Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



martes, 30 de septiembre de 2008

Celular en el concierto


Sonó un teléfono celular.... y ya había comenzado el concierto..... todos nos pusimos nerviosos por la falta de cultura --o de urbanidad al menos-- ante tamaño atentado al arte; en una sala pequeña, para colmo.

Silencio sepulcral sólo roto por el desesperado revoltijo de objetos y papeles en bolsos y bolsillos, pero nada. Se calló la infernal melodía en medio de los celestes acordes blancos y negros, hasta que comenzó todo de nuevo. Ya la molestia subía a grado seis de la escala sísmica de Mercalli, y el intérprete seguía haciendo como si nada, pero todo tiene su límite, y cuando, por tercera vez, atronó el aire del auditorium con el ruido de fono, el artista interrumpió sus escalas y arpegios para preguntar indignado de quién era el aparato que desentonaba todo.

Comenzamos a buscar ostensiblemente por todos lados, hasta por debajo de las butacas, y nada. El pianista ya echaba chispas y todos permanecíamos avergonzados por los demás, deseando en el fondo del alma que no fuera el nuestro cuando nuevamente comienza el berrido polifónico ya más acotado por haber callado el piano. Se siguió la dirección que marcaba el sonido hasta una mochila tirada en un rincón lejano. Cuál no sería la sorpresa y ¿alivio? a descubrir que el móvil era nada menos que el del propio pianista, que, como cualquier vecino, había olvidado pornerlo en silencio.

Terminados los comentarios, suspiros de alivio y disculpas por todos lados, el concierto siguió adelante, pero ya no pudo ser lo mismo.


22 comentarios:

Jorge S. King dijo...

Idéntica situación pasamos anoche en un recital coral que se realizó en la Capilla de la Comunidad Educativa del Colegio Belén, a cargo del Coro Estable de la Provincia. Con esta gala lírica coral se conmemoraron los 136 años de la fundación del Instituto de las Hermanas Esclavas del Corazón de Jesús.
Alguien no apagó su móvil. Me pregunto ¿realmente no se dan cuenta que molestan?....Y bue,...hay de todo, lamentablemente.
Saludos Santiagueños.

Ana dijo...

Esto pasó en serio? Qué increíble! Para matarlo!

hna. josefina dijo...

¿Es verdad o uno de tus cuentos?

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

¡Menuda metedura de pata! A cualquiera le puede suceder esto pero yo creo que si es ami a quien le sucede, desearía que me tragase la tierra.

AleMamá dijo...

Josefina querida, es verdad. Parece un cuento, pero no.
Un beso

Anónimo dijo...

Ale,
en agosto asistí a la boda de un primo. En mitad de la ceremonia, cuando el sacerdote ( desde el principio me pareció un poco peculiar...) estaba concentrado hablando del amor ...sonó un móvil.

Todos helados ; él no se inmutó. Tranquilamente, se llevó la mano al bolsillo, sacó el móvil, lo miró, y lo apagó.
No hizo siquiera un gesto de disculpa...Y la ceremonia continuó. ¿Qué te parece? :)

Un beso

Flo dijo...

¡Insólito!
Qué plancha para el pianista...
Peor hubiera sido, sin embargo, si el aparatito hubiera pertenecido a alguien del público quien no hubiera tenido escapatoria alguna.
Quizás sólo médicos y otros similares debieran tener celulares chillones, ya que a ellos se les puede tener que ubicar con urgencia.
El resto de la gente debería tan sólo tener teléfonos con sonido discreto o incluso sólo zumbido. ¿Acaso no subsistió la humanidad durante siglos sin celulares?
Qué aparatos odiosos.

AleMamá dijo...

Flo: odiosos, pero ¡de cauntos apuros nos han sacado! contra toda mi opinión me metieron uno a la cartera, y ahora debo reconocer su utilidad. Otra cosa muy diferente es la adicción, eso de sentirse desprotegidos sin ellos o sentirte mal de que los demás estén inubicables: perderse en el radar de los teléfonos, si nos da la gana, es un derecho humano, me parece, jeje

galatea dijo...

claro que parece una anécdota, pero también puede ser verdad, aunque usted no lo crea, el celular es una plaga y todos tenemos uno o más de uno, perdón, todos menos mi marido, tampoco tiene auto!!... qué hombre más raro.
(feliz con tu visita y comentario)
Saludos, Galatea

ojo humano dijo...

De antología.

Guillermo N. A. dijo...

Ups...
Vaya anécdota Ale... aún leida me causa bochorno... pero qué le vamos a hacer... los celulares llegaron para quedarse... útiles... son... pero no debemos dejar que nos sean indispesables... cuando llega a suceder que no cuento con el mío... afortunadamente aún puedo decirme... "bueno, tal como si nunca lo hubiese tenido nunca y ya, a lo que sigue"... pero ¿de cuántas cosas no nos habremos hacho ya esclavos inconcientes?...

Saludos...
.

Benita Pérez-Pardo dijo...

ja,ja,ja...

Pobrecillo! Qué mal rato!

Fernando dijo...

JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA¡¡¡¡¡¡

Menos mal que no fue el tuyo el que sonaba, querida Alemamá: tendrías que haberte subido al tejado de la Opera y haberte tirado a la calle.

(Intuyo que ya estás mejor de la gripe, gracias al remedio alcohólico del blog-amigo. Me alegro de corazón)

(Ya puedo abrocharme un agujero más del cinturón: ¿puedes decir tú lo mismo?)

AleMamá dijo...

Luisa, me apuro en decirte quenme encanta la música selecta, pero no voy a tantos conciertos como desearía. Lo que sí trato de hacer es aprovechar las invitaciones que me hacen de una universidad que se preocupa del tema y prepara muy buenos programas cada año.

Bss

Guillermo N. A. dijo...

Llegué a medio día, justo para escuchar tu hermosísimo reloj...

Saludos...
.

Lluvia dijo...

Increible!!! que fuerte!!! QUe cosas pasan!!!
Ya estoy de regreso, cuando me escribiste ya estaba volando a tu pais, del cual me siento totalmente enamorada, alla se quedo un cachito de mi corazón, pues CHile me cautivó, y quiero volver!!!!!
Mil besines.
ANA

AleMamá dijo...

lLUVIA, AHORA ESPERO VER EL MATERIAL GRÁFICO QUE TE HARÁ ESTAR CERCA NUESTRO UN POCO MÁS DE TIEMPO, AUNQUE SEA CON EL CORAZÓN.
BSS

Disculpa las mayúsculas...esto de mirar sólo el teclado....

monicalvarez dijo...

Bueeeeeeeeeeeeeeeeeno,buenísimo,no se cuenta dos veces.

Irantzu dijo...

Bueno, qué se puede decir... El tipo, como buen artista, quizás es un distraído... :-P
Igual la gente habla de la culpa de los celulares, y yo encuentro que el único problema con ellos es que la gente no se ubica. O sea, todos tenemos boca, pero sabemos cuando quedarnos callados, cuando hablar, cuando gritar... con los celulares es lo mismo.
Yo lo maneja 90% del tiempo en vibración, sólo cuando ya termina mi día a veces (no siempre) lo pongo con timbre... pero timbre, no musica ni mp3 ni super efecto. Simplemente timbre, onda rin rin. :)

Fernando dijo...

Querida Alemamá:

Me vuelvo a reir, esta vez por la causa de tu estado de ánimo tormentoso, según nos cuentas en la esquina superior derecha.

Es mucha generosidad por tu parte compartir con tus blog-amigos no sólo tus pensamientos y tus vivencias, sino incluso tus estados de ánimo. ¿Cómo no ponerse un poquito triste cuando hay ahí nubes negras por causas serias?

Militos dijo...

Alemamá: A veces nos enfadamos con los que han olvidado apagar el móvil, pero eso nos puede pasar a cualquiera. Poca paciencia tenemos para los demás.
No me había dado cuenta de lo de tu estado de ánimo, me gusta el detalle, no que estés tormentosa sino que lo comuniques, es genial.
Un beso

Dimas dijo...

Ja,ja gran lección de humildad para el pianista.

Felíz aniversario ¡¡¡VALE LA PENA,VALE LA PENA,VALE LA PENA!!!

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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