Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



jueves, 30 de julio de 2009

Una ojeada de mujer

Le vio avanzar y le observó mientras se cruzaban. ¡Cuántas cosas supo sin palabras al pasar por su lado en ese instante!
  • Decidido; de caminar firme pero sin agresividad.
  • Gentil, de sonrisa fácil. Al saludarla lució su dentadura hermosa. Va al dentista. Se cuida.
  • Buena ropa, de casual elegancia sin ostentar marcas ni el dinero invertido. Vestía con el aplomo del que ha llevado siempre buenas prendas. Todo coordinado con buen gusto. Sobrio.
  • Alto y bien proporcionado. Ancho pecho y cuello largo.
  • Pelo ligeramente dorado y de ondulación justa, con movimiento suelto, como su poseedor.
  • Perfume discreto, amargo y suave...caro, exclusivo.
  • Sus largas piernas se calzaban con zapatos cómodos de buena factura, muy usados pero impecables.
  • Barba cuidadosamente descuidada, justo para no verse sucio ni vulgar.
Cuando se esfumaba su silueta y desvanecía su aroma varonil, pensó en cuántas cosas exteriores captamos en tan pocos segundos las mujeres para luego dedicarnos a tratar de conocer lo importante, lo interior. Hay que decir, en favor de mis congéneres, que las primeras miradas de las mujeres abarcan mucho más que la primera impresión de los hombres --en general-- que sólo podrán decir algo sobre los atributos que se abultan en el cuerpo de una mujer que en los los hombres parecieran quedarse pegados. ¡Si ni siquiera son capaces de distinguir si el rubio o castaño es químico o natural! ¡Uf! así las cosas ¿qué sabrán del vasto mundo interior nuestro aunque pasen las décadas?






13 comentarios:

AleMamá dijo...

¿Creen que exagero? ¡quisieran oír las conversaciones de las mujeres cuando han observado con interés algo o a alguien! de una pasada pueden captar eso y mucho más. Yo me limité a hacer una historia posible con esa imagen que dice tanto, creo yo.

Angelo dijo...

Bueno hay hombres y hombres. Como mujeres y mujeres. Yo creo que soy afortunado de poder distinguir unos de otros. Un post muy original. Felicidades

Ana dijo...

No solamente los hombres no miran lo mismo que nosotras en cuanto a lo exterior, sino que además algunas de esas cosas que miramos también nos dan indicios de cuestiones más profundas e internas.

Por ejemplo, al fijarnos en su prolijidad al vestir o andar, también de algún modo nos percatamos de su prolijidad para manejarse en general...

Desde cuándo a un hombre va a interesarle la prolijidad de una mujer antes que mirar sus medidas?! =p

Igual estoy generalizando, como siempre hago...

Gabriela dijo...

Toda mi vida me ha intrigado una cosa: nos cruzamos con montones de personas todos los días por la calle, y lo vemos como lo más normal. Es tan normal que casi ni nos damos cuenta de que son personas con problemas, alegrías y preocupaciones como nosotros.
Creo que por eso me he acostumbrado a no mirar porque siento que es como asomar la cabeza por una ventana abierta: el hecho de que esté abierta no quiere decir que tengo entrada libre para husmear sin permiso.
Como siempre me dicen los que me conocen: pienso demasiado, ja, ja.

AleMamá dijo...

Ángel, gracias por comentar....he tratado de hacer lo mismo en tu sitio, pero tarda una eternidad en cargarme la página....lo intentaré en otro momento.
****
Ana, sí la historia posible qu enarro es una generalización, pues conozco hombres de temer de tan "sapos" (observadores, en dialecto chilensis) que son, pero casi son una especie en extinción.

AleMamá dijo...

Gabriela: me parece haberte leído algo así en tu blog, de lo que comentas y tienes razón. Zocadiz también ha dicho algo en sus post cortitos, creo...¡es que ya no sé qué ni dónde he leído!

ojo humano dijo...

Generalmente hago eso, mirando por la ventana del bus, una pareja en auto conversa, ella llora, observo los chicos con sus mochilas, las jóvenes con sus carteras extrañas, todos tienen una historia imaginada y una real.
Buena idea para escribir.

Un beso.

maria jesus dijo...

Buena historia, lo malo es cuando pasamos a atribuirle atributos interiores por sus atributos exteriores

Fernando dijo...

Querida Alemamá:

Escribo para despedirme, porque por fin llegaron mis vacaciones de agosto.

Cuídate mucho en este tiempo, y no descuides el buen estilo de tus posts: a la vuelta leeré todo lo que hayas escrito.

Sé feliz hasta entonces.

Fernando

AleMamá dijo...

Toyita, (Ojo Humano): Te he leído esa afición y la compartimos en gran medida. También lo hago, y como no puedo ser tan impertinente para seguirlos con tanta atención, me sirvo de fotos como esta para mi sección "Historias posibles"

AleMamá dijo...

María Jesús: has dado en el clavo; que sea guapa o bello, no significan necesariamente que lo sean por dentro. No van de la mano amabs cosas siempre.
***

Fernando: ¡felices vacaciones! ya nos tocará a nosotros. Mientras te aviso que los almendros ya han florecido en mi barrio, jeje

இலை Bohemia இலை dijo...

Me gustó el estilo que le has dado a este post.

Y en relación al otro post, no sé que son las sulfas... :o)

BSS

AleMamá dijo...

Bohemia: sí, es un tipo de posts que tienen su sección en mi sitio. Se trata de narraciones bajo la etiqueta "Historias posibles". Me divierto mucho con ellas.

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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