Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



viernes, 7 de agosto de 2009

Ha muerto mi gata Pinta


Llegó a nuestra familia el año 2004, en invierno, haciendo oír su vozarrón desde el tejado del vecino. Era vieja, tenía heridas, estaba mojada, abandonada y hambrienta. Si tenía parásitos, prefiero haberlo ignorado entonces y seguir "inocente" hasta ayer, día de su muerte.

Se fue apagando lentamente, en pocos días. Sencillamente dejó de comer y perdía fuerzas a ojos vista, hasta que se metió en su camita y no quiso saber más de lo que la rodeaba. Pienso que se murió a mi lado pues en un momento que la fuimos a ver y la toqué, tuvo como un espasmo, y ya no se movió más, No se notaba que respirara....

Hoy la enterramos. Mi hijo Felipe hizo un hoyo profundo al fondo del jardín y la colocamos ahí, en la misma cama que usaba. Yo pensé tirarla a la basura, pero el chico se opuso y el mismo cavó donde quedará el animalito y aunque no me fascina tener eso ahí mientras se degrada, me siento en paz de pensar que ella tuvo suerte al encontrarnos, y nos dio alegrías al acariciarle el pelo suave de tres colores, reírnos de su voz tan particular, y de los diálogos con ella. _"¡Pintita!"_ le decíamos, e invariablemente se oía su potente maullido así se la nombrara 10 veces.

Los otros dos gatos, que cuando llegó teníamos, no la aceptaron del todo nunca, y de hecho, la Negrita --también recogida-- le pegaba uno bofetines en donde la pillara, por lo que debimos ponerle su camita en la puerta de entrada (!) para crear dos zonas de dominio gatuno.







12 comentarios:

María Paz Ureta dijo...

Lo siento mucho, Alemamá. Pero que bueno que ella haya tenido una ama (aunque con los gatos eso está en duda) que le haya dado cariño y cobijo.

maria jesus dijo...

A las mascotas se las quiere mucho. Lo aiento Alemama

Ale dijo...

Pintin!!!! Que pena mi pintita, no pasó agosto...

Anónimo dijo...

Y eso es lo que pasa, que se mueren y a uno le da un sentimiento...
Un beso grande.
Luisa

Marta Salazar dijo...

pobrecita gatita...

qué bueno que la enterraron en la casa! cómo la vas a tirar a la basura! después se pudre!

le encuentro razón a Felipe :)

ojo humano dijo...

Es triste perder, pero el valor viene de la gracia de Dios siempre.
El amor es también eso...lo siento.

Un beso con cariño.

AleMamá dijo...

Gracias por su solidaridad con mi pena. Es curiosa la sensación de pérdida, pero de paz a la vez. No pierdo de vista que sólo es un animalito y no una persona, pero igual duele.

Ana dijo...

Lo siento mucho... Era muy linda!

Carlos J. Galán dijo...

Vaya, cuanto lo siento. Lamentablemente, sé la penilla que se pasa cuando nos abandona uno de estos animales que tanta compañía hacen: http://carlosjaviergalan.blogspot.com/2008/12/ha-muerto-nico.html

Silvia Güidone dijo...

¡Hola Ale!
Los animales son una gran compañía y muchas veces "confidentes" de soledades.
Comprendo tu pena.
No hay que perder de vista que son animales,no personas,como tu dices.Pero ocupan un lugar importante en nuestro cariño.

¡Y se los extraña!

Muy emotiva la entrada que narras los recuerdos de niñez en tu casa de Carrizal.Estaré atenta a los próximos.Me gusta mucho compartir mis recuerdos y leer los de otros.

Y que buena ocurrencia la de tu hijo y elegante salida con su cálculo mental.

¡Que tengas un espléndido fin de semana!
Dos te bendiga .
Cariños y una gran sonrisa.

hna. josefina dijo...

Yo también me alegro de que la hayan enterrado ¿Cómo vas a tirarla a la basura? (!!!)
Estoy de acuerdo con tu hijo yo también.
Un abrazo.

Gabriela dijo...

Nunca he tenido mascota, pero sé que se siente mucha tristeza cuando muere el animalito con el que compartimos tantas cosas.
Felizmente Pinta los tuvo a ustedes.

Algo de mí

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Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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