cuando comenzaron a cruzar sobre nuestros mástiles, oímos sus voces y vimos sus ojos brillantes que de paso, nos echaban una breve mirada. Rítmicamente volaban y volaban unos tras los otros, huyendo del invierno hacia los mares y tierras del norte. Perdidos en la sombra, escuchábamos el canto de los invisibles pájaros errantes. Ninguno de ellos veía ya a su compañero, ninguno de ellos distinguía cosa alguna en el aire negro y sin fondo. Hojas a merced del viento, la noche los dispersaría. Mas no; la noche, que hace de todas las cosas una informe oscuridad, nada podía sobre ellos. Los pájaros incansables volaban cantando, y si el vuelo los llevaba lejos, el canto los mantenía unidos. Durante toda la fría y larga noche del otoño pasó la banda inagotable de las aves del mar. En tanto, en la balandra, como pájaros extraviados, los corazones de los pescadores aleteaban de inquietud y de deseo"

Bonito, ¿ah?

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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