Los hombres no saben buscar. Es una ley de la naturaleza masculina, muy cómoda para ellos.
Un hombre pide un abrelatas, tu le das las coordenadas precisas: dentro del cajón de los cuchillos, al lado izquierdo, adelante, al lado del detapador de botellas y del pelapapas rojo, y no lo ven, porque -dicen- que NO está ahí, porque el pelapapas es azul... Si buscan un papel, ¡escarban superficialmente hasta que el duende doméstico se los hace aparecer en su mano! El papel saltó misteriosamente del mismo montón de tres hojas y unos 4 comprobantes donde estuvieron "buscando"
Eso sí, esta ley de la naturaleza en ellos admite excepciones que practican desde muy pequeños, como encontrar nuestros escondrijos en que guardamos algunas cosas especiales que necesitamos para una ocasión determinada, como las galletitas para un aperitivo, las bebidas y/o cervezas para un asado, los chocolates para la abuela, y cosas similares. ¡Ahí si que se esmeran! tienen un olfato como de jabalí para encontrar trufas bajo tierra.
Me consuelo recordando a mi amiga Olguita, que cada vez que nos juntábamos en su casa la encontrábamos en cuatro patas buscando cosas en lugares imposibles, por lo mismo, lo que me hace concluir con que el problema es universal ¿Me equivoco?
19 comentarios:
Ay Ale....¡qué bien estoy en el calorcito de Lanzarote leyéndote antes de cenar y echándome unas risas contigo!!!
Si es que SON especiales PA' TODO. No saben buscar, son malos enfermos....jaja pero...les queremos ¿no? Un besote
Todo depende de las ganas con que busquen lo que necesitan.
Si estamos serca son como niños que esperan recibir todo en las manos.
Si están solos, se esmeran en descubrir nuestros escondrijos secretos. Lo hacen porque saben que somos las mejores eligiendo cosas dulces, y las guardamos como tesoros.
Mi hija es una maestra descubriendo mis escondites, je, je, je...
Con el tiempo he pensado cuál es la posible causa de este problema.
No es que el hombre busque mal. Es que el hombre no guarda. Y como sabemos, quien guardó las cosas, sabe más rápido donde buscarlas. Por eso a la mujer, que por lo general lo guardó, le resulta más rápido encontrar algo. El hombre debe realizar un esfuerzo adicional para buscarlo.
Muy cierto Juan Ignacio. Tenes toda la razón. Que tengas una hermosa semana.
Jejejeje.
Eso tiene disculpa si uno vive en casa con una madre/esposa que guarda las cosas, como en tu caso. Pero si uno vive solo y sigue sin encontrar las cosas, como me ocurre a mí, la cosa ya tiene más delito.
Pasé a saludarte y ver como andabas, veo que bien , te dejo mis saludos y muy bueno el artículo.
Por cierto, Fernando, no es que yo no guarde nada. Muchas veces guardo cosas de mi interés y soy más descuidado con otra.
Con esas otras cosas es que pasa lo que pasa.
Winnie, que descanses y llegues tostada. Besos.
***
Edit, tienes razón; hay un elemento importante de comodidad también, no me vengan con cuentos.
Sherlock Holmes era hombre, ¿no? aunque sea de ficción representa a quienes sí saben buscar.
Juan Ignacio, también te encuentr razón, pero sólo en parte.
Las mujeres ordenamos, dices, ¿por qué no lo hacen masivamente los hombres también, al menos con sus cosas? Esperan que lo hagamos nosotras, pero hay cosas de uso común que siempre están en el mismo lugar ¡y no encuentran!
Conozco algunos que me piden a mi que les busque en sus metros cuadrados...... no, amigo, el problema es de organización neuronal también. Lo digo sin ironía.
Es como eso de no poder hacer dos cosas a la vez. Para hablar por celular suelen quedarse estáticos aunque los atropelle un bus. No caminan
Fernando, tú eres como el "testigo" en nuestras investigaciones sobre el actuar masculino sin duendes femeninos para facilitar la vida.
Qué gusto que estés de regreso.
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Eschinefa: gracias por pasar. ¡Saludos a la familia!
Yo más bnien pienso que ese "Duende doméstico" tiene muy mal acostumbrados a los hombres de su hogar. Simpre certero en dejar impecable cada rincón y claro para ellos muy cómodo.
Eso también lo veo en casa de mis padres, siempre fue así, y sigue siendo, que siempre ese duende parece torbellino. Yo desde adolescente me ocupé de mis cosas y hasta la fecha puedo encontrar lo que necesito, así como tambien ordenar. Es más, mi esposa es la que luego no encuentra las cosas ni con las coordenadas precisas. jejejeje.
Saludos Amiga.
>Xuravet
Hola, Xuravet: es bueno tenerte de regreso aunque por pocos días por lo general.
Sí, hombre hay excepciones, y las mujeres decimos que los que son muy estructurados son otra plaga porque no se les puede mover nada sin que lo noten,jeje ¡nunca daremos el gusto a todos! ¿no?
En honor a la verdad, a mi se me pirede SIEMPRE algo que no debiera perder jamás: mi cartera con todos mis documentos, tarjetas, celular......etc nunca sé el último sitio donde la dejé y en dos oportunidades al menos la he dejado en la iglesia. He tomado un libro, por ejemplo y he dejado tirada mi cartera. ¡Ay!, nadie es perfecto, jeje, ni los duendes.
Me siento aludido y sin fuerzas para defenderme....
Lo mío es sufrir incomprensiones y callar....
Los hombres somos mártires...
etc.
¡JAJAJAJA! Juan Alberto, salvo Xuravet, todos los demás hombres se dan por aludidos. Juan Ignacio, tal como Adán, trató de pasar la responsabilidad a Eva, pero por su segundo comentario es sólo parcial, jejeje
Saludos
Al mediodía hablamos de eso en la mesa. Y yo soy una de las que buscan y buscan y no encuentran. Puedo buscar hasta cinco veces en un lugar, sin éxito, y en la sexta vuelta lo encuentro ¡en el lugar que pensé al principio debía estar, lo busqué y no lo encontré!
Y lo peor es que me pasa con lo que yo misma guardé; no tanto con lo de los demás.
Se ve que busco mal.
O sea que no creo sea privativo de los varones.
Josefina, estás maltratando la tendencia....junto con el problema mío con mi cartera, las estadísticas se están yendo a la porra, jeje
Besos
Yo personalmente soy bastante ordenado, bah, creo. No con todo. Por lo menos no soy de los que pretenden que otro le ordene lo suyo.
Juan Ignacio, eso que dices es ya mucho. Mi marido me pregunta ¡por cada cosa! por sus pantalones amados del año 69, por sus documentos (yo calladita, pues pierdo la cartera) y por las herramientas ni te digo. De repente se oye una especie de sollozo ahogado preguntándome a mí ¿DÓÓÓÓÓONNDEEEE ESTÁ EL ALICATE DE PUNTA CHICO Y EL DESTORNILLADOR DE PALETA ANCHA? obvio que él ya "buscó", pero soy yo la que le pasa las cosas sacadas del mismo lugar de siempre.
Saludos
Cuando salimos de vacaciones, las cuatro cosas de valor las escondo tanto que luego no sé donde las he puesto, y tengo que recurrir a mi marido que me conoce bien y siempre se imagina qué he hecho con ellas. Ya ves, el mundo al revés.
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