Un rincón para detenerse con buen clima en general. Como en todos los sitios, acá no faltarán los nubarrones, pero con que pasen, ¡todo en su lugar!



domingo, 31 de enero de 2010

Vejestorios con recuerdos


Anoche, al instalar el nuevo y monstruoso televisor de alta resolución que compró mi marido, debí sacar cosas que estorbaban el paso del nuevo miembro tecnológico de la familia, y saqué a la luz casettes viejos y olvidados que da pena tirar por los momentos que alegraron en la familia, y que tantos recuerdos me traen. Quedaron ahí, otro rato, esperando la bajada final del pulgar....pero aún no ocurre....*snif*

Es que yo he criado dos grupos de hijos y estas antiguallas pertenecen a los tres mayores que ya han volado de mi hogar para tomar sus caminos. ¿Cómo deshacerse así no más de la música de Guns &Roses? ¿o de Queen? no todos eran grupos contemporáneos extrictamente con ellos, pero era la música que les gustaba y la oí día tras día por muchos años.

Claro, ya sé que la tienen en sus Ipods, MP3, computadores personales y de mil modos más, pero esas eran las casettes que ellos tocaban, atesoraban y amaban, y con ellos también yo, por ellos.

Entrada inspirada por Winnie




11 comentarios:

maria jesus dijo...

Me pasa lo mismo, Alemama, mis hijos dicen que tengo complejo de diógenes porque todo lo guardo.

Aún tengo discos de vinilo, felicitaciones del colegio de todos, etc.

AleMamá dijo...

*suspiro* ¡el tiempo pasa tan rápido, Mª Jesús. Parece que guardando cosas nos duraran un poco más.....

Ana dijo...

Leyendo los comentarios de ambas he llegado a la conclusión de que esa constumbre que he tenido toda la vida de tirar y regalar todo, cambiará ahora que tengo un hijo!

Gabriela dijo...

¡Cassettes! Tecnología ya superada y casi totalmente olvidada. Los aparatos nuevos ya ni siquiera vienen equipados como para escucharlos.
Peor los discos... los LPs y los de 45. ¡PLOP!

AleMamá dijo...

Gabriela, por tecnológiamente superados es que estaban en el trastero.... pero impregnados del gusto de haberlos oído y recibido como regalos muy esperados por deseados.
Un beso

AleMamá dijo...

Anita: sí, ya verás el valor de un papelito, una chuchería, un mechoncito de pelo....¡impagable!

Francisco Cavada dijo...

Churras... yo ni siquiera sé dónde están metidos todos mis casettes :-s Pero debo tener varios guardados en el baúl de los recuerdos jaja ;-)

Un cariñoso abrazo para ti, gracias por el comentario que me has dejado; estoy seguro de que tus hijos sabrán el esfuerzo que ustedes como padres realizan por ellos.

Winnie dijo...

Ya sabes que hemos coincidido en esto de las cassettes....¡nos cuesta tirarlo!..Más adelante...no pasa nada. besos Ale y feliz semana

almena dijo...

marea pensar en cómo ha evoucionado la tecnología en tan poco tiempo ¿verdad?

¡ay! aquellos nuestros viejos cassettes...

Besos!

Fernando dijo...

Nunca hay que tirar nada, ni un papelito, ni una factura, nada, sobre todo si uno tiene una casa grande como es tu caso, porque algún día melancólico, cuando seamos mayores, echaremos en falta el objeto más tonto, no por él, sino porque nos vuelve a traer un tiempo ya pasado.

¡A guardarlo todo, pues!

Terly (Juan José Romero Montesino-Espartero) dijo...

Querida Alemamá:
Tengo dos hijas 39 y 32 años.
La mayor casada y con tres hijos.
Ayer le dí la alegría de su vida. Conservaba una carpeta que ceremoniosamente le entregué ayer con recuerdos de cuando era pequeña, recuerdos de todo tipo, empezando por dibujitos infantiles y terminando con todas y cada una de sus notas de estudiante desde los 9 años hasta que terminó su carrera de Derecho.
No lo sabía y se ha llevado la alegría de su vida, entre otras cosas porque las notas eran excelentes.
Un beso.

Algo de mí

Mi foto
Vitacura, Santiago de Chile, Chile
Mujer, hija, esposa, madre, y como consecuencia, ahora soy abuela de Sofía,Isabel y Juanito, por el momento, mientras llegan los demás que están en la mente de Dios. Tengo 5 hijos, uno de ellos es sacerdote católico. Una bendición inmerecida. Mi apodo bloguero de AleMamá se lo debo a mi yerno. Para distinguirme de su esposa llamada como yo (y no por culpa mía) comenzó a llamarme así. Muchos me lo escriben como "Alemana", pero no, se trata de Ale, como apócope de Alejandra, y mamá por el mejor papel que la vida me ha dado, el de esposa y madre. Soy chilena, católica, y con la cultura occidental muy metida en el alma. Me interesa la tecnología y la ciencia al servicio del hombre, considerando la Ley de Dios siempre, siempre, siempre.

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